Archive for Diciembre, 2016

Un año de literatura en Canarias

Viernes, Diciembre 30th, 2016

Ha pasado un año, otro más que se suma al calendario de nuestra existencia, por lo que creemos que es momento de hacer balance de lo que dio de sí, literariamente, esta comunidad autónoma que parece que navega a la deriva por el Atlántico.

Pese a la crisis, se ha publicado e incluso abierto librerías. También se han celebrado jornadas y festivales y se ha recibido a escritores consagrados en toda España, país que parece que se nos pierde aunque al final recupera la cordura.

Si el Día de las Letras Canarias 2017 estará dedicado, y con justicia, al escritor Rafael Arozarena, autor de Mararía y Cerveza de grano rojo, entre otras novelas, en 2016 le tocó el turno a Pedro Lezcano Montalvo (Madrid 1920-Gran Canaria 2002).  El Gobierno canario puso en marcha además el proyecto Canarias Lee, que inauguró el escritor y periodista Juan Cruz a principios de noviembre en el IES Teobaldo Power de la capital tinerfeña y dos editoriales de las islas como Baile del Sol y Zech celebraron su 25 y 15 aniversario, respectivamente.

En cuanto a nombramientos, Jerónimo Cabrera Romero fue designado gerente de TEA Tenerife Espacio de las Artes y Jorge Alberto Bernárdez López, director gerente del Organismo Autónomo de Cultura del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife. Carmen Rosa de la Nuez Aránega, por otro lado, resultó elegida presidenta de Nueva Asociación Canaria para la Edición (NACE) y Cecilia Domínguez Luis,  vicepresidenta.

Un año más, se hizo público el nombre del autor y de la novela ganadora del premio Benito Pérez Armas, que recayó en El sueño eterno de Kianda, de Borja Monreal, un escritor navarro que vive en Santa María de Guía (Gran Canaria), así como el del Premio de Poesía Pedro García Cabrera, que obtuvo Octavio Pineda por ¿Qué piensa el león del horizonte? Por otro lado, Antonio Martín Sosa obtuvo por Finas hierbas el Premio de Relato Corto Isaac de Vega y Manuel Iván Pérez el segundo premio por Continuidad de los padres, mientras que María Isabel González Espino y Pilar Blanco Herráiz recibieron el premio de Cuento infantil y el de Cuento juvenil, respectivamente, por El mejor astronauta del mundo y El boleto.

Fallecieron en 2016 la escritora Nivaria Tejera y su esposo, apenas dos meses después de su muerte, el pintor Antón González. También dijo adiós en mayo de ese año el artista Pedro González y el escritor Juan Carlos Castañeda, este último fue objeto de un homenaje póstumo en el Círculo de Bellas Artes de Santa Cruz de Tenerife en el que participaron Juan Cruz, Juan Manuel García Ramos y José Antonio Ramos Arteaga.

El antropólogo Fernando Estévez falleció en julio, aunque estuvo presente durante las dos e intensas jornadas del I Congreso de Museos de Canarias que se celebró en noviembre en el Liceo Taoro, en La Orotava, ya que el autor de Indigenismo, raza y evolución. El pensamiento antropológico canario (1750-1900) fue el auspiciador de este Congreso que logró reunir a cerca de doscientos profesionales.

La capital tinerfeña perdió a su cronista oficial, Luis Cola Benítez, en agosto. Responsabilidad que ahora asume José Manuel Ledesma Alonso y ya entrado diciembre se fue el escritor Horacio Bacallado, autor del libro de microrrelatos y dibujos Tablero de las sombras (Escritura entre las nubes).

Un año más, las dos capitales canarias acogieron una nueva edición de la Feria del Libro y se celebraron varios festivales literarios, entre  otros Periplo. Festival Internacional de Literatura de Viaje y Aventura del Puerto de la Cruz y Tenerife Noir, en la capital tinerfeña, que otorgó al escritor Antonio Lozano el premio  Borsalino de este encuentro con las letras negras y criminales y al también escritor argentino Marcelo Luján el premio Ciudad de Santa Cruz 2016 por la novela Subsuelo, título que también recibió el Dashiell Hammett de ese año y que concede la Semana Negra de Gijón,

Desgraciadamente, y por efectos de la crisis o más bien del cambio del equipo municipal del Ayuntamiento de Arona, desapareció NNegra de Arona, tras ocho ediciones.

Buenas noticias fueron la apertura de la Cafebrería Tifinagh, un espacio en el que lo mismo se compra un libro como se disfruta de un buen café, en La Orotava; y de Mundo del Mapa en el Puerto de la Cruz, especializada en libros de viajes en varios idiomas y guías y mapas para viajar por las islas.

En cuanto a presentaciones, la Fundación CajaCanarias cerró el año con el primer tomo de las Obras completas de Manuel Padorno, y en Historia, la historia con mayúscula, se publicaron en LeCanarien Delito y sexualidad en las islas Canarias en la Edad Moderna, de Belinda Rodríguez Arrocha y Un francés entre guanches. Sabino Berthelot y las islas Canarias, de Natalie Le Brun. El catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna asumió una nueva edición de la Historia de Canarias (Ediciones Idea) de José de Viera y Clavijo, cuatro volúmenes fundamentales que cuentan con un excelente prólogo del profesor de Paz que no deja indiferente a nadie. El también profesor de la Universidad de La Laguna, Manuel Hernández González, publicó Estados Unidos Canarias. Comercio e Ilustración. Una mirada Atlántica (Ediciones Idea) y Nicolás Reyes González Desde la sombra del almendro. Nicolás Estévanez y Murphy (1838-1914), en la editorial Mercurio.

Formaron parte de la colección  G 21. Narrativa Canaria Actual: En el centro del viento, de Cristo Cruz Reyes; El cazador de la inocencia, Mª Candelaria Pérez Galván y Los cimientos de Gomorra, Agustín Gajate Barahona. También en Idea/Aguere se publicó Diecinueve ensayos literarios, de Isa Guerra García y la antología El futuro es suyo, relatos de alumnos de los IES de Santa Cruz de Tenerife que participaron en un certamen convocado por Santa Cruz Noir.

Se presentaron novelas como Cada día cuenta, de Yauci Manuel Fernández (Esdrújula ediciones); Palíndromo II. San Sebastián y Cupido, de Carlos Felipe Martell (Nova casa Editorial); Souvenir peligroso, que firmó Pilar Escalona (delMedio Ediciones); La noche más larga, de José Luis Cámara Pineda (Érice Ediciones); Kalifornia, una novela de Antonio Gómez Charlín (Letras de autor); Edad de rebeldía, de Francisco Morales Domínguez (Escritura entre las nubes); Lo de Chile, de José Manuel de Pablos (Sociedad Latina de Comunicación Social);  Entrelazamientos, de Luis Junco (La discreta); La mueca de la sonrisa, de Juan Manuel Fernández del Torco (Idea/Aguere); Leyenda del mencey esclavo, del también pintor Eric Cichosz Heuschkel (Pulpo Rojo Libros, S. L,); El universo mínimo, de Jordi Solsona (delMedio);  El santo al cielo, de Carlos Ortega Vilas (Dos bigotes); El tren delantero, de Emilio González Déniz (Mercurio Editorial) y El canto de la raposa, de Rafael Alonso Solís (Baile del sol)

El poeta y escritor Rafael-José Díaz dio a conocer en Madrid el poemario Un sudario (Pre-Textos) y una colección de cuentos que reúne en El letargo (La playa del ojo). La historiadora Pilar Carreño Corbella también en la capital de España Los surrealistas en Tenerife. En esta ciudad, Guillermo de Jorge habló de Afganistán: Diario de un soldado (Playa de Akaba).

Ya en las islas, Othoniel Rodríguez Martínez publicó Tertulia Habanera. Mis valiosos recuerdos junto al piano, y el investigador Nicolás González Lemus investigó en Agatha Christie en Canarias. 1927: Un invierno que cambió su vida el itinerario que realizó la popular escritora británica en las islas.

En 2016 María Teresa de Vega invitó a leer su poemario Necesidad de Orfeo (Escritura entre las nubes) e Hipólito Sánchez publicó Interitum Mundi (Cuando el mundo lloró por última vez), una novela de tiene tintes apocalípticos. No apocalíptico pero sí zona inestable es la que se estudia en La segunda cuestión de Oriente, de Víctor Morales Lezcano, obra que gravita en torno al Mediterráneo occidental durante los siglos XIX y XX.

Destacar que Identikit. Muestra de poesía española reciente fue el título de una selección con notas del poeta y escritor Rafael-José Díaz y que Pablo Martín Carbajal publicó nueva novela, Tal vez Dakar (M.A.R. Editor), así como Santiago Gil su La costa de los ausentes (Mercurio) y Alexis Ravelo La otra vida de Ned Blackbird (Siruela). También presentaron títulos Víctor Conde y José Antonio Cotrina, Las puertas del infinito (Fantascy); Dulce Xerach Asesinato en una playa de Londres (Editorial Oveja Negra) y Gerardo Pérez Sánchez La sonrisa Duchenne (Verbum).

Publicaron Ana Guacimara Hernández Martín, autora de Congo Square, el Perfume de Nueva Orleans; Arte en Movimiento del fotógrafo Lorenzo Hernández y volumen en el que documenta el momento clave que la escena artística española en Londres en la actualidad; José Peraza González (1930-2005), el pintor de la tierra y los hombres, que fue un trabajo de catalogación e investigación que desarrolló el equipo de investigación histórica y artística Islote Afortunado y Jenny García la novela Viaje de arena (Ediciones Idea).

Otros títulos que se editaron o presentaron en 2016 fueron Martina en tierra firme, de Elisabeth Benavent; Romancero de Tenerife, un libro de Maximiano Trapero, Benigno León Felipe y Lothar Siemens;  La madrina (Escritura entre las nubes) de José Luis Fregel; Cuando vuelvan las cigüeñas (Ediciones Dauro) de Carlos Alarcón y La niña de la luna (Nanoverso Editorial) de Elizabeth López Caballero, un volumen con ilustraciones de Santiago Ernesto Hernández González.

El relato de dos hermanos canarios que, por motivos de la crisis económica, se ven obligados a emigrar con sus padres a París es la base argumental de la novela La muchacha del ajenjo (Diego Pun Ediciones), de Cecilia Domínguez Luis, y publicado por el Fondo de Cultura Económica, Mundo, año, hombre (Diarios, 2001-2007), de Andrés Sánchez Robayna.

Fermín Higuera y Rafael-José Díaz presentaron también Las transmisiones y Sinfonía de la sombra blanca (Editorial Polibea), respectivamente y Jorge Fonte el volumen de relatos eróticos Natalia y otros relatos solo para adultos (Ediciones Idea).

En 2016  se publicó el volumen Villablanca, dos calles que dan al mar, de Matilde Magdalena Coello y Olympe de Gouges: la libertad por bandera (Izana Editores) de la escritora Isabel Medina, biografía novelizada de la autora de la Declaración de los derechos de la Mujer y de la Ciudadana, a finales del siglo XVIII.

José Antonio Michelena publicó Cuba: Memoria y desolvido (Ediciones La Palma), un libro de crónicas periodísticas sobre la historia de Cuba y Lola Suárez la novela juvenil El misterio del collar (colección El Volcán, Anaya) y Andrés Expósito La ciudad de Aletheia (Éride Ediciones).

Escritura entre las nubes lanzó Upahaar. El regalo de la vida, del sacerdote, guía espiritual y profesor de yoga Akhilesh Upadhyay y Miguel de León sorprendido a propios y extraños con Los amores perdidos, que editó Plaza & Janés. Si la acción de esta novela transcurre en la postguerra, en la guerra y en la postguerra se desarrolla Tormenta en la memoria (Ediciones Hades), que reúne noventa relatos de Francisco González Tejera.

Más libros fueron Historias de Catalina Park, de Javier Gómez Gutiérrez; La barbarie, de Alberto Vázquez Figueroa; El tesoro de Barracuda, de Llanos Campos Martínez y Viaje a un lugar llamado destino (Editorial UOC), de Antonio Pareja, quien recurre a la figura del conquistador Alonso Fernando de Lugo como hilo conductor para narrar su personal viaje alrededor de Tenerife. De viaje también es Donde anidan los albatros (Editorial Azulia), textos de José Luis González-Ruano sobre sus experiencias en las islas de Ítaca, Manhattan, Lofoten, Pascua, Alegranza, Bora-Bora, Galápagos y a las Aran, entre otras.

Se presentó además un nuevo volumen de la colección Biblioteca de Artistas Canarios (BAC) dedicado en esta ocasión a José Luis Fajardo. Número 52 de la colección negra. Este libro inició una nueva etapa bajo la dirección del historiador del arte, comisario y gestor Carlos Díaz Bertrana.

Pero hubo más libros, muchos más libros como El Padre Heriberto Negrín y su familia, del historiador Julio Sánchez Rodríguez, un trabajo en el que se revela la trayectoria vital del hermano sacerdote del último presidente de la Segunda República, Juan Negrín; Viaje a la nada (Hiperión), libro de poemas de Elsa López, así como Sangre  vieja, de Jonathan Allen.

Se presentó también la antología Poetas cubanos en Canarias (La Gueldera), al cuidado de Juan Calero Rodríguez y con prólogo de Luis León Barreto; El tatuaje de Penélope, de Francisco Juan Quevedo García y el poemario Mis íntimas enemistades, de Antonio Arroyo.

Nuevas ediciones de clásicos de José de Viera y Clavijo aparecieron en 2016 como la Obra didáctica. José de Viera y Clavijo mientras que Alicia Gámez Rojas relató en su segundo libro el viaje en un velero desde Tenerife hasta Gambia con el título de Enamorada sigue la mar (Escrituras entre las nubes) y la editorial Libros.com inició una campaña de micromecenazgo (crowdfunding) para la publicación de La duda, el sentido común y otras herramientas para escribir bien, del periodista y corrector de textos Ramón Alemán.

Prosiguieron con su labor el equipo de Realismo Punto Cero, quienes ocuparon un espacio en el encuentro autoedición Pliegue III que se celebró en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de La Laguna y Enrique Carrasco firmó el libro Tomé Cano, capitán y escritor en la época de los navegantes.

Escritura entre las nubes presentó El diablo se esconde en los detalles, el primer libro en solitario de la escritora de microrrelatos Yurena González Herrera y Elisabeth Benavent en Martina en tierra firme (Suma) narró una historia de amor que protagonizan Pablo Ruiz, un chef de prestigio, y Martina, una aprendiz de cocina con ganas de comerse el mundo.  Tatitana Rodríguez González  presentó Si me das la mano. Un camino hacia el amor (Uno Editorial).

Carlos Felipe Martell presentó Una semana… ¿de basquet? (Nova Casa Editorial); Juan Arencibia de Torres Historia de Santa Cruz de Santiago de Tenerife y Nicolás Melini compartió espacio con otros trece escritores más en Incursiones en Cervantes (1616-2016) para la revista Cuadernos Hispanoamericanos.

Vilaflor más allá del túnel de Antonio López; Anturios en el salón (colección Narrativa, Baile del Sol), de Juan R. Tramunt; El discurso de Filadelfia (editorial Malvasía),u na novela histórica de Manuel Mora Morales; El inspector (Escritura entre las nubes), de Ángel Nazco; el libro de relatos Línea de naufragio, de Agustín E. Díaz-Pacheco (Izana Editores); Vs (Salto de página), novela por la que Sergio Barreto obtuvo el Premio de Novela Benito Pérez Armas del año pasado y Mapa del exilio, de Coriolano González Montañez, conjunto de poemas por los que se hizo en 2015 con el Premio Pedro García Cabrera, fueron otros títulos que se publicaron en un año que fue intenso en cuanto a ediciones y muy meridiano en cuanto a la calidad de los textos publicados.

En Libros del Asteroide se editó Asamblea Ordinaria, de Julio Fajardo Herrero. María Gutiérrez dio a conocer sus notables colección de chilajitos Un estremecimiento me desarma.

Ya en 2017, el profesor y escritor Juan Manuel García Ramos recuerda que este año se celebra el cincuenta aniversario de la publicación de Cien años de soledad, de Gabriel García Márquez (Aracataca, Colombia, 6 de marzo de 1927 – Ciudad de México, 17 de abril de 2014), por ese motivo, el Servicio de Publicaciones de la Universidad de La Laguna editó en 2016 Una teoría de la lectura: Cien años de soledad, texto que sirve para acercarse a esta obra y libro en el que se recogen reflexiones personales y otras que tuvieron su origen en debates “llevados a cabo durante más de diez años con alumnos y alumnas matriculados en mis asignaturas Textos Hispanoamericanos Contemporáneos y Narrativa Hispanoamericana Contemporánea: Grandes voces”.

La figura de Don Carlos, príncipe de las Españas (Ediciones Cátedra), malogrado hijo de Felipe II, fue objeto de estudio por parte de los profesores Fernando Brusquetas y Manuel Lobo y se rindió homenaje a Pino Ojeda en el Ateneo de La Laguna con mesas redondas, lecturas, conferencias y la proyección del documental La habitación del fondo, de Domingo Doreste González. El Ateneo acogió también el IV Congreso de Poesía, una iniciativa que al final no supo cuajar entre muchos poetas de las islas.

En poesía, Cecilia Domínguez Luis presentó Profesión de fe y la antología Poesía canaria actual. Antología (1960-1992) (Editorial La manzana poética), en la que reunió 36 voces poéticas de este archipiélago nacidas entre esos años y se reseña que la Fundación CajaCanarias inauguró en su Espacio Cultural de Santa Cruz de La Palma la muestra La Fábrica, punto de encuentro (1995-2005), un repaso expositivo por la década de existencia de esta publicación, que fue dirigida por Anelio Rodríguez.Javier Castañeda, por otro lado, presentó el libro Suturas en alba fénix (La Página Ediciones).

En el apartado de cuento, destacó la publicación de Puro cuento (Baile del sol), de la escritora y periodista Yolanda Delgado Batista y en novela que Jesús Villanueva volvió a saltar a la arena con La campana y el cañón (Ediciones Sacramento), en la que recupera a algunos de los personajes de El fuego de bronce.

El misterio de los filiichristi de Agulo (Baile del sol), de Daniel María, un relato sobre los miembros de una congregación teosófico-cristiana que actuó en este pueblo de La Gomera en la década de los años veinte fue otra de las novedades de un año en el que se reeditó Indigenismo, raza y evolución. El pensamiento antropológico canario (1750-1900), del antropólogo Fernando Estévez y Adrián Serrano Sanz obtuvo por Sahara el X Premio de Poesía Joven Emilio Alfaro Hardisson que convoca el Ateneo de La Laguna.

Javier Marrero aprovechó para presentar su tercera novela Nueve y media en Junta Suprema (BL&W Editores) y Rafael Luzardo recopiló algunos de sus artículos de opinión en El poder la escritura (Ediciones Idea).

Por último, Mario Domínguez Parra tradujo para Ginger Ape Books & Film y en la colección Thompson & Thompson la novela Almas rotas, de Nikos Kazantzakis y en la editorial digital Hora Antes se presentó Cartas de amor clandestino (y pública amistad) en la que se transcriben las cartas que Emilia Pardo Bazán envió a Benito Pérez Galdós.

Las novelas La hornacina y Tilde, del escritor José Rivero Vivas, se presentaron también pocos días antes de que finalizara el año. Un año en el que el artista plástico Facundo Fierro presentó ¿…Adónde Europa?, un relato de aventuras con base histórica y referencias a Canarias, así como Asylum, de Ángel Manuel Cavaría López (Afgani Editorial);  Tras la sístole. Viaje y escritura insular,  de Miguel Pérez Alvarado (Mercurio Editorial) y Diccionario del mono leído, de Juan Carlos de Sancho (Mercurio Editorial), que fueron otros de los libros que se dieron a conocer en un año de profundas transformaciones, cambios inesperados y ausencias que, mucho me temo, anegaron de lágrimas los ojos de de los hombre y mujeres de buena voluntad.

Y, somos conscientes, nos quedan más títulos y autores pero razones de espacio y olvido justifican su ausencia.

Y EN CUANTO A CÓMICS

Hay intentos, cañonazos que suenan de repente en la nada. Es una buena definición para definir el panorama actual de los cómics, tebeos, colorines, chistes en Canarias. En 2016, el dibujante y guionista Juan Carlos Mora presentó Dácil, cuarto volumen de la colección Historias de Guanches. Eduardo González, también dibujante y guionista, publicó gracias a la generosidad de un entusiasta por las historias gráficas como Santi Suárez su Autobiopsia, relatos inspirados en la vida real y dibujado en impecable e implacable blanco y negro. Por último, Rayco Pulido presentó Lamia (Astiberri Ediciones) 88 páginas en blanco y negro que cuentan un relato que transcurre en la Barcelona de 1943, ciudad en la que actúa un asesino sanguinario.

Saludos, y hasta 2017, desde este lado del ordenador.

Historia del Cine en Tenerife y Canarias

Miércoles, Diciembre 28th, 2016

No sé si ha sido fruto de la casualidad pero ayer 28 de diciembre, ese día en el que en España se celebran los santos inocentes que es algo así –cada vez menos, esa es la verdad– como una fiesta en la que se da licencia para tomarle el pelo a los demás y que evoca la matanza de niños que emprendió Herodes para liquidar al recién nacido que iba a ser Rey de los Judíos, nació el cine.

Un arte, el cine, que, bien mirado, no tiene nada de inocente o sí, según se mire.

Cuentan que tal día, pero de 1895, los hermanos Lumiére proyectaron públicamente una cinta en la que se mostraba la salida de obreros de una fábrica en Lyon, Francia; la demolición de un muro, la llegada de un tren y un barco saliendo del puerto. La Wikipedia no dice de qué puerto pero da igual porque el caso es que el cine abría los ojos y, como un inocente, no se imaginaba el futuro que tenía por delante.

Dicho esto, estas líneas son para anunciar que este jueves 29 de diciembre en el teatro Timanfaya del Puerto de la Cruz y el viernes 30 en la Real Sociedad Económica de Amigos del País de Tenerife, La Laguna, se proyectarán trabajos de Fran Casanova y Josep Vilageliu, respectivamente, a partir de las 19.30 horas. 

Ambas retrospectivas forman parte de las 3ª jornadas sobre Historia del Cine en Tenerife y Canarias y quiero entender más como un merecido homenaje que como retrospectiva la exhibición de una amplia muestra del trabajo cinematográfico que lleva realizando Joseph Vilageliu. 

En 2017 se cumplirá el 50 aniversario de su primer cortometraje, así que es un candidato perfecto para narrar el relato de lo que ha sido, y de lo que ha dado y está dando de sí, el cine rodado en las islas a partir del visionado de las películas que ha realizado desde los 70 hasta la fecha…

… porque Joseph Vilageliu sigue rodando, lleva el cine muy metido en las venas. En ese año que se avecina, espera estrenar Al borde del agua y Del amor y otras necesidades, dos mediometrajes que comenzó a rodar en 2015 y que ya están finalizados, y Dueto, que rueda en la actualidad.

Joseph Vilageliu tiene pinta de santo ortodoxo y de tipo que se ha quemado las pestañas viendo cine. Hablar con él sobre cine resulta de hecho uno de esos placeres que habría que reivindicar con ahínco, y ver sus películas una aventura que en muchas ocasiones me ha deslumbrado y en otras despertado mis instintos más asesinos.

Josep lo sabe, y ahí donde lo ven este agitador cultural de los de antes, de los que sostiene que de tanto en tanto no viene mal una encendida polémica, se divierte más cuando resulto incisivo que cuando me rindo a sus pies y reconozco al maestro que lleva dentro.  

Así que lo de buena gente le queda muy corto a un cineasta que comenzó a rodar películas en cine de verdad, Súper-8, en los 70 y 80 junto a aquellos chiflados por el –no iba a ser menos– cine que fue el colectivo de Yaiza Borges y en vídeo y digital entre los 90 y lo que ya llevamos de siglo XXI.

Películas y más películas que articulan una filmografía irregular pero con mirada y universo propio. Constantes que son señas de identidad de uno de nuestros cineasta más veteranos e independientes.

Un tipo formidable, y un candidato a formar parte de los Premios Canarias si esos premios tuvieran dos dedos de frente.

Saludos, libros, libros y más libros, desde este lado del ordenador.

“Somos francotiradores culturales”

Martes, Diciembre 27th, 2016

Esta no es la historia de un milagro pero casi porque celebrar 25 años como editorial, y como editorial canaria, si no es milagro se le acerca bastante. Baile del sol nació primero como una asociación cultural que articulaba su voz a través de fanzines y más tarde, mucho más tarde, como una pequeña editorial independiente que bajo la orientación de Ángeles Báez y Tito Expósito navega aún en el complejo océano de la edición en España porque los del baile y a los que les gusta este baile, se marcaron desde los inicios saltar ese mismo océano con el objetivo de hacer llegar sus libros también al territorio peninsular. Sobre estos 25 años de singladura editora y editorial conversamos con Tito Expósito.

- ¿Qué balance hacen de la trayectoria y evolución como editorial de Baile del sol?

“Después de 25 años, podemos decir que no hemos llegado a la cima a la que nos habíamos propuesto pero tampoco nos hemos visto devorados por la espiral meliflua que supone trabajar en la cultura en este país y sobre todo, haciéndolo desde la periferia. Hemos editado casi todo lo que hemos querido y más. Nos hemos batido con bastante éxito en el campo de la poesía, sobre todo en la llamada de la conciencia crítica y quizás sea en este territorio donde se nos conozca más. Hemos editado a mucha gente nueva, y también se han ido acercando autores con cierto prestigio. Nos hemos atrevido a dar saltos a la literatura del este de Europa y a la del continente africano e incluso, hemos hecho pinitos con la literatura francesa y anglófona. Nos han faltado algunos títulos que despuntasen con holgura –sobre todo en narrativa- para haber podido despegar por completo y no habernos quedado siempre a un paso de asentarnos totalmente en el mercado editorial hispano. Si bien es verdad que con la edición de Stoner logramos expandirnos en cuanto a la distribución estatal, siempre hemos estado bregando para que nuestros libros abarquen una red de librerías mucho mayor. Otro problema que hemos tenido en estos años es el de llegar a los medios de comunicación especializados, un verdadero coto donde el peaje a pagar no es siempre asumible para una editorial de nuestra envergadura. Por otra parte, siempre hemos intentado hacer cosas paralelas a la edición de libros, tanto de forma individual como con otras empresas o colectivos, ahí estuvieron las campañas de fomento a la lectura como Lee a tu gente, la promoción de autores insulares fuera de nuestras fronteras como fue Acercando orillas (estuvimos dando pata por España, Croacia, Eslovenia, México y Portugal), el Encuentro de Editores en Canarias o el Salón Internacional del Libro Africano. A estas alturas, con más de 800 títulos editados, podemos decir que hemos sido una editorial coherente con nuestra forma de ver el mundo y con un tipo de literatura global, comprometida y liberadora.”

- ¿Cómo nace la editorial, y cuál fue el primer título?

“La editorial nace tras varios años como fanzine y revista bajo el mismo nombre, bajo el auspicio de un colectivo cultural que surge como una forma de vertebrar lo que cocíamos una jarca de pibes y pibas inquietos culturalmente. En esta primera etapa nos movíamos entre la música y la literatura. Formaban parte de este colectivo mi hermana Carmen, los hermanos Croissier, los dos Orlando (Negrín y el fallecido Cova) y también Ángela Ramos. Después estuvimos un tiempo unidos a la gente de La Calle de la Costa, más implicados con la literatura y con la edición. Una etapa donde frecuentábamos bastante la librería El Escribidor que regentaban Maruchi y Antonio Vizcaya. A partir de ahí, después de ver cómo iba muriendo la receptibilidad por este tipo de publicaciones alternativas, lo rápido que caducaba la publicación tras muchos meses de esfuerzo, decidimos buscar otras vías para hacer visibles nuestras inquietudes culturales y optamos por la edición. Los dos primeros títulos que salieron juntos fueron: una novela corta de Juana Santana titulada El grillo rojo, y el segundo, una recopilación de poemas, Cantos del Sahel, escrito por niños de Níger  que estudiaban castellano en su país. Empezamos a ver la posibilidad de edición de estos título a principios de 1992 y se hizo realidad en el último trimestre del año. Un parto largo por la inexperiencia del salto que estábamos dando. A parir de esas fechas la editorial siguió cambiando de actores y fisionomía. Es durante el año 1997 cuando se incorpora Ángeles Alonso y en 2001 damos el salto a la profesionalización de la editorial. Abandonamos el amparo del colectivo cultural y nos convertimos en una sociedad limitada. En esta aventura nos acompañan en un primer momento, Nieves Morera y Conchy Franchy. También en esta época nos ayudó mucho Carlitos el Pana. El batacazo nos lo damos a finales del 2003. Quisimos montar una editorial de película en un territorio poco propicio. Durante el 2004 casi desaparecemos y  no es hasta avanzado el 2005 que empezamos nuevamente a asomar la cabeza, otra ves Ángeles y yo, pero ya sin oficina ni almacén y moviéndonos desde nuestros respectivos domicilios. Un par de años más tarde volvemos a tener oficina bajo el amparo de la empresa Mirmidón en Santa Cruz. Primero Nuria y luego Noemí, tomaron las riendas de la parte administrativa, pero sobre todo de comunicación, y parecía que la editorial volvía a remontar. También desde las instituciones se fomentó la asistencia a ferias y pudimos asistir por primera vez a Frankfurt o Guadalajara y poner chiringuito en la Feria del Libro de Madrid junto con otra editorial de isleños, Escalera. Incluso llegamos a tener durante casi un año a una persona que se encargaba de la comunicación desde Madrid, María José. Esto se corta casi radicalmente con la llegada de la crisis. Volvemos a quedarnos sin oficina, almacén y personal pero ganamos una deuda del tamaño de un rascacielos. Tuvimos que retomar el asalto a las trincheras y volver a trabajar desde nuestros domicilios, francotiradores culturales. Pero afortunadamente un golpe de suerte nos llegó a finales del 2010, y se materializó durante el 2011. La edición de Stoner hizo que en un año tomáramos el impulso necesario para volver a flote y mantener nuestro ritmo de edición, el fortalecimiento de la distribución y la consecución de nuevos puntos de venta. Desde entonces andamos entre nubes y claros. Con la incorporación de Inma Luna llevando la comunicación de la editorial, hemos reforzado y expandido nuestra presencia en las redes sociales.”

- ¿Cuáles han sido los títulos más vendidos de la editorial, y por qué?

En un principio tuvimos bastantes ventas con los libros de historia relacionados con las islas, temas tabú hasta entonces: el nacionalismo más radical, el africanismo o los temas relacionados con la Guerra Civil. Después vinieron muchos años donde despuntaba algún título de poesía, primero local y poco a poco de poetas españoles y de otras latitudes. Pero si duda, el bestseller de la editorial ha sido Stoner, de John Williams y sus más de 50 mil ejemplares vendidos en estos últimos 6 años. También en nuestra apuesta para estas navidades, nos hemos salido de lo estrictamente literario, y nos hemos lanzado a un libro de cocina, entre biografía y recetario de unos de los ganadores del programa televisivo Masterchef, Cocinando la calle con Carlos Maldonado. Solo lleva una semana en la calle y de momento estamos muy contentos con los resultados que está consiguiendo.”

- ¿Podría hacer un diagnóstico de la situación editorial en Canarias?

“Si te digo la verdad, la desconozco. Siempre me he dedicado más a la parte editorial que a las relaciones institucionales. Hubo un tiempo en que funcionó una asociación de editores de la que formamos parte, incluso llegaron a existir dos paralelamente. Pero yo me canso pronto de las disputas de ombligo, sé que lo que importa y lo que nos lleva a algún lado es el curre y no discusiones retóricas que nunca han llevado a nada, solo a envidias y a peleas de perro. Creo que se perdieron verdaderas oportunidades de que el sector editorial se asentara en las islas, pero ni las políticas institucionales ni los propios editores tuvieron la voluntad necesaria para que esto saliera adelante. Durante estos años he visto pasar unos cuantos gobiernos y después de muchas reuniones de cara a la galería, muy pocos tuvieron un interés real –algunos hubo que se mojaron más arriba de las rodillas- por sacar la cultura de la cloaca a la que casi siempre conducen políticos que ni saben ni muestran el interés necesario por ella.”

- ¿Cuentan con apoyos del gobierno, cabildos, ayuntamientos?

“Hemos tenido apoyos, y hubo un tiempo en que se intentaron hacer cosas, primero fueron ayuntamientos y gobierno los que cerraron las ayudas. El último fue el cabildo tras su interés por digitalizar obra, pero ya este año hemos visto como languidecía cualquier atisbo de que esto continuase por mucho que prometiesen. Cuando la promesa se dilata tanto llega a esfumarse. Ya ni siquiera compran algunas decenas de ejemplares para las bibliotecas como cuando lo hacían para lavar conciencias y tapar bocas. A estas alturas, solo faltaría que nos pidieran ejemplares de regalo para abastecerlas. Pero también hay que dejar claro que las ayudas institucionales deberían darse para fortalecer el sector y crear las infraestructuras necesarias para ello. El parcheo y la mendicidad no sirven para nada, solo para llenar los bolsillos de algunos.”

- ¿Se lee en Canarias? Y si se lee, ¿qué se lee en Canarias?

“Supongo que se leerá como en todas partes. Lo único que te puedo decir es que es la comunidad donde nosotros facturamos menos. También me imagino que como en todas partes, habrá público para todos los gustos. Como lector del terruño, cuando me acerco a las librerías sé que tipo de literatura voy buscando, con lo cual me dirijo a unas librerías determinadas donde sé que voy a encontrar lo que me gusta. El público que veo por allí creo que también va con ese objetivo.”

- ¿Cuáles son los libros de los que se sienten más satisfechos de haber editado pero que, sin embargo, tuvieron una carrera irregular en ventas?

“Por encima de todos, la colección del poeta salvadoreño Roque Dalton. Fueron muchos años detrás de los derechos y luego un trabajo duro de digitalización y corrección para editar esos diez títulos que la componen. Y sin embargo, todavía siguen siendo un desconocido en esta orilla.”

- Baile del sol es de las pocas editoriales de las islas que se ha preocupado por llegar al  mercado peninsular.

“El proceso ha sido lento y laborioso. El primer obstáculo con el que nos encontrábamos era nuestro catálogo, se nos echaba en cara la composición casi exclusivamente regionalista del mismo. Con la internacionalización de autores, la entrada a las distribuidoras fue más fácil, aunque solo se interesaban por nosotros las de tercera división y tuvimos que hacer muchos cambios al principio acompañados también de muchos palos como la pérdida de depósitos y los impagos. En la actualidad tenemos una red estable de distribuidoras, y cuando alguna cierra, pasamos directamente a buscar puntos de venta estratégicos en las ciudades más importantes de la zona donde puedan tener cabida nuestros libros. Es importante tener un punto de apoyo sobre todo en Madrid o Barcelona si quieres abarcar el mercado peninsular. Solo desde aquí con los costes de transporte de mercancías y personas es un disparate. Las redes sociales también ayudan en la promoción, pero desgraciadamente si el libro no es digital, la distancia geográfica es un claro impedimento. La situación mejoraría quitando las trabas arancelarias y aduaneras tanto de ida como de vuelta –solo las administrativas crean tal caos con el papeleo que uno termina por desistir-. Al igual que el transporte de pasajeros está subvencionado creo que también debería estarlo el de ciertos tipos de mercancías, sobre todo de productos básicos y culturales.”

Y en eso llegó Stoner

El mayor éxito de Baile del Sol hasta la fecha tiene nombre: Stoner, del escritor norteamericano John Williams, una novela absolutamente desconocida en España hasta que se publicó en la editorial canaria y que lleva vendidos unos 50.000 ejemplares, así como el elogio de numerosos lectores y críticos, entre los que se encuentra un revelador y entusiasta artículo que Enrique Vila-Matas publicó en el suplemento cultural de de un diario de tirada nacional. Tito Expósito comenta que llegó a Stoner cuando leyó en una entrevista a la escritora Ana Gavalda sobre un libro que la había emocionado. “Yo me dije entonces que si a esta mujer le gustaba y a mi me gustaba tanto lo que ella escribía, pues también me iba a gustar Stoner, así que investigué y tras contactar con la agencia que llevaba los derechos en Estados Unidos, pude conseguirlos para el castellano a un precio accesible”, recuerda el editor. La versión en español de Stoner se puso en circulación en diciembre de 2010, “adelantándonos incluso a la edición francesa que saldría seis meses después”, y el éxito si bien no fue inmediato, aumentó a medida que la novela calaba entre los iniciados. Stoner fue escrita en 1965 por un escritor casi desconocido, John Williams, y había pasado sin pena ni gloria por las librerías americanas hasta su reedición en 2005 por New York Review Books Classics, año en que la obra empezó a ser considerada en su país. La versión española contaría con el respaldo de críticos y escritores como el ya mencionado Vila-Matas y también Rodrigo Fresán, quienes la consideran como una obra maestra lo que estimuló a que las ventas crecieran y que el libro se haya “mantenido durante seis años como un libro de referencia”.

Saludos, calima, desde este lado del ordenador.

Octavio Pineda, premio de poesía Pedro García Cabrera por ‘¿Qué piensa el león del horizonte?’

Lunes, Diciembre 26th, 2016

¿Qué piensa el león del horizonte?, de Octavio Pineda, ha obtenido el Premio de Poesía Pedro García Cabrera que convoca la Fundación CajaCanarias anualmente.

¿Qué piensa el león del horizonte? se compone de treinta y tres poemas en los que la pintura, sus texturas, formas y colores suponen vías de expresión recurrentes, centrándose principalmente en los cuadros de Óscar Domínguez así como alusiones a otros autores relacionados con el surrealismo del pintor tinerfeño.

Octavio Pineda (Las Palmas de Gran Canaria, 1979) es doctor en Literatura y durante nueve años vivió entre Francia y Rumanía, donde ejerció como Lector de Universidad. En la actualidad trabaja como Técnico en Cultura y Patrimonio Histórico del Cabildo de Gran Canaria y ha sido galardonado en el certamen de poesía joven Ciudad de Telde  (1998), el premio municipal Francesc Candel de poesía de Barcelona (2013), o el accésit al Premio de poesía del municipio de Antigua, en 2015.

A lo largo de sus estudios universitarios fue colaborador de la revista literaria Calibán, de la ULPGC y, en el año 2008, obtuvo el VII Premio de Poesía Domingo Velázquez de Fuerteventura, lo que conllevó, a su vez, la publicación de su primer libro, Bersos. Posteriormente, Amasijos, conversaciones y otras ciudades obtuvo el accésit del premio INJUVE de poesía, en Madrid, que luego será publicado, en 2011, en una edición ampliada por La Página Joven.

Dotado con 3.000 euros, el jurado de la edición de este año estuvo formado por Miguel Martinón, Josefina Betancor y Antonio Puente.

Saludos, cien cañones p0r banda, desde este lado del ordenador.

Un año de cine en Canarias

Viernes, Diciembre 23rd, 2016

El año 2016 ha sido un año de cambios, con todo lo extraño y terrible que encierra esa palabra, cambios. Estas profundas y complejas transformaciones se vieron reflejadas como era de esperar en el cine que se rueda en estas islas, un cine que se resiste a desaparecer y que para sorpresa de unos y desespero de otros, continúa su singladura en una comunidad autónoma como es la Canaria tan poco dada a reconocer el trabajo de los que, pese a todo, resisten.

En 2016 unos pocos celebraron el 90 aniversario del largometraje El ladrón de los guantes blancos (Romualdo García de Paredes y José González Rivero, 1926), la primera película de ficción rodada por un equipo canario en las islas y una cinta adelantada a su tiempo y en la que ya se aprecia algunas de las constantes que definirán el cine que se rueda a este lado del Atlántico.

Celebró también su veinte aniversario Esposados (Juan Carlos Fresnadillo, 1996), uno de los mediometrajes más premiados de la historia del cine español y el primero que fue nominado en esa categoría a los Oscar de Hollywood.

Juan Carlos Fresnadillo, que cuenta con una todavía sobria pero notable y muy personal filmografía fantástica (Intacto, 28 semanas después e Intruders) dirigió en 2016 el episodio piloto –y asumió las tareas de productor ejecutivo– de la inquietante serie de televisión Falling Water.

Por otro lado, ruedan sus últimos proyectos Andrés M. Koppel y Mateo Gil. El primero está ya ultimando para Tornasol Films y Hernández y Fernández Cinematográficas La niebla y la doncella, que adapta al cine una novela protagonizada por la pareja de guardias civiles, Chamorro y Bevilacquea, de Lorenzo Silva.

El segundo afina también Proyecto Lázaro, una película de ciencia ficción cuyo estreno se prevé para 2017. Además, David Cánovas baraja llevar al cine Las flores no sangran, una novela de Alexis Ravelo. Otra novela de Ravelo, La estrategia del pequinés, ha sido escrita para la pantalla grande por Elio Quiroga.

Tras estrenar este año People You May Know, JC Falcón se encuentra en la preproducción de Unforgettable. Joan Collins, Tippi Hedren, Franco Nero y Marisa Berenson forman parte del reparto de una cinta en la que se cuenta la historia de un cineasta envejecido que al perder su fortuna se traslada a vivir a la India.

Cuatro canarios estuvieron nominados a los Goya: Álex García, que optó al Goya al Mejor Actor Revelación por su trabajo en La novia, una película de Paula Ortiz; Marta Miró y Andrés Santana en Mejor Dirección de Producción por Nadie quiere la noche, de Isabel Coixet y, por este mismo filme, otro canario como Paco Rodríguez H. compitió al Goya de Mejor Maquillaje y Peluquería junto a Sylvie Imbert y Pablo Perona. Tanto el tándem Santana/Miró como Paco Rodríguez se llevaron la preciada estatuilla, no fue ese el caso de Álex García.

Informar que tras conocerse los nuevos candidatos a los Goya 2017, solo se ha colado entre los nominados Alberto Rodríguez, director del filme de animación Ozzy.

La nota triste fue la ausencia de los músicos Mandy Capote y Ruskin Herman, y de la actriz italiana Silvana Pampanini, protagonista, entre otras películas, de Tirma (Paolo Moffa, Carlos Serrano de Osma, 1954), rodada en Gran Canaria y la primera –aunque muy poco histórica– aproximación cinematográfica a los primeros pobladores del Archipiélago.

En cuanto a exhibición de largometrajes, producidos y en otros casos dirigidos porcanarios, 2016 no ha resultado ser un mal año. Ahí están El tiempo de los monstruos, de Félix Sabroso, la primera cinta que realiza sin su pareja en la vida y en el cine, Dunia Ayaso; La isla del viento: Unamuno en Fuerteventura, del cineasta Manuel Menchón, filme que cuenta con un sobresaliente José Luis Gómez en el papel del autor de Niebla o La tía Tula, entre otras novelas; La punta del iceberg, una película de David Cánovas, una arriesga pero muy convincente adaptación de la obra de teatro de Antonio Tabares; Julie, de Alba González de Molina; Los días vacíos, de Daniel León Lacave, en la que dibuja sin legañas en los ojos el retrato de una generación y Guacimara y la tierra roja, que firmó Raúl Jiménez Pastor en Argentina. A finales de este año, Jiménez Pastor presentó también El bombazo, cuyo estrenó se prevé para el 2017.

Varios fueron los especialistas canarios que publicaron libros en año tan extraño y cambiante: La isla interior (Filmoteca Canaria) una amplia entrevista de Luis Roca con Félix Sabroso y Dunia Ayaso y que incluía el guión de, precisamente, La isla interior; Panorámicas urbanas. 50 películas esenciales sobre la ciudad (Editorial UOC) y Luis Buñuel. Vivo, por eso soy feliz (Editorial La Confluencia), ambos de Jorge Gorostiza y Ceremonias de lo falso (Shangrila) de Ayoze García González y Mateo Sancho Cardiel.

También se ruedan películas. Muchas películas que traen estrellas de Hollywood, lo que genera cierto alboroto provinciano porque no pasa todos los días que te tropieces en la calle con Uma Thurman o Brad Pitt. A este último se le pudo ver en Aliados, algunas de cuyas escenas se rodaron en la capital grancanaria.

Escogieron las islas como escenario de sus películas las producciones españolas Oro, de Agustín Díaz Yanes, y Los últimos de Filipinas, ya estrenada, y que firma Salvador Calvo, entre otras.

Todo esto indica que por fin las administraciones públicas canarias se han dado cuenta que el cine, además de arte, es un negocio. Según datos suministrados por el Gobierno de Canarias, este sector dejó en los últimos cinco años más de 130 millones de euros y en 2015, por ejemplo, supusieron una inversión de 33 millones de euros.

Este año, además, la Filmoteca Canaria pasó a depender de la Dirección General de Patrimonio Histórico y en su labor de recuperación de los documentos cinematográficos y auviodisuales relacionados con las islas dio a conocer el trabajo de Nieves Lugo y Benítez de Lugo, la primera mujer cineasta de Canarias.

Por otro lado, este año apareció la Asociación Microclimas, que está formada por un grupo de cineastas del archipiélago en la que algunos de sus asociados cuentan con ayudas del Ministerio de Educación,  Cultura y Deportes para poner en marcha proyectos como el largometraje documental La Ciudad Oculta, de Víctor Moreno.

Microclima premió hace unas pocas semanas a Vértigo, una asociación de cine, por su trabajo en pos de la promoción y la difusión de la actividad cinematográfica en Gran Canaria.

También fue noticia que el sello internacional Troma Entertainment asumiera la distribución internacional de La isla del infierno (Javier Caldas, 1999) y que la serie de animación Cleo, que coproduce La Casa Animada y La Mirada Producciones, comenzase a emitirse en la televisión pública portuguesa.

Y no, el milagro de la apertura del cine Víctor, en Santa Cruz de Tenerife y en la actualidad la única sala de pantalla única en Canarias, no pudo repetirse con los Multicines Price también en la capital tinerfeña, aunque corrió el rumor, e incluso se publicó en prensa, de su inminente apertura.

Por otro lado, el Gobierno de Canarias, a través de Canarias Cultura en Red, seleccionó a los siete cortometrajes que integrarán el catálogo Canarias en Corto 2016: Héroe, de Vasni J. Ramos; El viaje del libro, de Daniel Millán; Popoff, de Domingo de Luis; Corporation: Earth, de David Xarach Falcón; Amanecer, de Daniel León Lacave; Náufragos, de Iván López y Desayuno con pastillas, de José Víctor Martín.

DOCUMENTALES

Se anunció el rodaje de un documental sobre el cineasta y pintor Roberto Rodríguez (Punta Gorda, La Palma, 1932) y que dirige Dailo Barco, uno de los responsables del también documental Viudas blancas así como sobre Pepe Dámaso, que filma Sigfrid Monleón.

El miércoles pasado, 21 de diciembre, Jaime Ramos Friend presentó La carrera de sus vidas, en la que recoge los momentos claves del ultra maratón solidario que realizó en India el corredor canario Juan Manuel Viera en febrero de este año.

Se proyectaron además trabajos como Telesforo Bravo. El hombre que escuchaba a las piedras, de David Baute; Bregando historias, de Ignacio Bello; el libro y documental José Peraza González (1930-2005), un trabajo de catalogación e investigación dirigido por Eduardo Naya, con guión de Edgar García, así como Alzados: historia del nacionalismo e independentismo en Canarias, de Ado Santana, director también de 30 monedas que distribuirá internacionalmente Troma.

Se exhibió La habitación del fondo, de Domingo Doreste González, sobre la creadora plástica Pino Ojeda y el documental Todos volamos, de José Cabrera Betancort; San Mao. La vida es el viaje, de Susi Alvarado en torno a la historia de amor que mantuvo la escritora Echo Sen con el español José María Quero; Fieles, un documental de Alfonso Bravo y Cadenas invisibles, dirigido por Domingo Damián Ojeda.

CORTOMETRAJES

En cuanto a cortometrajes de ficción se pudo ver Mi nombre es Mara, de Guacimara Yanes y Héctor Martín, y cuatro cortos de Miguel Ángel Mejías: Paraíso (2015), Sonho (2014), Penélopes (2014) e Icelands (2015).

También los cortometrajes de Rut Angielina G. Fuentes: Roboethics, The Bonfire y Noxa y tres trabajos que formaron parte del proyecto intergeneracional Los Mayores Valores y que bajo el título de Tres miradas (cortas) sobre la prostitución, son resultado de un taller coordinado por Josep Vilageliú. Los cortometraje, realizados por el alumnado de primer curso de Realización de Audiovisuales y Espectáculos del CIFP César Manrique, fueron: ¡No! (2015), dirigido por Natalia Bravo; Piruleta (2015), de Diego Martín, David Martín, Laura Padilla, Yaiza Rodríguez y Eduardo Pérez y Realidad desenfocada (2015), de Patricia Chimeno.

Pero hubo más cortometrajes. Se exhibió No way out, de Juan Puelles López; Montañas ardientes que vomitan fuego, de Samuel M. Delgado y Helena Girón y Solo se vive una vez, de Desiree Ramos y Cely Valeriano, un trabajo que formó parte del proyecto Ópera Prima Canarias.

Por otro lado, Tout le monde aime le bord de la mer (A todos nos gusta la orilla del mar) es un cortometraje de 16 minutos dirigido por la gallega Keina Espiñeira (1983) y producido por la productora canaria El Viaje Films.

Vale la pena reseñar que la Sección Oficial de Cortometrajes del Festival de Málaga de este año exhibió Fiesta de Pijamas (2015), de David Pantaleón; Ave feliz (2015) de Víctor Moreno; Melodrama (2015), de Cris Noda y Cayetana H. Cuyás y Fidel, de Eduardo Casanova.

Y por último que la Fundación SGAE, en colaboración con el Clúster Audiovisual de Canarias, organizó el ciclo Creadores del Cine Canario, y en el que se exhibieron quince títulos realizados a partir del año 2009, y en el que se combinó óperas primas, documentales, animación, comedia y suspense, entre otros géneros.

Creadores del Cine Canario se inauguró en la Sala Berlanga de Madrid el 12 de septiembre con el cortometraje Rivero, de Coré Ruiz, y el documental La Murga, Ópera Popular, de David Baute. Otras películas que formaron parte del ciclo fueron Silmane, de José Ángel Alayón;  La trompeta, de Andrés Nieves y el corto-documental Sin Dios ni Santa María de Samuel Martín Delgado y Helena Girón, entre otros.

FESTIVALES

Canarias cuenta con festivales de cine. Para unos son demasiados festivales de cine, semanas, muestras que no es que tengan mucha trascendencia fuera del ámbito local, pero es una tendencia, más que una moda, la de organizar eso, festivales de cine. Entre otros, está el de Las Palmas de Gran Canaria y los dedicados específicamente a cortometrajes (hay varios y no se cuentan con los dedos de una sola mano); música, pero música de cine, Fimucité; documentales, MiradasDoc; Animación, Animayo, etc, etc… y todo ello sin contar las sesiones de exhibición que algunos colectivos de aficionados han puesto en marcha con la colaboración, en alguna ocasión, de las  administraciones locales.

Saludos, un año más…, desde este lado del ordenador.

El sueño de la razón produce monstruos

Jueves, Diciembre 22nd, 2016

Eduardo González es uno de los mejores narradores canarios de la actualidad. Eduardo González escribe, pero sobre todo dibuja sus relatos porque pertenece a esa república que se gobierna sola y en la que resisten, como los galos de Astérix, los artistas de la historieta en Canarias.

Curioso el caso de estos resistentes, porque su trabajo no trasciende como merece aunque ellos ocupen su espacio y puestos en pie y de rodillas defiendan su territorio como lo hizo la infantería británica contras las fuerzas francesas en Waterloo.

Tras los cómic de encargo de la Colección Guanche (Candelaria Cómics) y su debut en esa obra redonda e inquietante que es Dentro de la noche (Dolmen Editorial), Eduardo González presenta Autobiopsia, una edición especial limitada gracias al entusiasmo del más que aficionado, iniciado Santi Suárez.

Autobiopsia, tal y como indica el título, reúne una compleja intervención quirúrgica que explora la cabeza de su creador a través de una serie de historias inspiradas en la vida real. Estas autobiopsias operan a modo de recuerdos, unos recuerdos que Eduardo González  refleja en impresionante blanco y negro.

Nervio pero también desarmante serenidad se muestra en cada uno de los trazos que componen las viñetas de esta obra gráfica. Unas historias que transmiten emociones, emociones con la que su autor recrea recuerdos que lo marcaron y en los que pesa el asombro y cómo ese asombro transforma al personaje protagonista de estos cuadros sobre nuestra no tan grisácea y rutinaria existencia.

La vida, ya se sabe, la vemos como queremos. Y la lente que emplea Eduardo González en vez de mirar hacia afuera lo hace hacia adentro. Parece que buscara en sus rinconces más oscuros y se autopsicoanalizara para superar las derrotas, la sombra de fracaso que muchas de estas experiencias sirvieron para modelar su carácter de hombre relativamente tranquilo.

Deja un regusto amargo la lectura de Autobiopsia, pero ese sabor es producto de la sacudida de emociones, y volvemos con las emociones, que transmite el trabajo de un artista (que dibuja y que escribe sus historias) que resiste, ya dije, porque forma parte de esas extraña república en la que todavía habitan hombres libres.

Por cierto, y a modo de llamamiento de comiqueros del mundo, ¡uníos!, este viernes 23 de diciembre y de 18 a 20 horas, Rayco Pulido presenta y firma en la Comicsería, en Santa Cruz de Tenerife, su nueva novela gráfica: Lamia.

Saludos, dicho queda, desde este lado del ordenador.