Archive for Diciembre, 2020

2020: Diez libros con acento canario

Miércoles, Diciembre 30th, 2020

En este texto citamos solo algunos de los mejores libros que, a nuestro juicio, se han publicado este año firmados por escritores canarios o residentes en las islas. Las obras abarcan variedad de géneros. Hay novelas, reflexiones personales, aforismos… Son solo diez de los muchos que se han editado este año que se va y que llevaremos en nuestra memoria mientras vivamos.

Panza de burro (Barrett), Andrea Abreu.- Sin lugar a dudas fue la novela del 2020 al menos en Canarias, donde se convirtió en todo un éxito de ventas y no solo en Tenerife, isla natal de la autora. Escrita bajo la atenta mirada de Sabina Urraca, que actuó como editora, Panza de burro inaugura para algunos lo que denominan novela neorrural aunque para otros, entre los que me encuentro, se trata de una sencilla historia de amor a la que Andrea Abreu viste con un lenguaje trufado de canarismos y de la jerga que se habla en su barrio, en los altos de Icod de los Vinos y al que describe con afilada mirada realista.

Intruso (Círculo Rojo), Gotzon Cañada.- Se trata del primer libro de este escultor implicado en acciones solidarias en el que cuenta algunos de sus viajes por países remotos y sobre todo el contacto con sus gentes. El volumen, que se lee con interés, cuenta además con notables fotografías que firman Isidoro Gallo, Erika Urquiola y el propio autor.

Las zonas comunes (Franz Miniediciones), Nicolás Dorta.- El primer libro de cuentos del escritor, periodista y ahora profesor de instituto Nicolás Dorta es un libro en el que reúne cinco relatos que transitan, ya lo dice el título, en esas zonas comunes en las que antes de la pandemia nos movíamos todos. Cuentos con acento realista no evitan que en alguno de ellos se cuele un aliento poético con el que se entrevé los primeros pero sólidos cimientos de un narrador de ficciones.

Las estribaciones occidentales de Cydonia (Franz Miniediciones), Sergio Barreto.- Entre las pocas sorpresas que ha deparado el 2020 se encuentra el descubrimiento de una editorial, Franz, que cuida y mima los libros que publica, algunos de ellos escritos por escritores canarios. Sergio Barreto es un autor que se adentra en los territorios de la fantasía realista, geografías que describe con subrayado poético. Siete son las historias que se reúnen en este volumen que no va a dejar indiferente a nadie.

La muerte sabía a chocolate (M.A.R. Editor), Pascal Buniet.- Escritor francés que vive desde hace muchos años en algún lugar del sur de Tenerife, la originalidad de las novelas de Buniet radica en que cuenta historias en clave criminal radicadas todas ellas en, precisamente, algún lugar del sur de Tenerife. En su última novela la acción transcurre sin embargo en dos escenarios diferenciados aunque el sur de la isla continúa estando presente en una narrativa que explora lo que piensan y sienten los integrantes de las colonias de extranjeros que han fijado su residencia en Tenerife.

Y mi madre dejó de tocar el piano (Diego Pun), Cecilia Domínguez Luis.- Con esta novela la escritora tinerfeña cierra la trilogía que comenzó hace unos años con Mientras maduran las naranjas y que continuó con Y tú serás el río, historias que le sirven de pretexto para contar la historia de una familia antes, durante y después de la Guerra Civil española. En Y mi madre dejó de tocar el piano llega hasta los setenta, lo que hace de esta saga un ambicioso fresco histórico de la Canarias de aquellos años. Este 2020 de pandemia no fue obstáculo para que la escritora publicara una novela más, La sorriba (Aguere/Idea), un relato amargo sobre la posguerra que transcurre en Los Eriales, una pequeña población ficticia perdida entre las montañas.

Desajustes (La isla de Siltolá), Benito Romero.- Colección de aforismo por el que su autor recibió el II premio de aforismos que convoca esta editorial y que Romero distribuye en el volumen en seis secciones. Como es natural en libros de esta especie habrán unos que gustarán más que otros. No me resisto en reproducir alguno de ellos a modo de reclamo: SENSIBLERÍA: Serrín que se esparce sobre las heces del rebaño.

Crónicas del aire (Ediciones Mesturadas), Damián Marrero Real.- Se trata de un libro inclasificable ya que mezcla memoria con relato y mucha bibliofilia, amor mayúsculo por los libros en una obra en la que intervienen numerosas voces –como se avisa en la contraportada– y está escrito con desarmante sinceridad, razón que hace que conmueva al lector y que éste aprenda la lección de vida y resistencia a la adversidad que el autor propone a medida que se avanza en sus páginas.

Cuando venga el Rey, Luis Carlos Castañeda.- Se trata de uno de los grandes descubrimientos literarios escritos en Canarias este año que ya se nos va. Por un lado, porque propone una ambiciosa y muy documentada novela histórica que transcurre en Santa Cruz de La Palma a principios del siglo XX, un escenario que le sirve al escritor para describir los tipos humanos que eran los vecinos de aquel entonces y cómo reaccionan cuando aparece en la orilla de la playa un cadáver que puede dar al traste con los preparativos que organizan las autoridades de la capital palmera para recibir al rey Alfonso XIII.



Hambrientos y cobardes
(Pez de plata), Ángel Vallecillo.- Escritor fogueado en el policíaco y la ciencia ficción y últimamente en la novela gráfica, Ángel Vallecillo propone en esta de momento su última novela una interesante e inteligente mixtura de ambos géneros para contar una historia que despierta la atención del lector y que conduce a un final de esos que dejan huella. Muy recomendable, sobre todo para los seguidores de la novela criminal y de anticipación.

Saludos, comienza la cuenta atrás, desde este lado del ordenador

Un año de literatura en Canarias

Martes, Diciembre 29th, 2020

Si ya de por sí no resulta fácil elaborar un resumen del año para reflexionar de lo que se ha escrito y publicado a lo largo de estos doce meses, el 2020 pasará a la Historia por lo extraño que ha resultado para todo los habitantes del planeta. La pandemia, el confinamiento, el establecimiento de lo que llaman “nueva normalidad” han pasado a formar parte de nuestro diccionario personal mientras las huellas de lo vivido –calles despobladas, paseantes con mascarillas, hospitales saturados y residencias de ancianos que presentaban cuadros más cercanos al Bosco que al de un paisajista cualquiera– permanecerán a partir de ahora muy vivos en la memoria.

El año literario en Canarias arrancó simbólicamente el 4 de enero de 2020 con la celebración del centenario de la muerte de Benito Pérez Galdós. Centenario que pasó en Canarias con más pena que gloria, fastos que quedaron en su mayoría diluidos por el avance inexorable de la Covid-19. Este 2020 también pudo haber servido para recordar el centenario del nacimiento del escritor Isaac de Vega aunque parece ser que los actos en su memoria se celebrarán en 2021.

En cuanto a extravagancias, tanto el Ateneo de La Laguna como el Círculo de Bellas Artes de Tenerife permanecen cerrados aunque hubo elecciones en este último, resultando elegido presidente de la entidad que tiene sede cerrada el artista plástico Alejandro Tosco.

Por otro lado, la XXXII Feria del Libro de Santa Cruz de Tenerife, que estaba previsto que se celebrase como cada año en el parque García Sanabria a finales de mayo, tuvo que cancelarse aunque se celebró a principios de diciembre de este mismo año en el aparcamiento del Palmétum con bastante dignidad aunque una alarmante ausencia de los libreros. En cuando a festivales sí que dieron la cara tras el confinamiento y adaptándose a las medidas y protocolos sanitarios que exigen los tiempo el Festival Atlántico del Género Negro, Tenerife Noir, que aprovechó la Feria del Libro habilitada en el Palmétum para desarrollar el programa de actividades que estaba previsto realizarse en marzo y volvió el Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras, Periplo, que celebró su octava edición; Mueca, Festival de teatro en la calle, ambos en Puerto de la Cruz, y la tercera edición del Festival Hispanoamericano de Escritores, que volvió a acoger Los Llanos de Aridane (La Palma) en septiembre. En este encuentro, la poeta andaluza Ana Rosetti fue la primera escritora de la Residencia Aridane de artistas y escritores.

Se celebró también el XVII Salón Internacional del Cómic de Santa Cruz de Tenerife con exposiciones y un programa de charlas y entrevistas que se pudo disfrutar por redes sociales.

La pandemia no fue acicate para que se apaciguase la tormenta política. Se sustituyó a Leopoldo Santos Elorrieta como director insular de Cultura del Cabildo de Tenerife, responsabilidad que recae ahora en Alejandro Krawietz con Enrique Arriaga como consejero del área. Arriaga, que también está al frente de la vicepresidencia y la consejería de Carreteras, Movilidad e Innovación, arrebató Cultura a su compañera de partido, Ciudadanos, Concepción Rivero, ahora responsable de Educación, Juventud, Museos y Deportes.

La mecha que hizo estallar la pólvora fue el cierre desde principios de enero, mucho antes de que fuéramos conscientes de la amenaza de la Covid-19, de la librería del Cabildo de Tenerife. Cierre que se anuncia perpetuo mientras reabre la del Cabildo de Gran Canaria.

En el plano político Carlota Cobo Hernández fue nombrada directora del Organismo Autónomo de Cultura, dependiente del Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife y se anunció a bombo y platillo que 773 proyectos se habían presentado a las convocatorias de Cultura del Gobierno de Canarias, las primeras que se hicieron públicas para paliar los efectos de la crisis de la Covid-19.

En estos tiempos extraños, el Taller de Traducción Literaria de la Universidad de La Laguna celebró su 25 aniversario y se anunció que el escritor y periodista Raúl Tola era nombrado director interino de la cátedra Vargas Llosa en sustitución del escritor y periodista JJ Armas Marcelo. Aparecieron dos revistas digitales volcadas en literatura como Trasdemar y La salamandra ebria y el Ayuntamiento de La Laguna acordó en junio una moción institucional para el inicio de un expediente de distinciones y honores al poeta y escritor José Carlos Cataño (La Laguna, 1954-Barcelona, 2019).

En cuanto a premios literarios, la novela El salón de los espejos mudos, del escritor Sergio Constán se hizo con el Benito Pérez Armas mientras que Pablo Alemán Falcón fue el ganador del de Poesía Pedro García Cabrera por Este cosmos de raíces y Carmen de la Rosa Moro con Nosotras somos humanas del Premio de Relato Corto Isaac de Vega.

El escritor y periodista Luis Carlos Castañeda resultó ganador con Cuando venga el rey del séptimo premio literario Amazon y Santiago Gil con la novela Mediodía eterno del Benito Pérez Galdós.

En el género negro y criminal, el escritor francés afincado en el sur de Tenerife, Pascal Buniet, obtuvo el IX Premio de Novela Wilkie Collins con La muerte sabía a chocolate y la titular de la cátedra de Galdós de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, Yolanda Arencibia, con el Premio Comillas 2020 por Galdós. Una biografía.

El escritor y cineasta Elio Quiroga obtuvo el II Premio de Novela Juvenil y de Fantasía que convoca la editorial cordobesa Malas Artes por Astral y el escritor gallego Domingo Villar se hizo con el premio Ciudad de Santa Cruz de Novela Criminal (Tenerife Noir) por El último barco.

Tomás Redondo Velo consiguió con el poemario Ruegos sumergidos, el premio de Nuevas Escrituras Canarias y Samir Delgado el Premio Internacional de Literatura Antonio Machado por La carta de Cambridge mientras que Antonio Martín Piñero con Amarillos el XII Premio Bienal de Poesía Joven Emilio Alfaro Hardisson del Ateneo de La Laguna, institución que dentro de sus posibilidades ha mantenido contra viento y marea su agenda de actividades.

Por otro lado, el Ayuntamiento de Tazacorte en la isla de La Palma dio el fallo del XXIII Concurso de Narrativa y Poesía Luis Sánchez Brito, resultando ganadores Sandra Lorenzo y Samir Delgado en las respectivas categorías.

AUSENTES

Nos dejaron en 2020 el escritor y viajero José L. González-Ruano, responsable de la única librería especializada en viaje de Canarias, Azulia, nombre que dio también a una editorial en la que el propio Ruano publicó libros como Donde anidan los albatros y El archipiélago nómada, entre otros. Falleció también el militar y escritor Juan Arencibia de Torres y Alberto Delgado, presidente de la Fundación de CajaCanarias y ex-viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias. Nos dejaron también el historiador Armando Curbelo Fuentes, el periodista y escritor Manuel Almeida; el cantautor y poeta Alberto Cañete; Javier Gorostiza, presidente de la Asociación de la Gesta del 25 de julio de 1797 y el catedrático de Lengua Española de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria y miembro de la Academia Canaria de la Lengua, Antonio Samper Padilla.

Por último, nos dejó también el escritor y viajero Javier Reverte, quien pese a no haber nacido en Canarias sí que estuvo muy vinculado al archipiélago a través del Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras Periplo, del que era miembro de su consejo asesor.

En cuanto a libros no ha sido 2020 un año excesivamente terrible aunque el torpedo sí que ha tocado pero todavía no hundido al sector. Sobre el impacto de la crisis desatada por la Covid-19 publicamos en estas mismas páginas una encuesta con diez editores de las islas para que hablaran de su situación, manifestando algunos de ellos su malestar por lo que consideran competencia desleal de la Viceconsejería de Cultura del Gobierno regional, ya que continúa una política editorial que no cuenta con las editoriales canarias y que en este año de pandemia publicó sin publicitar Temas de la narrativa canaria de los siglo XX y XXI (G-21), un estudio de Sinesio Domínguez Suria.

En Historia, el catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel Hernández, fue el autor de El círculo de los Gálvez. Formación, apogeo y ocaso de una élite indiana (Ediciones Polifemo, 2019) y Los ocho monstruos de Monteverde. El destierro en Ceuta de dirigentes de la Primera República de Venezuela (Ediciones Idea, 2020). En memorias, Baile del Sol dio a conocer De Las Palmas a Dakar, de Eduardo Suárez Socorro y José Carlos Guerra Cabrera Óscar Domínguez: obra, contexto y tragedia.

En el apartado narrativo, Cecilia Domínguez Luis publicó Y mi madre dejó de tocar el piano (/Diego Pun, 2020), con la que cerró la trilogía que inició con Mientras maduran las naranjas y continuó con Y tú serás el río; y La Sorriba (Ediciones Idea). Fernando Delgado firmó Todo lo que necesita ser dicho. El amor libre y devoto (Planeta); Emilio González Déniz El reloj de Clío (Ediciones La Palma) y Alberto Vázquez Figueroa la novela Cien años después (Kolima Books).

José Luis Correa publicó en Alba editorial la undécima entrega de las aventuras del detective Ricardo Blanco, Las dos Amelias; Alexis Ravelo Un tío con una bolsa en la cabeza (Siruela); Ángel Vallecillo Hambrientos y cobardes (Pez Plata) y Mariano Gambín la décima novela que reúne a los protagonistas de su ciclo Ira Dei, El palacio oscuro (Oristán). Otras novelas fueron El beso de Copacati (Dolmen Editorial), del escritor tinerfeño Víctor Conde (pseudónimo tras el que se esconde Alfredo Moreno); La paciencia del peregrino (Ediciones Idea), de Daniel Pérez Estévez; Las zonas comunes (Miniediciones Franz), de Nicolás Dorta; La ternura del caníbal (7 islas) y Da que pensar, textos y pretextos para una antología (Mercurio), de Víctor Álamo de la Rosa, el último volumen gracias a un trabajo recopilatorio de los filólogos María Nieves Pérez Cejas y Victoriano Santana Sanjurjo.

Santiago Gil presentó el libro de poemas Té Matcha (Ediciones La Palma), en el que recordaba a una de las personas más luminosas que he conocido Angélica Castellano Suárez y en la editorial digital ATTK Editores El imposible amor, una nouvelle en la que cuentan los miedos, los anhelos y las incertidumbres que se vivieron en España durante las primeras semanas de la cuarentena de la Covid-19. Roberto Toledo Pallicer presentó el poemario Fulgor del aire (Idea) y Federico J. Silva Silva Rerum (Mercurio). En apartado de memorias José Alejandro Fernández recuperó la memoria de su familia en Nosotros (Ediciones El Drago). En Almuzara, el investigador José Gregorio González publicó Magia, ocultismo y sociedades secretas en el Tercer Reich.

Cirilo Leal fue el autor de una de las novelas más vendidas en Canarias este año, Los lenguas cortadas (Herques), con prólogo y epílogo del profesor Antonio Tejera Gaspar, que presentó a finales de año un libro sobre Guanches (Le Canarien) y Alberto Omar presentó Sueños del otro (Poesía 1970-2020), en un volumen editado por el Gobierno de Canarias. En Franz Miniediciones Francisco León reunió artículos y ensayos en Oculto oficio y en Intruso (Círculo rojo) se reveló como escritor de viajes Gotzon Cañada.

Historia desconocida de mis antepasados (Verbum), de Gerardo Pérez Real; Crónicas del aire (Ediciones Mesturadas), de Damián Marrero; Vagos y maleantes (Editorial 7 islas) de Ismael Lozano; Panza de burro, sin duda alguna el título del año al menos en Canarias (Barrett), de Andrea Abreu fueron otros de los libros que nos llegaron en un año que, como se observa, si bien decayó en obras publicadas no cesó de aparecer con novedades antes y después de los meses de cuarentena.

El editor Ánghel Morales, de Aguere, puso fin a la colección G21 con un libro de cuentos escritos por mujeres e Iván Vera Martín publicó Los hombres y las libélulas. Otro libro que se publicó en 2020 fue La diosa de piedra (Idea/Aguere), de María Candelaria Marrero Pérez. Benito Romero insistió en los aforismos con Divergencias y Yurena González Herrero con el microrrelato en Carcoma (Baile del sol). El periodista Román Delgado fue el coordinador de Cuarteto de arritmias (BaraBara), volumen en el que colaboraron Indra Kishinchand López; Fer D. Padilla y Cristina Quirantes Sánchez. Delgado firmaría también pero ahora en solitario Historias de intramuros (BaraBara).

Las estribaciones occidentales de Cydonia (Franz Miniediciones) fue un libro de cuentos de Sergio Barreto y cuentos fueron también los que Fabio Carreiro Lago ofreció en Noches de naufragio (Baile del sol) así como Daniel María con Un camerino propio (Egales).

Amaro Pargo, Fe, Amor y Raíces, se trató de una novela de Alfredo López Pérez. El libro de Ofelia, de Anne Perrier, fue traducido por Rafael José Díaz, entre otros y otros libros de los que, por una u otra razón, tuvimos conocimiento. A esta lista que no es completa ni mucho menos, añadiríamos Ínsulas de papel, ínsulas digitales (Idea) de Pedro Javier Castañeda García y en Le Canarien La huella del botánico de La Orotava, de Jesús Rodríguez Bravo y Mujeres canarias, un libro colectivo.

En cuanto a novela gráfica, la Fundación Cine más Cómic publicó en 2020 dentro la colección Los archivos de la Fundación Ida y vuelta, de Rayco Pulido, con José Viera y Clavijo como protagonista; Crónicas de la cuarentena, de Eduardo González, su personal y humorística visión de los meses de confinamiento; Padilla & cía, de Padylla; Las viñetas del mago, de Francisco Medina y Malditos, de Chloé Beny. Bajo este mismo sello, se presentó Los cómics de las galaxias. La era Marvel 1977-1986 de Eduardo Serradilla y José Gracia y Blacksad. Vigencia y revitalización del género negro en las viñetas de Julio Santamaría.

El guionista y dibujante Juan Carlos Mora tras finalizar Historias de guanches (Idea) inició con Andamana (Idea) Historias de Canarios, sobre la conquista de Gran Canaria y a modo de colofón, Los ochenta pasan factura recogió en un solo volumen los once números del fanzine Cirrosis.

Saludos, repaso de un año, desde este lado del ordenador

Un año de cine en Canarias

Lunes, Diciembre 28th, 2020

El 2020 pasará a la historia como el año que vivimos peligrosamente. Esperemos que el próximo, ese que está ya al caer, sea si no mejor no tan dramático como el que ahora se despide. Como ya va siendo tradicional en este su blog nos hemos atrevido a hacer balance de estos días pidiendo de ante mano disculpas a los ausentes, que los habrá, en este artículo que solo quiere ser orientativo de lo que se coció cinematográficamente en las islas cuando todo parecía tranquilo, inicios de año y cuando todo comenzó a complicarse, a partir de un 15 de marzo en el que el Gobierno de España para limitar el número de contagios aplicó en tres ocasiones el Estado de Alarma que derivó en cuarentena nacional, restricciones y toques de queda.

En el pequeño pero siempre agitado universo del cine en Canarias el sector no ha terminado por desaparecer pero casi. Resultado de la crisis ha sido de momento la desaparición de salas de exhibición cinematográficas como Los Monopol en la capital grancanaria y el cierre de momento indefinido de los Price y el cine Víctor en Santa Cruz de Tenerife.

Un importante hallazgo fue el de una serie de imágenes que rodó la Fox en 1925 y que permanecen custodiadas en la Filmoteca Canaria. Su descubridor fue Agustín Miranda Armas, quien las localizó en una universidad de Carolina del Sur, Estados Unidos de Norteamérica y se cree que pueden ser los descartes del documental Canary Islands que presentó la Fox en 1926, y que nunca se ha logrado localizar. Por otro lado, el Fondo Cinematográfico Blaauboer-Rodríguez Castillo, que custodia el Cabildo de La Palma por deseo del propio Roberto Rodríguez, se encuentran ya disponibles para el público en el canal de Youtube de Filmoteca Canaria

Este año se produjo el fallecimiento en Madrid del actor Chicho Castillo a la edad de 58 años. Castillo formó parte del reparto de la serie Hierro e intervino en diversos episodios de El Juramento de Punta Brava, Balas Perdidas, Al salir de clase, Física o química y Ana y los siete. Para que los efectos devastadores de la pandemia no hicieran tanto daño al bolsillo de los profesionales, el área de Cultura del Gobierno de Canarias anunció un paquete de subvenciones “para producciones y desarrollo de proyectos por un importe superior al millón de euros” así como ayudas “para asistir a aquellos festivales y mercados profesionales de ámbito nacional e internacional que hayan seleccionado alguna de sus producciones”.

El futuro del sector continúa en la actualidad igual de incierto que ayer, solo que ahora se agrava por la crisis de la Covid-19. El sector , además, no se une para defender en un solo bloque políticas audiovisuales en las que encajen todos. Algo que es posible si se sientan y hablan entre ellos. Difícil tesitura pero necesaria para romper lobbies y una visión del cine única que no hace bien a nadie. En este aspecto, aún suena en una Canarias sometida al confinamiento la división de opiniones que distingue las líneas tanto de la asociación Audiovisual Plural de Canarias con la asociación de Cineastas de Canarias Microclima. En el debate, se plantea la reformulación del Clúster Audiovisual de Canarias y la supervivencia de un sector que, como el del cine, ha resultado duramente castigado por la pandemia. Muchos son los que esperan en este sentido que el reelegido presidente del Clúster, José Alayón, se plantee seriamente unir tendencias aunque habrá que esperar a que la situación mejore para observar si será ésta su hoja de ruta.

Se anunció este año que dos cineastas nacidos en las islas pero con trayectorias nacionales e incluso internacionales como Juan Carlos Fresnadillo y Mateo Gil trabajaban en proyectos para Netflix mientras que Andrés M. Koppel fue uno de los guionista de Way Down, de Jaume Balagueró.

En el terreno del largometraje sortearon estos tiempos para estrenar en festivales y salas La viajante, de Miguel Mejías, guionista también con Amanda Lobo de una historia pensada para los actores Ángela Boix y Miquel Insua y El último arquero, de Dácil Manrique de Lara, un documental que explora la vida y obra de su abuelo, el pintor Alberto Manrique.

David Baute presentó en festivales el largometraje animado Refugiadas climáticas, en el que cuenta la historia de tres mujeres que lo han perdido todo por los efectos del cambio climático. En cuanto a cortos, se pudo ver El anillo del rey, de Jennifer Castañeda García, un trabajo que protagonizan entre otros Idaira Santana, Juancho Aguiar, Leonor Cifuentes, José Delgado y Gor Ortega; La historia de Lila, de Alfonso Ruiz y uNpACKAGING, de ziREjA, pieza documental que muestra los 520.000 Kilos de basura que se generaron en las calles de Santa Cruz durante la semana del Carnaval del año 2018.

Otros cortometrajes que se pudieron ver fueron Géminis, de José Agustín Hernández y cómo no, una nueva edición del catálogo Canarias en Corto que desde hace unos años no abandona los territorios de la polémica por los trabajos que selecciona. En la edición de 2020 fueron –de siete escogidos cinco, ironías de la vida, no se rodaron en las islas que los promociona– Los espacios confinados, de Razzak Ukrainitz; Fuera de campo de Adriana Thomasa y Pablo Vilas Delgado; Grietas, de Alberto Gross; Las grietas, de Valentino R. Sandoli; Zapato roto, de Domingo de Luis; Océano, de Fernando Alcántara y Selfie, de Nayra Sanz Fuentes.

El 2020 con todas sus dificultades contó también con sus rodajes, no solo el de la segunda temporada de la serie Hierro. Entre otros, encontramos el de Lanzarote 2020. Muestrario de una pandemia, un largometraje documental que se está grabando la isla de César Manrique y que protagonizan cien personas elegidas según un estudio sociológico que responden a cinco preguntas claves sobre la situación actual. Produce la Asociación de Cine Tenique, organizadora de la Muestra de Cine de Lanzarote, y dirige Dailo Barco con Gerson Diaz como director de fotografía y Marcial Martín Betancort, responsable de coordinación de rodaje.

Otro documental fue Pescadores del desierto, trabajo que produce Siroco Factory y que dirige Ayoze O’Shanahan con guión de José Naranjo y Germán Santana como asesor histórico. Este proyecto obtuvo el premio Canary Islands Film en la cuarta edición de la Aceleradora Canaria de Cine que organiza el Clúster Audiovisual de Canarias con la colaboración de PROEXCA. La historia vincula la pesca tradicional del pueblo Imraguen de Mauritania con la de Canarias, ambas en peligro de desaparecer.

En cuanto a festivales, Tenerife Shorts, ahora Festival Internacional de Cortometrajes de La Laguna, cambió de ciudad. Si antaño se celebraba en Santa Cruz de Tenerife, del 23 al 26 de enero este año se desarrolló en el Teatro Leal y el IES La Laboral.

En la competición canaria participaron los cortos: Pillimpo, de Rafael Montezuma; Zapato roto, de Domingo de Luis; La Noria, de Carlos Baena; Selfie, de Nayra Sanz Fuentes, y 300 Todo incluido, de Pablo Fajardo.

PREMIOS

La figurinista tinerfeña Tatiana Hernández recibía el premio Ricardo Franco que concede el Festival de Málaga mientras que a principios de diciembre se daban a conocer los nombres de los ganadores del certamen de cine Manuel Villalba en las categorías de Documental y de Ficción que concede la Fundación de CajaCanarias. En la categoría de Documental recayó en Fuera de campo, de Pablo Vila y Adriana Thomasa y en Ficción en Naranjas, de Cora Cruz Arias.

Destacó también el trabajo In the pines, de Javier Fernández Caldas en varios festivales internacionales y La ciudad oculta, de Víctor Moreno, que se hizo con el premio Feroz al mejor documental. Estos reconocimientos los concede la Asociación de la Prensa Cinematográfica de España Éxodo climático, de David Baute, resultó igualmente premiado con la Espiga Verde a los valores medioambientales en la 65ª Semana Internacional de Cine de Valladolid (Seminci).

El Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales de España (ICAA) adscrito al Ministerio de Cultura y Deporte, reconoció el trabajo que la Asociación de Cine Tenique, que organiza la Muestra de Cine de Lanzarote, viene realizando en la última década. Fue el único festival de Canarias que recibió este reconocimiento.

Por último la décima Muestra Concurso de cine Visionaria, conceptos de isla que organiza la Asociación de cine Vértigo repartió sus premios en Herzog estuvo aquí, de Cayetana H. Cuyas, “por la originalidad en su apuesta por el falso documental a la hora de acercarse a una figura fundamental en la historia del cine”. El segundo premio lo recibió Casa de oro, de Marta Torrecilla y una mención especial a Después, de Marine Discazeaux.

La crisis de la Covid-19 anuló la celebración de muchos de los festivales de cine que tienen lugar en el archipiélago aunque otros, ajustándose a los protocolos que impone “la nueva normalidad” siguieron su curso como el Festival de Cine Fantástico Isla Calavera, que dio a conocer el desarrollo de un nuevo videojuego como parte de su programación de actividades paralelas: Titans came from the Ray, creado por el equipo de diseño y desarrollo de videojuegos PlayMedusa, y se celebraron el Festival de Cortos Villa de La Orotava, la Muestra de Cine de Lanzarote, el Festival Internacional de Música de Cine de Tenerife (Fimucité), entre otros. No así el Festival Internacional de Cine de Las Palmas de Gran Canaria, cancelado por la Covid-19.

La pandemia animó a los organizadores de Fimucité a habilitar en su web oficial un espacio en el que se recopilan los mejores vídeos del Festival y se publicó el segundo número de la revista Alisios y el equipo Alegando! presentó peliculascanarias.com, un buscador online en el que encontrar cine canario de cualquier época. La iniciativa parte con 200 títulos.

En la FOTO: Los padres de lo que podríamos conocer como cine canario: Romualdo García de Paredes (sentado y con altavoz en la mano) y José González Rivero durante el rodaje del primer largometraje de ficción producido y rodado en Canarias: El ladrón de los guantes blancos (1926).

Saludos, haya paz, desde este lado del ordenador

Humphrey Bogart

Viernes, Diciembre 25th, 2020

Si Humphrey DeForest Bogart (Nueva York, Nueva York; 25 de diciembre de 1899-Los Ángeles, California; 14 de enero de 1957) hubiera sido cualquier cosa menos actor no digo nada de cómo hubiesen resultado las películas que interpretó a lo largo de su carrera.

Afortunadamente, quiso la diosa fortuna que olvidara otra clase de menesteres y que dedicara sus esfuerzo a la interpretación. También que se encontrara en el camino con una estrella de la que hoy apenas se acuerdan los aficionados (Leslie Howard) y que éste le diera el espaldarazo definitivo para que metiera la cabeza en la industria del cine. Industria en la que se convirtió en uno de los referentes del cine negro (de hecho casi parece que este género lleva su nombre y apellido con permiso de gigantes como James Cagney, George Raft y Robert Mitchum, entre otros).

Y es que Bogey tuvo algo. No era lo que se dice muy guapo pero sí lo que se dice tremendamente atractivo. Y duro como el granito. Una roca que escondía por dentro a un romántico empedernido. Un tipo capaz de dejar que la mujer de su vida se fuera con otro bajo los compases de La Marsellesa o la de un personaje que, quemado por el sol y la mala vida, descubre el amor en el otoño de su vida mientras recorre las turbulentas aguas de un río africano…

Son muchos los papeles que, afortunadamente, nos legó Bogart antes de despedirse del mundo. Detrás dejó una carrera donde sobresalen los trabajos notables por encima de los insuficientes. Y una legión de rendidos aficionados, la mayoría de ellos masculinos, que le rindieron devoción en los sesenta y setenta porque encarnaba al hombre viril pero también al héroe que suele acabar solo y mal. Al detective privado o al gángster que sigue férreamente unas normas de conducta en un mundo que ya no cree en casi nada.

Hay un momento en la carrera cinematográfica de Bogey donde solo trabaja en largometrajes que han pasado a la Historia del Cine. Pequeñas obras maestras donde se mueve como pez en el agua a las órdenes de artistas con todas sus letras como Howard Hawks, John Huston, Delmer Daves, Nicholas Ray…, entre otros y otros gigantes que contribuyeron a que todos (iniciados y profanos) aprendiéramos a tomarnos muy en serio el cine norteamericano. Y en este escenario –el del cine norteamericano– Humphrey Bogart es una de sus estrellas más brillantes. Basta mirar al cielo y observar que aquella estrella que va dejando una estela que, dicen que es la que anuncia la llegada de Jesucristo, representa para los otros, los que pertenecen a esa religión de chalados que es la cinefilia, el nacimiento de un héroe al que si lo necesitas ya sabes, basta con silbar para que esté a tu lado.

En la imagen que hemos escogido para ilustrar nuestro humilde y personal homenaje a Bogart lo ven como el chandleriano detective privado Philip Marlowe en El sueño eterno (Howard Hawks, 1946).

Así que gracias y feliz aniversario, Bogey, es usted uno de los más grandes.

Saludos, a todas y todos, desde este lado del ordenador.

Ava Gadner: “Tardé mucho en perdonárselo al Señor”

Jueves, Diciembre 24th, 2020

“Me llamo Ava Lavinia Gadner y nací la Nochebuena de 1922 en Grabtown, Carolina del Norte. Ni en Brogden, ni en Stmithfield, como dicen muchos de los libros, sino en Grabtown, un pueblucho aburrido que ‘town’ no tenía más que el nombre. Y para colmo de la mala suerte, me toca nacer en el signo de Capricornio. Muchas veces he pensado que de todos los signos del zodíaco, el mío es el peor. Pero no importa. Yo no iba a permitir que algo tan pequeño como las estrellas me entorpeciese mi camino.

Y hablando de suerte, ¡mira que tener que pasar toda mi infancia celebrando mi cumpleaños y la Navidad casi simultáneamente! Eso significaba que por regla general me encajaban un solo regalo, en vez de los dos que yo estaba absolutamente convencida de merecer. Y las cosas fueron de mal en peor. Me enteré que existía otra persona, un tal Jesucristo, cuyo cumpleaños mucha gente tendía a confundir con el mío. Estaba indignada. Tardé mucho en perdonárselo al Señor”.

(Ava, con su propia voz. Traducción: Lucía Graves. Grijalbo Mondadori, 1995)

Saludos, ya saben, desde este lado del ordenador

Gotzon Cañada: “El viajero es objetivamente un intruso”

Miércoles, Diciembre 23rd, 2020

La última edición del Festival Internacional de Viajes y Aventuras Periplo, como las siete anteriores, se celebró en octubre cuando casi nadie pensaba que iba a celebrarse. La pandemia que lo ha cambiado todo hizo creer a muchos que este encuentro con las letras estaba condenado aunque no fue así afortunadamente ya que la cultura y el turismo en el Puerto de la Cruz han sabido adaptarse “a la nueva normalidad”.

Si hubo un momento emocionante en la octava edición del Festival fue el que se vivió durante la presentación de Intruso (Círculo Rojo, 2020), de escultor Gotzon Cañada (Bilbao, 1951), un libro de viajes diferente en el que su autor además de dar sus impresiones de los remotos países que ha conocido, describe su experiencia solidaria entre los habitantes de las ciudades y pueblos que recorre en un volumen que, además de describir su ruta vital y sentimental, cuenta con una selección de fotografías que firman Isidoro Gallo, Erika Urquiola y el propio Gotzon Cañada.

- El lema de Periplo de este año fue Escribir y viajar en tiempos de catástrofe…

Ufffff…En un abrir y cerrar de ojos, algo con lo que no contábamos, nos ha cambiado la forma de relacionarnos, la forma de expresarnos, la forma de divertirnos, la forma de viajar, la forma de vivir… Sin estar ni prevenidos ni preparados y ahora nos toca observar, aprender y, todos juntos, ver como salimos de ésta.”

- ¿Por qué Intruso?

“El viajero es objetivamente un intruso. Aparecer en cualquier rincón del planeta con la mochila a la espalda supone, casi siempre, una nota discordante en la rutina del lugar. Te conviertes en el centro de las miradas y, casi con seguridad, en la anécdota del día, del mes o incluso del año”.

- ¿Hasta que punto fue determinante Periplo para que publicara el libro?

“Al terminar cada edición de Periplo, año tras año, una extraña sensación recorría mi cuerpo. Tener delante ese elenco de viajeros y escritores contando sus experiencias hacía que por mi cabeza rondara un pensamiento: Algunas de mis vivencias podrían ser contadas, pero ¿sabría hacerlo? Tras la última edición del Festival, me puse “manos a la obra”. Empecé a desarrollar un relato pero enseguida me di cuenta de que mis capacidades no daban para tanto. Todo parece fácil cuando ves a los profesionales, pero ¡nada más lejos de la realidad: no lo es! Revisando recuerdos y fotografías de viajes, pensé en algo más sencillo como contar impresiones, anécdotas y vivencias casi de forma periodística y muy apoyadas por una cuidada selección de imágenes. Ahí me encontraba más seguro, empezaron a caer las páginas y llegó el virus este que nos está cambiando la vida”.

- Me consta que uno de los protagonistas del año pasado, el científico Javier Cacho –una isla de la Antártida lleva su nombre desde hace unos pocos meses–, le brindó su apoyo.

“El confinamiento obligado nos supuso a todos un importantísimo cambio de rutinas, abriendo tiempos para actividades que antes estaban en un segundo plano y me permitió, además de compartir ideas y sueños con Javier, aprender de su experiencia y apoyo, tanto como científico, como de escritor/divulgador. ¡Un lujazo!”.

- De los invitados protagonista en ediciones pasadas ¿cuáles han sido los que más le han llenado en cuerpo y alma?

“Cada personaje que transita por Periplo deja algo entre nosotros. Poder disfrutar de sus vivencias en primera persona y a un metro de distancia, no te deja indiferente. La transmisión de la información es tan cercana que te hace, enseguida, formar parte de la aventura y luego te deja un poso de compromiso del que difícilmente podrás escapar”.

- Me gustaría que habláramos de Bloko del Valle, una asociación dedicada a la percusión con carácter solidario.

“Tras años viajando y siendo espectador de primera fila de todo tipo de situaciones te llega el momento de intentar aportar algo. Te llega el momento de dejar de ser un mero observador, para pasar a la acción. Acabábamos de crear la Asociación Bloko del Valle (2010) con la intención de promover valores a través de la percusión y tuvimos la oportunidad de llevar nuestra filosofía a un lejano orfanato en Kenia. Ya llevamos 10 años, funciona solo y está dando unos resultados espectaculares. A este proyecto se suma Praia, en Cabo Verde (2015) y Costa Rica en 2019”.

- Intruso combina experiencia vital con información para viajeros.

“No es un resultado buscado. Es mi primer libro y, como tal, tiene una gran dosis de inconsciencia y osadía. Mi idea era acercar los viajes al lector para animarle a viajar. Hoy esto ha cambiado y no tengo ni idea de como viajaremos en unos años”.

- ¿Y qué lleva Gotzon Cañada como equipaje en sus viajes?

“Lo menos posible. Hay diferencias evidentes si visitas un país frio o cálido, pero hay que huir de los “por si acaso”, pesan y no suelen ser necesarios. Una mochila para un mes no debe pesar más de 8 kilos y tiene que contener lo básico: útiles de aseo, ropa y un mínimo botiquín. Nada de valor por lo que pudiera pasar. La documentación, billetes y dinero, siempre encima y protegido contra la lluvia”.

- De los países que ha visitado ¿a cuál no volvería y a cuál sí?

“Volvería a todos. Es muy interesante volver al cabo de los años a visitar lugares para ver su evolución. El hecho de que un país te atraiga menos que otro, influye, pero no descarta. Me he sentido muy cómodo en muchos países (Tibet) y bastante incómodo en uno: China”.

 - Intruso destaca mucho por su contenido gráfico…

“Elegir la imagen que va a acompañar un texto, es muy complicado. Cada imagen es un instante congelado de una historia vivida y puede haber muchos instantes en cada historia. Recuerdo perfectamente las que suceden en momentos o lugares que nos han marcado. Nuestra biblioteca interna es selectiva, pero si le provocas te lleva hasta esos rincones donde se guardan algunos tesoros”.

- ¿Y cómo fue la aventura de escribir el libro?

“Fue una forma de ocupar unas cuantas horas durante el confinamiento al que estuvimos sometidos, viajando por los recuerdos y las imágenes de los destinos visitados… otras se fueron en la edición de 8 pequeños documentales para un incipiente Canal Resistencia TV, aprovechando sinergias”.

- Un asunto que no suele tratarse son los compañeros con los que uno viaja.

“Sí. Es el punto de partida ante cualquier viaje o expedición. La composición del equipo, sea de las personas que sean, es vital. Necesitas una confianza ciega e intuir sus reacciones ante situaciones difíciles o peligrosas porque cuando las cosas se complican, conoces de verdad a las personas que tienes a tu lado”.

Saludos, lo que es arriba es abajo, desde este lado del ordenador