Archive for Mayo, 2019

Ángel de la Calle: “Las palabras no son inocentes”

Martes, Mayo 28th, 2019

Escritor,ilustrador, crítico de cómics, Ángel de la Calle (Molinillo de la Sierra, Salamanca, España, 1958) es también director de contenidos de la Semana Negra de Gijón, uno de los mayores festivales que se celebran en el mundo sobre literatura de géneros con la particularidad de haber fusionado cultura con ocio, una fórmula que se ha imitado pero sin el éxito de un encuentro que este año celebra su XXXII edición.

Como dibujante y guionista de cómics, Ángel de la Calle es autor de Tina Modotti. Una mujer del siglo XX y Pinturas de guerra así como de los ensayos Hugo Pratt. La mano de Dios y El hombre enmascarado: En el sendero.

- La Semana Negra de Gijón cumple este año su XXXII edición, ¿cómo nace el mayor encuentro con la literatura que se celebra en España?

“Nace por una casualidad. En aquel entonces se había creado la Asociación Internacional de Escritores Policíacos cuyo vicepresidente, Paco Ignacio Taibo II, un hijo de la inmigración política y económica de los años 50 que llega a México y que procede de una familia muy arraigada en Asturias con una tradición cultural y política muy importante desde el siglo XIX, viene a España para intentar poner en marcha junto a Manuel Vázquez Montalbán en Barcelona el tercer encuentro internacional de escritores policíacos cuando el por aquel entonces alcalde de Gijón, Vicente Álvarez Areces, les preguntó que por qué en Barcelona y no en Gijón, ya que los catalanes estaban más centrados entonces en los Juegos Olímpicos”.

- ¿Cómo se plantea un festival que combina, y tan bien, lo cultural con lo lúdico?

“Porque pensamos que un encuentro solo con escritores era lo más aburrido del mundo así que se maduró la idea de hacer otra cosa. Taibo II, que acababa de vivir seis años en Nueva York, dijo entonces que se tenía que hacer algo espectacular y lo consiguió porque es un genio. En aquel entonces, los géneros populares no estaban en la centralidad de la literatura –lo que no ocurre ahora– por lo que en aquellas primeras ediciones de la Semana Negra, a la que asiste Jean Patrick Manchette, dice algo que me parece clave para entender este fenómeno: los escritores de novela negra corren el riesgo de convertirse en respetables así que lo mejor es dedicarse a escribir novela pornográfica, una reflexión que en aquel momento sonó a marciano en España. La idea del Festival fue desde sus inicios hacer de la lectura una fiesta por lo que pensamos que lo mejor era crear una fiesta alrededor de la literatura porque leer es diversión. Una diversión que conduce a la reflexión”.

- Esa mezcla de cultura y fiesta ha sido clave para el éxito del Festival.

“Y entonces parecía una locura porque hablamos de algo que sucedió hace 32 años. El escenario fue el puerto industrial de Gijón ya que la Semana Negra tenía que tener atracciones de feria y un circo, y así se fueron sumando cosas y la gente respondió.Sin embargo y pasado todo este tiempo y convertido en lo que se ha convertido la Semana el objetivo por el que nació sigue siendo el mismo: el fomento de la lectura”.

- ¿Qué tipo de públicos busca el Festival?

“Buscamos públicos accidentales porque son los que nos interesan. Es decir, los que no leen, los que han ido a la Feria solo a tomarse una cerveza y subir a la noria pero que de repente se sienta y escucha como un escritor promociona su libro y decide llevárselo con la firma de su autor. Ese es el tipo de público que tratamos de capturar”.

- El Festival ha defendido desde sus orígenes la literatura de géneros.

“Porque evadirse no es malo. Te evades de la realidad que desprecias y nos interesa que los jóvenes pierdan el miedo a la lectura porque es fundamental formar ciudadanos críticos”.

- Ya son 32 ediciones.

“Gracias a las sinergias que se crean. La historia, a veces, también te ayuda. Cuando Ángel González dice que quiere leer poesía por la noche, celebrar una velada poética después del concierto de Mano Negra y antes de que se vaya la gente a los puestos de alrededor para tomar copas, Ángel González se trae a Sabina y a Retamar a leer poesía a la una de la madrugada y esa misma gente que está de copas se detiene a escuchar a los poetas. Y ahora se suman más poetas. Es probable que esto pase porque España es un país de poetas sociales lo que explica que en este momento tengamos más poetas sobre el escenario de la Semana Negra que nunca y que arrastran a quinientas personas para escucharlos a la una de la madrugada. Se ha ido creando la sinergia de que la literatura es democrática”.

- ¿Cree que ha sido clave que la Semana Negra se celebre en Gijón?

“Un festival de estas características es más fácil que funciones en una ciudad como Santa Cruz de Tenerife que en Barcelona”.

- ¿Por qué?

“Porque en una ciudad como Gijón sus habitantes lo toman como propio”.

- El Festival no escapa, sin embargo, de los vaivenes políticos?

“Hacemos un Festival enorme con un presupuesto muy pequeño. Cuando coincide con la llegada de Álvarez Cascos al Ayuntamiento perdemos tres de cada cuatro euros de ayudas públicas al Festival. El Festival es una actividad cultural y como tal es política en el buen sentido de la palabra si es que lo tiene malo. Para nosotros es fundamental que más allá de ser una actividad que pone a la ciudad en el mapa del mundo está defender el hecho de que leer es importante y te lo vas a pasar bien”.

- ¿Y qué tiene la literatura de géneros y la negra en particular para despertar tanto interés?

“Creo que la literatura criminal se convirtió en la novela social actual en el sentido de que vivimos en una sociedad muy criminalizada. Ser casi el relator te convierte en novelista negro. Ricardo Piglia decía que solo hay dos temas en una novela: o alguien sale de viaje o alguien tiene que encontrar algo. La ventaja de la intriga que se crea en la lectura es muy importante también. Una novela de referencia para una generación es Los detectives salvajes, de Roberto Bolaño, pero en el libro no hay detectives aunque el título te incita a creerlo. En la novela lo que hay son poetas buscando a poetas y eso significa algo. A finales de los años 70, Vázquez Montalbán escribe La soledad del mánager donde cuenta lo que va a ser la Transición en España, no lo que fue sino lo que va a ser. Trata de eso y no de un ejecutivo de una multinacional en Barcelona, que también. Lo extraño es que a día de hoy, Montalbán se encuentra en el canon de poetas porque fue uno de los nueve novísimos pero no en el de novelistas”.

- El Festival, además de la literatura negra, se ha ido ampliando a otros géneros.

“Era inevitable porque los géneros están para saltárselos. Las fronteras no existen, eso decían Taibo II y Montalbán. Y lo mismo pasa en la novela histórica como en otros géneros”.

- Otro de los aciertos del Festival son los premios que entrega, además del Hammett.

“Los premios tienen que ser dados por críticos, lectores y escritores a sus pares aunque Flaubert dijera que los honores deshonran. En nuestro caso y sabiendo que los premios no son muy fiables, quisimos que fueran justos por lo que para llegar a la final necesitas de 50 votos. 50 que dan los críticos, 50 los lectores y 50 los escritores. Además, hemos hecho que tú sepas que formas parte del jurado pero no sabes quienes son los otros hasta el día de la deliberación”.

- Cambiando de tercio, ¿no cree que está saturado el mercado del libro con tantas novedades al mes?

“Las librerías reciben medio centenar de novedades por semanas y los grandes monstruos, para qué negarlo, tienen dinero para colocar sus ejemplares en las grande superficies. Luego están las librerías independientes, que es algo que viene o va aunque si la librería es buena tiene la ventaja de generar públicos a su alrededor porque crea la idea de que la lectura es diversión, lo que no hacen las grandes superficies. Es complicado porque en la actualidad hay que elegir entre Amazon y la librería de siempre”.

- En los últimos tiempos y con la proliferación de escritoras y escritores que escriben novela policíaca creo que el género se ha hecho cada vez más conservador, con tanto guardia civil, mosso de s’quadra o ertzaintza de protagonista.

“Lo que es curioso porque este género nació desconfiando de lo que representan los agentes de la ley comenzando con las historias de Auguste Dupin, el detective creado por Poe y continuando con el Marlowe de Chandler y las novelas donde el delincuente es el protagonistas. Nunca las fuerzas del poder son confiables por lo que ver tanto guardia civil, mossos o policía floral me hace preguntar ¿por qué? ¿Qué ha pasado para que esto suceda en un país donde la policía es tan corrupta como en cualquier país del mundo?”.

- Cómic, tebeos, aquí en Tenerife colorines, en La Palma chistes, en Cuba muñequitos… ¿Con qué término se queda?

“Y en México monos. Yo uso cómic salvo que me pidan novela gráfica. No empleo tebeos por el hecho de que las palabras no son inocentes. Tampoco los llamo historietas porque el Diccionario dice que es una historia pequeña sin pretensiones y yo cuando escribo y dibujo cuento una historia con todas las pretensiones del mundo. El tebeo está ligado a la infancia aunque cuando mi generación llegó al cómic lo hizo para contar historias lo que nos diferencia de los que nos precedieron porque los dibujantes venían en ese entonces de otros medios. En Norteamérica los cómic comenzaron a publicarse en los periódicos. Un dibujante como Alex Raymond venía como ilustrador de las páginas deportivas de los diarios y como él otros tantos que fueron entrando en este espacio para crear algo nuevo. Los artistas españoles encontraron un nicho en los cómics aunque tuvieron una doble censura, la censura en sí, la del régimen y la censura porque sus obras iban dirigidas a los niños. Al final solo quedaba el producto Disney, no tenía sexo ni violencia aunque lo de la violencia habría que ver. Publiqué en la revista Star en 1977 a la que llegué con otros con la idea de contar nuestras historias en revistas. Revistas que eran de género. Star, underground, Zona 84 de contenido fantástico. En la última época ya somos parte de la cultura popular que es la que se generó en los kioscos aunque ahora se encuentra en las librerías”.

- ¿A qué le da más importancia en un cómic, al dibujo o a la historia?

“No creo que haya dibujos malos. Los niños dibujan maravillosamente, lo que sucede es que el cómic es un lenguaje diferente aunque los que nos dedicamos también a la crítica de cómics recurrimos a palabras de otros medios como el cine cuando estamos más cerca de los libros, salen del mismo lugar. Además, el tiempo de lectura y visualización lo determina el lector mientras que en el cine eso es función del director. Son dos lenguajes diferentes que coinciden en algunas cosas como en los planos y la puesta en página, que llamamos montaje cuando no lo es. Tenemos mucho batiburrillo en los cómics. En los años 20 ya existían revistas especializadas en cine pero no en cómics, que solo aparecen en los años 60 y en las que se afirmaba que lo mejor fue lo que dieron origen a Flash Gordon, El Príncipe Valiente frente a los que defendían a Guido Crepax y Hugo Pratt. El primer cómic español que refleja la realidad de su tiempo es Love Strip, de Luis García y Víctor Mora”.

- ¿Pero cómo explica que hoy los cómics estén en librerías, muchas de ellas especializadas. Y qué opina de que haya gente que siga diciendo que es el cine de los pobres?

“Desprecio eso de que es el cine de los pobre porque es cultura de masas. No, no me gusta esa frase. En cuanto al salto a librerías no es lo mismo leer dos páginas por semana como se hacía antes que leer la aventura completa. Borges decía si me dices cómo se va a leer en el en año 2019 yo te diré que tipo de literatura se está haciendo. Ahora se lee a tu ritmo, la lectura ha cambiado mucho. Además, si leíste Los tres mosqueteros a los quince años te acordarás de ella para siempre y recordarás el uno para todos, todos para uno que tiene un mensaje político impresionante. El ritmo de lectura actual es muy diferente. El cómic ha tenido además la suerte en España en los últimos años de contar con un Premio Nacional porque antes no existía nada aunque hecho en falta la parte popular, que es fundamental y básica”.

- ¿Noveno arte?

“A mi me da igual en el sentido de que es una reivindicación muy francesa, su revista oficial teórica se llama así, Noveno Arte pero me gustaba más la otra, Les Cahiers de la Bande Dessinée. Lo de noveno arte es como lo de novela gráfica que los norteamericanos llaman Graphic Novel y en la que se da más importancia a la parte literaria que la gráfica y los franceses Roman Graphique, que da más importancia a la parte gráfica que a la literaria”.

- ¿Recuerda el primer cómic que leyó?

“Digo siempre que mi lengua materna es el cómic porque recuerdo que cuando aún no sabía leer estaba con el TBO mirando una de Coll en la que solo había texto en la viñeta final y, sin saber leer, entendí lo que me estaba contando. Más adelante lo que más me impactó fue Delta 99 y 5 por el Infinito, de Carlos Giménez y Esteban Maroto y después Dani Futuro porque mis héroes son ellos y no Flash Gordon ni El teniente Blueberry.

- ¿Y qué cómic se atrevería a recomendar al profano?

“Tratando de no ser el fan que soy: Maus y Persépolis y en cuanto a españoles uno de nuestros mejores libros es Trazo de tiza de Miguelanxo Prado que da un paso más allá en lo que a literatura dibujada se refiere. Y cómo no La balada del mar salado de Hugo Pratt. La mejor novela de aventuras del siglo XX”.

- Es autor de Modotti, una mujer del siglo XX y Pinturas de guerra.

“Modotti es en el fondo la historia de la cultura en los años 20. Tina Modotti fue una mujer que conoció a todo el mundo. Trabajó en cuatro películas en Hollywood, conoció a Diego Rivera, Pablo Neruda. Fue amante de Edward Weston, el padre de la fotografía norteamericana. Ella misma fue una de las mejores fotógrafas del siglo XX y la amante de uno de los fundadores del Partido Comunista Cubano, Juan Antonio Mella, a quien asesinaron mientras paseaba con ella del brazo. Ahora ya se sabe quien ordenó su asesinato. Modotti también fue una heroína de la Guerra Civil española, una mujer, en definitiva, que luchó muchas veces por causas justas pero en otras bajo banderas equivocadas. Estalinista feroz hasta la firma del pacto entre la Alemania nazi y la Unión Soviética, para mí Tina Modotti es una artista muy importante que te permite contar muchas cosas importantes de su tiempo”.

- ¿Y Pinturas de guerra?

“Es la historia de los años 60 y 70, que es cuando se hace el mejor cine y el mejor cómic, la mejor música y pintura. La época en la que la gente salió a la calle en París, Milán, Berkeley, Praga. Es como un ya está bien al que acompaña una revolución en las costumbres que ahora mismo se discu y a la vez es historia del arte”.

- ¿Del arte?

“Me gusta mucho el arte contemporáneo. Siempre digo que es algo que no te llevas a casa sino que es algo que sucedió y deja rastro. No es una cosa que se pueda poner en un sitio. La obra de arte contemporáneo más importante del siglo XX es una fotografía en la que unas señoras con un pañuelo blanco en la cabeza sostienen una fotocopia que reproduce una foto de alguien que te mira. Es la imagen de un desaparecido que puede ser su hijo, su nieto, su sobrino. Esas mujeres exponen lo que mejor expone el arte contemporáneo, el cuerpo. Y para contar lo que significó para una generación me baso en una actriz, Jean Seberg, que fue como Tina Modotti muchos años después. Y lo cuento como si fuera una autoficción y a partir de dos libros que parea mi son básicos: Rayuela y El hombre en el castillo, de Julio Cortázar y Philip K. Dick”.

La imagen está tomada del periódico El Paìs y esta firmada por DANIEL MORDZINSKI

Saludos, Asturias, patria querida…, desde este lado del ordenador

Bendita guerra. Nos vemos en la Feria del Libro

Lunes, Mayo 27th, 2019

Era domingo de elecciones y como todos esos das en los que parece que como ciudadano tienes el derecho y el deber de premiar o castigar a quienes nos van a representar en la cosa pública, el parque García Sanabria estaba repleto de gente, una afluencia que ya va siendo habitual cuando se celebra la Feria del Libro. Una Feria que este año cuenta con casi un centenar de actos, una agenda de debates y presentaciones que hace imposible estar en todos, y una interesante vertiente en mezclar, todavía con mucha timidez, lo cultural con lo lúdico, aunque tiempo al tiempo.

Llena de aire fresco los pulmones darse una vuelta por la Feria del Libro y dejarse llevar por el arrullo de la gente, tropezar con amigos a los que no veías desde hace años –y eso que vivimos en el mismo lugar, el mismo sitio– y caminar sin rumbo fijo, con la mente necesariamente en blanco para no quedar más loco de lo que está con la avalancha de libros y autores que esperan o ya firman un ejemplar de su novela, o poesía, ensayo, que lo mismo da. El aire que se respira, por fresco, es contagioso, y entre tanto señor y señora, niños que arrastran a sus padres a un puesto para que le compre éste o aquel libro…

En este paseo sin rumbo fijo, dejando las ataduras en casa y relajándome como si estuviera en un baño turco (el tiempo ayuda a ello, hace sol y el cielo está con ese azul que es el azul de Santa Cruz de Tenerife), me llegan a la oreja toda clase de comentarios. Uno se queja de que ayer las colas fueran tremendas con una concursante de Operación Triunfo a la que no le gusta hablar canario. ¿Y qué?, piensa uno en este deambular que comenzó sin sentido y que poco a poco empieza a encarrilarse,

¿Usted ha votado, don>?, le escuchó decir a un tipo.

Alguien sopesa entre las manos La rebelión de Atlas, un tocho de Ayn Rand y más allá unos tipos disfrazados de piratas juegan con un puñado de niños que se lo deben de estar pasando en grande porque el griterío se le mete a uno dentro y le hace sentirse lo suficientemente bien para reparar en un tipo que pone cervezas a una pareja que lleva un libro bajo el brazo.

La Feria del Libro arancó el pasado fin de semana pero si el día acompaña como hoy, el mejor lugar donde pasear o reunirse en la capital tinerfeña es el parque García Sanabria, ese pequeño jardín botánico ahora invadido de lectores, escritores, editores y libreros que se abren paso como pueden.

Que aparezca la sombra es inevitable en este itinerario proque ya no están en mi ciudad ni La Isla ni El Pa-so. Se siente en falta la ausencia de estas librerías en este improvisado paseo. Fue la única nota amarga de una Feria a la que todavía le queda una semana para dar guerra.

Bendita guerra.

Saludos, nos vemos en…, desde este lado del ordenador.

La isla del infierno, una película de culto, en dvd

Sábado, Mayo 25th, 2019

Existen las películas de culto y las películas que quieren ser de culto. A las primeras se las reconoce porque cuando se estrenan generan a su alrededor algo parecido a una secta de fanáticos, un grupo que se cree ungido por la revelación y que termina por hacer suya esa cinta probablemente marciana porque tiene algo, y ese algo es lo que genera su razón de culto.

Los segundos engloban a todas esas películas que nacieron con la idea de ser o rendir culto a otra de culto. Por norma general suelen estar bien, han sido realizadas con cierto oficio por aficionados que, en el delirio de su culto o friquismo escogen una forma de hacer las cosas mal hechas sin ser conscientes, o lo que es peor, siendo conscientes, de que con ello sacrifican su personalidad si alguna vez la tuvieron. El acabado de las obras resulta así de poco interés ya que se tratan de imitaciones del uno o varios originales olvidando lo que hace grandes a las auténticas películas de culto, películas que son de culto no por ser malas, y muchas lo son a rabiar, sino porque tienen algo que las caracteriza, las diferencia del resto Tienen, en definitiva, mirada, personalidad.

La isla del infierno, ya en dvd, pertenece a la primera categoría porque se trata de una película de culto. Un nuevo visionado confirma además lo que se vio la primera vez en cines, que continúa funcionando porque detrás de cada una de las escenas, elaboradas pese a la escasez de medios, se encuentra la mano de un director, Javier Fernández Caldas, que vuelca en algo más de una hora todos los referentes cinematográficos que lo han configurado como cineasta.

Por eso es tan difícil de catalogar y mucho menos ubicar en cualquier corriente genérica está refrescante y enloquecida película porque La isla de infierno no es una película histórica aunque se desarrolle en un periodo histórico muy concreto, pero sí que se trata de una película de aventuras al viejo estilo y un puchero en el que se guisa condimentos que van desde el cine de piratas al fantástico cocinado al fuego lento de una genuina y salvaje anarquía en el que todo vale para entretener al espectador.

Entre los aciertos de la película destacaríamos su amplía y variada galería de personajes comenzando por el capitán, interpretado por un inmenso José Conde con energía inagotable y los templarios, estrafalarios guerreros mitad monjes y mitad soldados que lidera en el filme un también inmenso Arturo Soriano. Otros personajes de relieve son los miembros de la tripulación del barco pirata y entre los que se encuentran Rogelio, Silver y El Hermético a la cabeza, sin olvidar al pigmeo que cabalga un avestruz y los guanches, con traidores a la comunidad por vino, inmenso el actor que lo encarna, Luis Herrera, y los conquistadores europeos, cuyo oficial en la película, inmenso Domingo Regalado/Rosario Miranda, despierta inquietud en cada momento que aparece en pantalla.

En este aspecto y pese a las flaquezas, vías de agua que parecen que van a anegar la película, La isla del infierno sale adelante haya o no tormentas porque todo cuanto cuenta va a sorprender al espectador si se rinde ante un filme que solo busca entretener sin desdeñar, ojo, su mensaje.

Y el mensaje, entre los muchos que se cruzan en un largometraje de 80 minutos de duración que saben a muy poco, es que lo mejor es perseguir quimeras que quedarse en casa aguantando las quejas de una esposa –buena o mala se deja al criterio del espectador–.

En cuanto a la isla, que es el otro gran protagonista de la historia como la isla de la Calavera lo era en King Kong, no se han rodado en Tenerife sus paisajes con tanto extraño lirismo. Sus playas, sus bosques, las faldas del Teide adquieren además de una insólita plasticidad un extraño componente fantástico.

El filme que celebra su veinte aniversario con el reestreno en cine de la cinta el año pasado y ahora la edición del dvd, ha sabido envejecer como los buenos vinos, por lo que visionarla de nuevo e imagino que descubrirla transcurrido ya esta cortina de años, es una experiencia gozosa siempre y cuando se vea con los ojos abiertos y la cabeza vacía de prejuicios porque La isla del infierno desde su inicio hasta el final promete lo que da: desparpajo, emoción y un sentido de la aventuras que está mucho más próximo al espíritu de los filmes de los años 30 y 40 que al actual, donde la palabra aventura ha perdido su sentido original que no era otro que el de abrir caminos al espíritu.

El dvd que celebra el veinte aniversario de La isla del infierno consta también con extras. Extras que incluye el cortometraje El último latido (1993), uno de los primeros trabajos del cineasta y momentos del rodaje de la película que ayudará a hacerse una idea de cómo se rodó una cinta que desde el año de su estreno, un ya lejano 1998, hasta hoy se ha convertido en eso, una película de culto.

Saludos, hemos dicho, desde este lado del ordenador

Tributo a María Belén Castro Morales

Miércoles, Mayo 22nd, 2019

Este jueves, 23 de mayo se celebra en el Salón de Actos de TEA Tenerife Espacio de las Artes un homenaje póstumo a María Belén Castro Morales (1954 – 2018), catedrática de Filología Hispanoamericana de la Universidad de La Laguna y miembro de la Fundación Pedro García Cabrera durante los últimos 20 años.

El homenaje, que será de entrada libre, consistirá en un recordatorio a la figura humana y profesional de esta entrañable profesora que falleció el pasado verano. Sus amistades, sus compañeros y compañeras de la Facultad de Humanidades de la Universidad de La Laguna harán un emotivo repaso por la trayectoria de esta carismática académica.

En el acto participarán su hijo, Eduardo Díaz Castro, el profesor de la Universidad de La Laguna, José Ramos Arteaga y el catedrático emérito de la Universidad de California de Los Ángeles (UCLA) C. Brian Morris. Además, algunos exalumnos leerán algunos poemas de su libro Flor de Drago (1976) y se emitirá un breve vídeo que culminará este homenaje a María Belén.

María Belén Castro Morales era catedrática de Filología Española especialidad Hispanoamericana de la Universidad de La Laguna, fue autora o coautora de La Isla Azul de Cómo Lazarillo dio en encontrar… y otros cuentos (1977); Altazor: la teoría liberada (1987); José Enrique Rodó En La Edad Ecléctica (1989); J. E. Rodó modernista: utopía y regeneración (1990); Juan María Gutiérrez y su contribución periodística (1833-1852) a la crítica cultural hispanoamericana (2006); Vicente Huidobro Y El Creacionismo (2006) y Memoria de Antonio Dorta 2010).

En 2005 fue la responsable de la organización del Congreso Internacional sobre Pedro García Cabrera celebrado en La Gomera con motivo de la celebración del centenario del poeta gomero y que supuso un relevante refuerzo al rescate del legado de García Cabrera. Por último, cabría destacar su presencia en la vida cultural tinerfeña a partir de los años setenta, vinculada al conocimiento de los movimientos artísticos de cada momento.

Saludos, en su memoria, desde este lado del ordenador

Poesía

Martes, Mayo 21st, 2019

* La editorial Pre-Textos publica Obra poética (1975-2007) de José Carlos Cataño (La Laguna, 1954), libro que cuenta también con un prólogo que de Ana Arzoumanian y obra en la que se concentra la fuerza poética de un autor que no se pliega a la ley de un territorio. El poeta concibe así una poética del archipiélago, a partir de su propia biografía”. La Obra poética (1975-2007) reúne la totalidad de su trayectoria, desde Disparos en el paraíso (1982) hasta Lugares que fueron tu nombre (2008).

* Pedro Flores obtiene el Flor de Jara de poesía, premio convocado por la Diputación Provincial de Cáceres con el objetivo de incentivar, apoyar y promover la creación poética. A la convocatoria concurrieron 684 poemarios de entre los que resultó elegido El don de la pobreza, libro de poemas inéditos de Pedro, por el “enfoque original de la obra y el ritmo nunca descuidado del lenguaje”.

Saludos, terrícolas, desde este lado del ordenador

Un clásico de nuestro tiempo

Lunes, Mayo 20th, 2019

Joel Kupperman fue un niño prodigio que en los años 40 y 50 se convirtió en toda una estrella de la radio y la televisión. Explotado por los adultos que se movían a su alrededor, entre otros su propia madre, a Kupperman le robaron la infancia como a tantos otros niños y niñas sabelotodos. No obstante, lo que hace especial una novela gráfica como Niño prodigio (Blackie Books, 2018) es que todo cuenta su autor, el escritor y dibujante Michael Kupperman es verdad ya que narra la vida de su padre, también las difíciles relaciones que mantuvo con él y el lento y trabajoso momento en que quiso conocer su pasado como estrella de la radio y la televisión, tiempo que su progenitor había borrado de su memoria.

Los cómics son literatura dibujada. O gráfica que lo mismo da. Un libro como Niño prodigio respalda unas palabras que en un principio podría parecer de un aficionado a los colorines, que también.

Hacía tiempo que no me conmovía tanto leyendo una obra de estas características, donde lo que se nos cuenta es una interpretación de la realidad que hace un hijo de la vida de su padre. Una investigación cuajada de incidentes y en la que su protagonista principal ha perdido memoria de todos aquellos hechos que ahora el descendiente convierte en textos y viñetas, tres por página en inquietante y por eso mismo adictivo blanco y negro.

La novela gráfica es una creación que alguien inventó para que los lectores adultos que una vez fueron niños sigan leyendo cómics solo que para mayores. La verdad es que esta cuestión me la trae al pairo porque solo le pido a una novela sea gráfica o no que me seduzca, que me conmueva, que consiga que solo le preste atención porque a través de sus páginas me evado de la despreciable realidad.

Aunque sea consumiendo un relato tan triste como este Niño prodigio. Una historia en la que además de indagar en el mundo de la radio y la televisión norteamericanos en los años 40 y 50, habla también de un tema común a la mayoría de los mortales como son las relaciones de familia, la incomunicación entre padres e hijos, cómo puede marcar a unos y otros el silencio.

Hay muchos más temas que aborda esta obra de manera tangencial y todos ellos están tan bien urdidos que hacen consistentes una historia que además de estar inspirada en hechos reales no niega su influencia autobiográfica, la de propio dibujante y escritor y que aparece como personaje secundario a medida que va reconstruyendo la infancia robada de su padre.

No resulta difícil soltar la lágrima a medida que se avanza en la lectura de Niño prodigio, una lágrima para nada fácil. Es inevitable que la tristeza invada al lector mientras pasa las páginas de un cómic que está llamado a ser una de las grandes obras del noveno arte de los últimos años. Una novela gráfica feroz pero a la vez sensible a la que respalda un dibujo que no resulta dinámico pero que estremece precisamente por su inmovilidad. El texto, mientras tanto, narra el devenir de un niño que cuando se hizo mayor no pudo ser feliz.

Precisamente los textos que acompañan a cada una de las viñeta merecen ser, por otro lado, enmarcados. La mayor parte de las veces no dejan de decir sino verdades como puños:

Cuando evitas hablar en familia de un asunto obvio, enseguida dejas de hablar de cualquier otro tema obvio. Es una forma de putrefacción”.

El estrellato precoz de mi padre se convirtió en carne de cultura general. Un hecho curioso que en realidad no significa nada, a pesar de que influyó en todos los aspectos de nuestras vidas”.

Mi padre se encerró en sí mismo en esta casa concebida para parecer vieja, rodeado de arte antiguo y libros vetustos. En muchos sentidos dijo “no” al futuro”.

Funciona también como escenario de esta historia de desarraigo familiar el universo de la radio y la televisión en dos décadas fundamentales del siglo XX. Una porque durante su primera mitad mantuvo al planeta al borde del suicidio colectivo con la II Guerra Mundial, la siguiente porque significó el inicio de lo que se conocería como Guerra Fría, la que lidiaron los dos bloques en los que se dividió el mundo tras la derrota de la Alemania nazi y el Japón imperial.

Programas como Quiz Kid, que catapultó a la fama siendo un niño al padre del escritor y dibujante de esta obra singular, redonda y por lo tanto de recomendable lectura, es que todo lo que parecía verdad, las preguntas, la fama que adquirieron algunos chavales que asistieron como concursantes a este concurso, resultó ser falsa cuando se descubrió que muchos de los ganadores lo decidían los patrocinadores porque les resultaba más agradable un chico o chica que los otros que tenía como rivalesa. Fueron ellos, los concursantes, las primeras víctimas de esta decisión ya que ninguno sabía que todo era un montaje, una falsedad cuya único objeto era vender más y más el producto del anunciante mayoritario del programa.

No es nueva la historia. Robert Redford denunció la manipulación de los concursos de preguntas y respuestas en la sobresaliente Quiz Show (1994) y un niño prodigio al que le robaron la infancia lo interpreta William H. Macey en Magnolia (1999), probablemente una de las mejores películas en la notable filmografía de Paul Thomas Anderson.

Al final de Niño prodigio solo queda una pregunta sin resolver y es la que se plantea el propio autor de la obra. Revelar la historia del padre “¿hace de mi un buen hijo, o un mal hijo?”.

Planteada la cuestión, es turno del lector que escoja la respuesta que le parezca más acertada.

Saludos, un clásico de nuestro tiempo, desde este lado del ordenador