Archive for Mayo, 2019

La producción canaria ‘De los nombres de las cabras’ obtiene el Gran Premio Ciudad de Lisboa

Sábado, Mayo 18th, 2019

La producción independiente canaria De los nombres de las cabras co-dirigida por Miguel G. Morales y Silvia Navarro Martín, ha sido galardonada por unanimidad del Jurado con el Gran Premio Ciudad de Lisboa al mejor largometraje en el marco de la décimosexta edición del Festival Internacional de Cine Indie Lisboa, celebrado entre el 2 y el 12 de mayo-

La película, cuyo estreno mundial se celebró en el marco de este festival el lunes 6 de mayo, mereció este galardón por “su investigación rica e intrincada del pasado colonial reciente y su interacción con épocas y tradiciones anteriores en las Islas Canarias, a través de secuencias de archivo seleccionadas de manera experta, entrevistas en audio y un paisaje sonoro completamente envolvente”.

El jurado estuvo formado Ardine Pintilie, Boyd van Hoelj e Ivo Ferreira.

De los nombres de las cabras se trata de un documental experimental materializado en su totalidad con archivo fílmico, sonoro y fotográfico de 1920 a 1970. A partir de registro etnográfico del arqueólogo Luis Diego Cuscoy (1907-1987), Silvia Navarro Martín y Miguel G. Morales desarrollaron una investigación durante tres años en filmotecas, museos y fondos internacionales para ofrecer una eflexión sobre la construcción de la mirada mitológica, colonial y tropicalizada en Canarias. La película se terminó de construir con fragmentos de más de 30 fondos fílmicos, algunos de ellos, inéditos hasta la fecha.

Esta ardua labor de investigación y creación cuenta además con un minucioso trabajo de montaje de la mano del cineasta y co-guionista en este documental, Ivó Vinuesa, y un diseño sonoro de Juan Carlos Blancas.

De los nombres de las cabras ha participado recientemente, en su estreno en Italia, en la sección oficial internacional del IV Festival di Cinema del reale ISREAL, que se celebra cada año en la isla de Cerdeña.

El desarrollo y finalización de este largometraje ha sido posible gracias al apoyo y subvención del Cabildo de Tenerife, en colaboración con TEA Tenerife Espacio de las Artes y la participación de TVC Televisión Canaria y la Dirección General de Patrimonio Cultural de la Conserjería de Turismo, Cultura y Deportes del Gobierno de Canarias.

Saludos, enhorabuena, desde este lado del ordenador

Una cuestión de honor: Alonso de Contreras

Viernes, Mayo 17th, 2019

“Llegamos aquel día a Alcalá de Henares, y habiendo ido a una iglesia donde le tenían gran fiesta al Príncipe Cardenal, había un turronero entre otros muchos, con unos naipes en la mano. Yo, como aficionadillo, desaté de la falda de la camisa mis cuatro reales y comencé a jugar a las quínolas. Ganómelos, y tras ellos la camisa nueva, y luego los zapatos nuevos, que los llevaba en la pretina. Díjele si quería jugar la mala capilla. En breve tiempo dio con ella al traste, con que quedé en cuerpo, primicias de que había de ser soldado. No faltó allí quien me lo llamó y aún rogó al turronero me diese un real, el cual me lo dio, y un poco de turrón de alegría, con que me pareció que yo era el ganancioso. Aquella noche me fui a palacio, o a su cocina, por gozar de la lumbre, que ya refriaba. Pasé entre otros pícaros, y a la mañana tocaron las trompetas para ir a Guadalajara, con que fue menester seguir aquellas cuatro leguas mortales”.

(Alonso de Contreras: Vida del capitán Alonso de Contreras, Alianza Editorial, 1967)

Hay un libro por ahí escondido, del que rara vez se habla y apenas se menciona que se titula Alonso de Contrera: Vida, nacimiento, padres y crianza del capitán Alonso de Contreras, obra en la que se narra la extravagante –según la mirada de un residente del siglo XXI– historia de un soldado del XVII con el aplomo de un hombre hecho a sí mismo.

Hecho así mismo en unos tiempos donde había que tenerlos muy grandes para salir adelante. El escenario en el que se desarrolla la acción, porque todo en ella es acción, se trata de una jungla en la que se mueven toda clase de personajes vistos a través de los ojos de un hombre que ha hecho de las armas su oficio y por lo tanto viajero por el convulso mundo de su tiempo.

Cuentan que fue Lope de Vega quien animó a Contreras a que contase el relato de su vida, “una narración sobremanera inverosímil, a la cual acontece la gracia de ser la pura verdad”, apunta José Ortega y Gasset en el prólogo de la edición que dispongo, un libro cuajado de arrugas y al que recurro de tanto en tanto para perderme en otra época arrullado por un español intermitente, nada seguido, que obliga a una lectura con pausas.

Alonso de Contreras escribe que nació en el 6 de enero de 1582 en Madrid, que sus padres eran muy pobres y que a los quince años entra en el ejército como mozo de cocina de un batallón con el que más tarde y ya como soldado combate en Italia y Malta. En los puertos de las islas griegas, de Libia y de la costa tunecina.

Todo esto, el gran fresco de su vida, contado en un tono que desarma por lo franco y directo que resulta y que da una idea del carácter del personaje, un aventurero que como tal se busca la vida como puede, y de cómo hablaba y pensaba la tropa, el hombre de a pie, el que hoy tiene algo en los bolsillo aunque mañana vuelvan a estar vacíos…

Resulta cuanto menos extraño la capacidad que tiene este libro para absorber al lector si entra en él y acepta con entusiasmo que don Alonso le relate lo que recuerda de esos viajes y de esas batallas que lo hicieron conocido y no sé si temido en su tiempo.

Impulsivo pero también tremendamente imaginativo, Alonso de Contreras resume el prototipo de soldado español del XVII, ese que reivindica Arturo Pérez Reverte en la serie Alatriste, solo que contado por un hombre de verdad, alguien que sí vivió aquellos años turbulentos y violentos.

El libro es además un valioso testimonio de un peón que participa en la gran partida de ajedrez que los dos grandes imperios de aquel momento, el español y el turco, juegan por el Mediterráneo oriental y si bien la calidad del texto parece “escasa y poco original” como aseguran unos, la azarosa vida del capitán Alonso Contreras merece la pena leerla. O repasarla para disfrutar de las viñetas que arman este singular tesoro de la literatura española.

Logra en el lector la evasión y que viaje a otro tiempo en un castellano pasado que no caduco, época en la que el honor era una palabra sagrada. Uno aprende además a conocer mejor que es eso de ser hidalgo y a luchar y defenderse con las herramientas que mejor conoce, en el caso del bravo capitán con la espada y las letras. A abrirse camino sin pensar demasiado en el fin ese que justifica los medios porque se es partidario de la acción por la acción y no de meditar con calma las convulsiones y las frenéticas transformaciones que lo rodea.

Puestas así las cosas, y sea verdad o mentira lo que cuenta el capitán, sus agitadas vivencias bien merecen un acercamiento y disfrutar y amargarse con el soldado que tras lanzarse a las Indias, regresó a España para descansar de una existencia plagada de vaivenes.

Tiene un enorme pozo de amargura el Alonso Contreras que escribe unas memorias en las que intenta justificar unos hechos, y sobretodo un hecho, que lo hiere por dentro y por fuera. Se trata de un hombre acostumbrado a pelear y a resolver con violencia cuestiones de honor.

Todo esto y más en un libro pequeño que hace que la Historia sea real ya que reproduce con las claves de entonces sucesos de aquel entonces. Un viaje, ya se dijo, de la mano de un hombre de acción, que actúa antes de pensar.

El cine español, tan ciego al enorme filón de su literatura, no ha mostrado demasiado interés en este personaje aunque existe una película que poco o nada tiene que ver con el caballero. Se titulada La otra vida del capitán Contreras y cuenta en clave cómica qué pensaría el legendario soldado si un día abre los ojos y se encuentra en el Madrid de los años 50 del pasado siglo XX. La idea es notable y se refleja en poderoso blanco y negro. Alonso de Contreras está interpretado por un Fernando Fernán Gómez que casi siempre estuvo en estado de gracia cuando había que interpretar, dar la cara en teatro, cine y televisión.

Una cuestión de honor como las idas y vueltas de nuestro valeroso y buen capitán.

Saludos, ¡¡¡hermanos!!!, desde este lado del ordenador

Vemos y además leemos que…

Miércoles, Mayo 15th, 2019

Vemos Un día sin fin (Giulio Manfredonia, 2006) que es algo así como la respuesta italiana a Atrapado en el tiempo (Harold Ramis, 1993) y nos quedamos con la boca abierta no por la sorpresa sino por el sopor que significa su contemplación. Salvo que el filme se rodó en las islas Canaria, concretamente en Tenerife, poco o ningún interés despierta esta cinta de pesadillescos y cómicos bucles temporales, que cuenta entre sus intérpretes con Antonio Albanese, Fabio de Luigi, Goya Toledo y Pepón Nieto.

Vemos El fotógrafo de Mauthausen (Mar Tarragona, 2018), unairregular película que aborda un aspecto muy poco conocido de los campos de concentación nazis como fue la presencia de prisioneros españoles, en esta ocasión centrado en la vida del fotógrafo español Frances Boix, que interpreta el actor Mario Casas y de cómo logró sobrevivir al infierno. La música de la película está escrita por Diego Navarro, quien no camufla la influencia del Jonh Williams de La lista de Schindler en su partitura. En cuanto al filme, cumple con su objetivo aunque resulta demasiado monótono y frío.

Un grupo de asociaciones culturales ha hecho publico su malestar ante la situación que vive la cultura en Canarias a través de un manifiesto que pueden leer si pinchan aquí. Esto de los manifiestos culturetas no es nada nuevo y suelen reproducirse en época electoral lo mismo que la de celebrar reuniones con el sector que pese a sus buenas intenciones, incluido el despiste del político de turno, no suelen llegar a ningún puerto. Con todo, un poquito deporfavor con este escrito que sin exaltaciones pide más o menos lo que se demanda cuando se acerca el día D y la hora H de votar. Recibimos no obstante con alegría este sos por la cultura, curtura para unos y para otros, que se hace en las islas

Saludos, gota a gota, desde este lado del ordenador

Concurso de guiones

Martes, Mayo 14th, 2019

La Universidad de La Laguna abre la convocatoria del XXIV Certamen Internacional de Guiones Cinematográficos de Cortometrajes 2019. Para más información pincha aquí.

Saludos, más breve imposible, desde este lado del ordenador.

Escena de terraza con suicida, una novela de José Luis Correa

Lunes, Mayo 13th, 2019

José Luis Correa recupera músculo como escritor en Escena de terraza con suicida (Ediciones La Palma, 2019), un libro que mantenía durmiendo en el disco duro de su ordenador y que rescató y revisó para esta edición, un experimento que invita a ser leído de corrido y a participar en el curioso juego literario que propone.

Éste, que es uno de sus mayores aciertos, obliga a que el lector haga el esfuerzo de participar en la apuesta y embarcarse junto al escritor en más que una aventura, en un ejercicio estilístico y metaliterario que ya de entrada avisa que nada será a partir de ese momento lo que parece. Todo es fruto –o no– de la imaginación de un hombre roto que fantasea –o no– con las alegrías y miserias, la vida en definitiva de sus vecinos de mesa en la terraza de un café.

Los personajes que rodean al protagonista se han refugiado en ese bar porque llueve en la calle y son náufragos que hacen examen de conciencia sobre sus errores y aciertos. Un microcosmos en el que sus historias se entremezclan unas con otras al modo de Las mil y una noches.

“Y es que en nuestra terraza, quien más quien menos le tiene miedo a algo. Dionisio a sus recuerdos. Doña Virtudes, a su futuro. Fidel, a su soledad. Elizabeth, a perder el amor de Aday. Aday, a perder el calor de Elizabeth. Nadia, a perder su trabajo. Yo, a la ausencia de Adriana. Y Casanova, al silencio. Es incapaz de mantenerse callado un minuto”.

La novela, que aparentemente nada tiene que ver con las que el escritor dedica a Ricardo Blanco, mantiene en común con las de la serie el estilo, un estilo netamente José Luis Correa, a quien siempre se le agradece su visión irónica que no sarcástica cuando describe la realidad que rodea, y nos rodea, a sus personajes y se decanta por narrar más que contar una historia. En este caso, historias.

La novela, en la que su autor abandona las servidumbres del género negro, le sirve para explorar la penosa realidad de nuestro tiempo: crisis, inmigración, soledad, miedos en definitiva con los que dota de presencia a una galería de secundarios cuyos pensamientos y reflexiones terminan por confundirse con las del protagonista, tragedias de la vida vulgar, como diría Wensceslao Fernández Flórez que el escritor emplea como acompañantes del más que suicida, hombre que no deja de pensar con desánimo en la nada, la muerte, el fin en una terraza ubicada en cualquier ciudad que puede ser la nuestra.

Este desaliento resulta a la larga contagioso aunque José Luis Correa tiene la virtud de matizar los efectos demoledores con un humor que hace que tomemos las cosas en serio. Esta novela invita a jugar con ella, a explorar un mundo que se multiplica en otros que son los que gravitan alrededor de un protagonista, Fabio Méndez, que mientras espera su agua con gas advierte que está pensando “seriamente en la muerte”.

Si se entra dentro de la apuesta literaria que propone José Luis Correa el lector no abandonará el terreno de juego. Es más, seguirá adelante porque el libro, la historia, las historias que confluyen en él, terminan por contagiar ya que se ensamblan hasta llegar a un final que sorprende por el guiño y que pone de manifiesto que, pese a sus prontos, a pasar de puntilla por los diálogos y sus ganas de marear la perdiz, José Luis Correa continúa siendo unos de los escritores más personales que en la actualidad escriben en y desde Canarias.
Un autor que lo mismo invita al lector a adentrarse en una telaraña que se va desenredando a medida que avanza la historia, como en un rompecabezas donde lo que comienza siendo una cosa termina siendo otra.

En este itinerario por Escena de terraza con suicida se despliega una serie de reflexiones con bastante gracia. Una de ellas es la afición por el cine que mantiene el escritor lo que provoca en esta novela una divertida situación en la que se habla sobre la cinefilia y la decisión de ver películas dobladas o en versión original con subtítulos en español. También hay otros momentos en los que José Luis Correa describe a lo largo del libro esas piedras en el camino que nos enseñan que nuestro destino es rodar y rodar.

Se nota, por otro lado, la influencia de algunos escritores claves en la biblioteca del escritor. Mientras la leía, por ejemplo, no dejaba de pensar en Julio Cortázar por encerrar al personaje junto a otros personajes en un solo escenario aunque lo que parece teatro se abre a otras posibilidades que, imaginadas o no, que cada cual saque sus conclusiones, resultan atractivas por atreverse a jugar con el lector. Por esto, se trata de un libro que no dejará indiferente a nadie.

Y eso recurriendo a una estrategia narrativa que no es nueva ni producto de su invención ya que solo, ¿solo?, es una manera de contar esta historia. La historia de un escritor, un hombre vulgar, rodeado de demonios, sus peculiares demonios.

Saludos, hermanas y hermanos, desde este lado del ordenador

Felicidades, don Benito

Viernes, Mayo 10th, 2019

Si viviéramos en un pueblo en el que se honra a sus artistas e intelectuales hoy sería lo que se dice un Día Grande. Sin embargo, como no vivimos en un pueblo en el que se honra a sus artistas e intelectuales tal dìa como hoy será como ayer y probablemente mañana. No obstante, desde este lado del ordenador nos resistimos al silencio de una sociedad que parece que solo se activa cuando hay carnaval y romeria, fiestaaa en definitiva aunque no se han dado cuenta quienes tienen que darse cuenta que honrar a sus artistas e intelectuales tambièn puede ser una fiesta, así, rotundo y sin aes que sobren. Nosotros, desde este lado del ordenador, llevamos ya unos años celebrando que tal día como hoy vino al mundo don Benito Pérez Galdós, ese escritor imprescindible para conocer las alegrías y miserias de aquel Madrid de finales del XIX y sin lugar a dudas el mejor escritor de novela histórica que haya parido este país que ahora se nos fragmenta. Lean, lean sus Episodios Nacionales y griten con nosotros sin vergüenza alguna ¡¡¡viva, viva, viva Gabriel de Araceli!!!.

Saludos, libemos, libermos, libemos, desde este lado del ordenador