Inés Toharia: “La conservación es una obligación política aparte de personal”

Cine, registro vivo de nuestra memoria (Inés Toharia Terán, 2021) es un trabajo que para todos los que han tenido la suerte de haberlo visto supone un antes y un después ante su mirada al séptimo arte. La película cuenta el trabajo en la sombra que desarrollan las filmotecas de todo el planeta así como la labor generalmente callada de particulares que han conservado materiales que no han terminado por desaparecer gracias a su labor. De esto y más trata este documental que dirige con sobresaliente sentido del ritmo Inés Toharia Terán (Madrid, 1975), cineasta que ahora mismo está preparando dar el salto al cine de ficción tras otras experiencias documentales como El río que suena, reflejo del tiempo: Joaquín Díaz, que recibió el premio Espiello Rechira al mejor trabajo de investigación en Espiello. Festival Internacional de Documental Etnográfico de Sobrarbe y Palabras contra el olvido y La voz descalza.

Inés Toharia estudió Filología y completó sus estudios en cine documental en Barcelona y Gran Bretaña gracias a una beca de La Caixa y el British Council. Tras obtener una beca Fulbright y una ayuda de la fundación Andrew W. Mellon marchó a los EE. UU. donde se especializó en historia audiovisual y en preservación fílmica.

En 2011 volvió a España y se estableció en Urueña donde es cofundadora de la librería El Grifilm especializada en temas cinematográficos y la productora audiovisual de igual nombre.

– ¿Qué le llevó a rodar Film, the Living Record of our Memory?

“Había solicitado una beca para un curso de documentales y por casualidad descubrí el campo de la documentación que me pareció fascinante. El hecho de pedir la beca Fulbright se debe a que por entonces no había en España nada para estudiar este tipo de historias y al conseguir la beca pude irme a los Estados Unidos donde, entre otras actividades, impartían clases especializadas en conservación de películas que me abrió todo un mundo ya que me encanta la historia del cine y la técnica por todo lo que tiene de histórico y sociológico aparte de artístico. Claro que al cine en sus inicios no se le reconoció nunca como arte”.

- Después de rodar este documental y mostrar la delicada vulnerabilidad de los diferentes soportes audiovisuales ¿cómo observa el futuro de lo que conocemos comúnmente como cine?

“Desde el principio siempre se le dio por muerto aunque ahora somos sociedades muy audiovisuales. Tanto, que hoy en día y con teléfonos móviles de nueva generación aprendemos a hacer nuestros propios vídeos pero el problema es ¿qué hacer con todo esto?, ¿vale la pena guardarlo? Es muy caro. Lo que hace falta es concienciarnos que somos seres que contaminamos y en este escenario qué es lo que se debe seleccionar para preservar. Se están haciendo muchas cosas en cuanto a restauración de cine que antes eran impensables pero preocupa el hecho de que al generar tantos datos y al estar conectados las 24 horas del día se hace necesario que nos eduquemos en lo que implica usar todos esos datos porque los mismos aparatos que utilizamos emplean materiales contaminantes que no se pueden reciclar. Deberíamos detenernos y reflexionar hacia dónde vamos”.

- Usted defiende que la conservación tendría que ser una obligación política.

“La conservación es una obligación política aparte de personal. A nivel de archivos nacionales, las instituciones públicas lo han descuidado mucho”.

– ¿Cree que este mensaje por conservar estos materiales ha calado en la opinión pública?

“Me temo que no aunque hay gente que sí. Se nos han acercado estudiantes de cine que tras ver el documental quieren dedicarse a esto porque lo que mostramos no se enseña en las escuelas de cine. Es decir, la labor que desarrolla una filmoteca que no es solo la de exhibir películas, sobre todo las que no se conocen, sino la más importante que es su trabajo porque esas mismas películas se conserven. Por desgracia, es un proceso lento y muy poco reconocido”.

- En los últimos años se han recuperado películas que se creían perdidas y su descubrimiento nos ha enseñado que tenemos que reescribir la historia del cine.

“Son demasiadas las películas del cine mudo que han desaparecido aunque afortunadamente aparecen algunas que afectan forzosamente a reescribir la historia. Que estas películas existan se debe en algunos casos a casualidades y en otros a una persona que por una cuestión de conciencia decidió salvar ese material. Recuerdo escuchar una grabación del fundador de la Cinemateca francesa, Henri Langlois, en la que contaba con frustración cómo había descubierto en un mercadillo una versión de Salomé que no compró en ese momento y que después no ha vuelto a encontrar. En mi caso, a mi me gusta más el metraje documental aunque el cine es todo: la publicidad, el cine profesional, el particular… La Filmoteca de Cataluña tiene registros de operaciones de ojos en la clínica Barraquer que datan de los años 20 o incluso antes. La historia del cine se reescribe continuamente y sobre todo en Europa que ha hecho una historia del cine occidentalizada pero si abres el registro hay más y conoces a personajes como el tunecino Albert Sasama-Chikli, que es un pionero que pensaba mucho en la tecnología. Proyectó películas de los hermanos Lumière en Túnez y filmó bajo el agua y bastantes imágenes de la I Guerra Mundial pero no se habla demasiado de él aunque eso está cambiando. Pasa lo mismo con las mujeres cineastas porque siempre hubo mujeres cineastas, no tantas como hombres, pero sí que hubo mujeres cineastas”.

- En este relato ¿qué personajes destacaría como grandes responsables del rescate y conservación de materiales audiovisuales?

“A todos. A esa persona que creyó en algo y salvó ese material que más tarde ha sido clave para conocer mejor el pasado. Los archivistas son los héroes pero si me pides solo dos nombres diría los de Henri Langlois en los años 30 y Martin Scorsese, un cineasta que se interesa mucho por todo este campo y colaboró en la creación de The Film Foundation”.

- ¿Durante el proceso de rodaje hubo algún momento que le sorprendiera especialmente?

“Me preparaba mucho las entrevistas y los temas de las películas que íbamos a hablar pero en las conversaciones aparecían cosas inesperadas y casi te daba pena terminar cuando tenías que apagar la cámara pero seguías hablando y hablando porque descubres más pedazos de la historia. Me encanta la colaboración y por eso hay tantos testimonios en el documental y tan internacionales. En la actividad de preservación y archivo se colabora mucho. Y sí, el cine tiene mucho de foto y glamour pero también de labor de equipo”.

- No pudo hablar con Scorsese para el documental.

“Llegó la pandemia y no pudimos acabar algunas cosas que queríamos rodar en Portugal. Filmamos a Scorsese en Bolonia y quedamos en hacerlo en Nueva York con él y su montadora pero cuando fuimos estaba en pleno rodaje de El irlandés pero sí hablamos con la directora de The Film Foundation, Margaret Bodde”.

- Como cineasta, ¿qué diferencias encuentra entre un documental y un reportaje rodado en clave periodística?

“Para esta película el montaje tenía que ser rápido y ágil porque contaba con muchos testimonios. Hoy en día el documental tiende a huir de las explicaciones y de la gente que habla a cámara, se buscan recursos que no tengan nada que ver con lo periodístico pero a mi me encanta aprender con el cine. No me importan los reportajes porque hay mil maneras de hacerlo, estoy alerta a todo desde lo periodístico hasta lo experimental pero cada proyecto tiene su estilo”.

- ¿Después de esta experiencia está preparando algo nuevo?

“Hay varias ideas aunque ahora intento hacer algo más de ficción”.

- ¿Será su primer proyecto de ficción?

“Algo así aunque tengo algunos cortometrajes rodados en esa clave. Personalmente, me ha gustado siempre más el documental pero ahora he visto muy claro contar una historia con más narrativa. En broma, Javier Corcuera me acusa de traidora por pasarme al cine de ficción”

Título original: Film, the Living Record of our Memory
Año: 2021
Duración: 119 min.
País: Canadá
Dirección y guión: Inés Toharia Terán
Música: Robert Marcel Lepage
Fotografía: Daniel Vilar
Personajes entrevistados: Ridley Scott, Win Wenders, Fernando Trueba, Costa.Gavras, Laure Adler, Jonas Mekas, Ben Mankiewicz, Ken Loach. Patricio Guzmán, Vittorio Storao, Paula Félix Didier y Margaret Bodde.
Compañías: Coproducción Canadá-España; El Grifilm, Filmoption International. Distribuidora: Filmoption International
Género: Documental | Documental sobre cine

Saludos, luces, cámara y… acción, desde este lado del ordenador

Escribe una respuesta