El día en que recordé a Ed Wood

El martes pasado, día de los Santos Inocentes que ya no lo son tanto, asistí a la función de los Cuentos chinos del Cuarteto Catón. El espectáculo se desarrolló en el Kstillo, un espacio lagunero que pide a gritos convertirse en referente del agitado e independiente mundillo cultural que se agita en esta isla abonada a la tontuna, y contó con una respetable presencia de público, que permitió a los catoneses regalar a los que allí estábamos presentes con instantes de risas, reflexiones e incluso momentos que para quien les escribe resultaron muy emocionantes.

Esa noche de martes fría y húmeda como son casi todas las noches invernales laguneras, los del Cuarteto Catón tuvieron la generosidad de escoger uno de los textos que almacena El Escobillón para ponerlo en escena con parte del público asistente al acto. Ver en vivo lo que escribí con peor o mejor fortuna hace mucho tiempo produjo reacciones encontradas. Sentí nervios, me calmé cuando algunos espectadores soltaron la risa e incluso recordé como Ed Wood –en el memorable biopic que Tim Burton realizó sobre el presunto peor director de la historia del cine– se emociona cuando asiste a la primera proyección de su ¿obra maestra? Plan 9 del espacio exterior indeferente a la monumental y gamberra indignación de los espectadores.

En esa escena,  Ed Wood/Johnny Depp ajeno al desastre y con mirada de loco, susurra entre dientes los disparatados diálogos de su película.

Algo parecido me pasó a mi la noche del martes, aunque quiero creer que las risas del respetable más que de diabólica burla estuvieron provocadas porque les hacía gracia lo que representaba ese improvisado grupo de actores al sacar no sé si lo mejor o lo peor de un texto que fue escrito (como casi todos) en un rapto de (¿in?)sensatez.

Cuentos chinos lo conforman una serie de lecturas dramatizadas que los miembros de Cuarteto Catón escogieron de, entre otros, Angélica Liddell, Antonio Jiménez Paz y Eduardo Mendoza. Y lograron lo que parecía imposible, que yo como espectador visualizara cada una de esas piezas sin el esfuerzo de recrearlas en la cabeza.

Como persona poco habituada al teatro y a su candente directo puedo asegurarles que con independencia de que dieran sangre a uno de mis post, la experiencia me resultó muy gratificadora puesto que contribuyó a subir un poco más esa bolsa valores en la que se ha convertido mi autoestima.

Quizá sea por la aparente sencillez de la propuesta que oferta el Cuarteto Catón. Y escribo lo de sencillez porque lo que leen y logran que el espectador vea no es para nada sencillo y en ocasiones tranquilizador.

Por esas y otras muchas razones, sólo puedo expresarles mis gracias más sinceras a este grupo independiente de teatreros. 

Lo dice, con el corazón en la mano, la momia.

Saludos desde este lado del ordenador.

3 Responses to “El día en que recordé a Ed Wood”

  1. Ana Says:

    Muy bueno La momia guanche, muy ingeniosa la idea de poner un corto canario como somnífero para una larga travesía en avión aunque a mí personalmente me gustó mucho Belanglos, yo habría elegido otro corto canario, hay un amplio abanico de bodrios para dormir…
    De todos modos, les felicito a usted como autor y al Cuarteto Catón por sus Cuentos Chinos.

  2. admin Says:

    Al final todo se reduce a una cuestión de gustos.
    Y gracias por sus felicitaciones pero el mérito es del Cuarteto Catón y de los espectadores que hicieron de actores.

  3. Dulce Says:

    Creo que Ed Wood se sintió tan feliz de haber visto su obra en un cine por primera vez porque realmente amaba lo que hacía y por eso le conmovió, como a ti, yo vi en hbogo la película de Ed Wood y de verdad creo que es un homenaje al amor la cine y seguir con tus pasiones a pesar de todo.

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