Así lo sentí y así lo cuento, con permiso del olvido
Grabado en 2008 pero estrenado, con permiso del olvido, cinco años después, este martes, 28 de febrero, se exhibió en Tenerife Espacio de las Artes TEA el documental Luis Feria, con permiso del olvido, una producción de Tinglado Film para el Cabildo de Tenerife con motivo del encuentro organizado en torno a la obra poética del autor de Cuchillo casi flor.
Dirigido por David Baute, este trabajo trata de recuperar y reivindicar la figura de un poeta grande y peculiar como deben ser todos los grandes poetas, a través de los comentarios de familiares, poetas y críticos que dibujan una imagen demasiado fragmentaria de Feria. Un Feria del que apenas se dice nada sobre su vida y sobre todo de cuales fueron las razones que motivaron su regreso a una isla donde finalmente quedó enterrado en vida y en muerte.
No, el documental apuesta, y a mi juicio con nula capacidad de riesgo, por dar una visión desordenada y en ocasiones reiterativa de la obra de Feria a través de las reflexiones de esos poetas y críticos que Baute no ha sabido ordenar para darle cierta coherencia a sus múltiples discursos.
Veo así Luis Feria, con permiso del olvido, y no dejo de preguntarme además qué conclusiones podría sacar el espectador no iniciado en la vida y obra del poeta con problemas de asma si ha tenido la oportunidad de verlo.
De preguntarme si esas imágenes, en las que se funden fotografías familiares del poeta con primeros planos de los entrevistados asistentes al Congreso, le encenderá la llama de conocer y sobre todo leer a Luis Feria, que ese era el verdadero objetivo del documental.
Pero no creo que cumpla ese fin.
Porque el documental me resulta distante y plano. Un trabajo que carece de emoción porque el fantasma de Feria, pese a ser nombrado una y mil veces, no planea en ningún momento en pantalla.
Le falta a Luis Feria, con permiso del olvido inspiración y sobre todo una visión subjetiva –el documental no es periodismo– que permita como lector de la periferia implicarme con un autor que no trascendió como se merece precisamente porque prefirió ¿buscar refugio? al retornar a su periferia. Y en esa periferia, que el documental no se cuestionara las razones de su autoexilio a la periferia.
Salgo de Luis Feria, con permiso del olvido sin tener en la cabeza un retrato ordenado de Luis Feria, con permiso del olvido.
Solo me quedo con alguna reflexión suelta que comenta alguno de los entrevistados, entrevistados por otro lado a los que no se identifica. Casi como si los que han hecho posible este trabajo dieran por hecho que el potencial espectador que no conoce, precisamente, a Luis Feria, sí debe de conocer por lo que hacen o han dejado de hacer a Jordi Doce, Daniel Duque, Cecilia Domínguez Luis, José Miguel Ullán, Miguel Martinón, Rosa Lentini, Isidro Hernández, Víctor Álamo de la Rosa, Cristóbal de la Rosa o Bruno Mesa, por citar solo algunos.
Tengo la sensación, observando los documentales que en los últimos tiempos se están presentando sobre los escritores e intelectuales canarios que están más allá del bien y del mal un incómodo y reverencial respeto que flaco favor les presta para actualizarlos y ponerlos de moda.
El discurso me sabe así a como si se pretendiera solo colorear el nicho donde reposan sus huesos.
En los Mares petrificado, con Pedro Guerra cantando los versos de Domingo López Torres.
En Luis Feria, con permiso del olvido, con las voces de poetas y críticos que parecen que velan al muerto.
Un muerto que tuvo vida. Que fue hombre y como tal tuvo sus días de tristezas y alegrías.
De este fallido, desnortado documental, me quedo solo con las palabras que pronuncia uno de sus familiares al evocarlo joven: “Reía mucho”; y una de sus amigas: “Le gustaba bailar, aunque cuando regresó de Madrid ya no era el mismo.”
Y aquí, en ese “ya no era el mismo”, radica a mi juicio el Rosebud de un documental que podría haber explorado y explotado con inteligencia en la vida y obra de un poeta que además de poeta fue hombre.
“He venido hasta el mar; aquí he sumado
tanto fracaso, tanta esperanza inútil
al movimiento eterno, a su frente estrellada,
a la de tantos niños que no han nacido nunca
y en el fondo del agua esperan las palabras
del levántate y anda de un inmortal que crea
Sobre los pies del agua descanso cuanto he sido.
Le sumo mi tristeza, mi airado preguntar,
como un soldado solo que después de la guerra
sobrevive y pregunta de qué valió la sangre
y llora sobre el pecho enmudecido
de cualquier muerto amigo que ya no le responde.
He venido
al mar que se destruye para no morir nunca.
(El Mar, Luis Feria)
Saludos, así lo sentí y así lo cuento, desde este lado del ordenador.
Febrero 29th, 2012 at 0:46
Siento mucho no haber podido asistir. ¿Sabes, Eduardo, si hay prevista otra proyección del documental?
Yo quise participar en ese congreso, intentando aportar un punto de vista sobre algo que sabía de antemano que ninguno de los “críticos” iba a tratar, pero la respuesta del organizador fue que carecía de datos sobre mi capacidad de “crítico” como para estar presente en ese congreso. No contesté, por supuesto… Y leyendo lo que comentas sobre tus sensaciones del visionado, sigo pensando lo mismo que entonces: que a día de hoy nadie ha afrontado la personalidad de Luis Feria (el ser humano que está detrás del poeta) y que desde mi punto de vista es uno de los datos que más influyen en toda su obra, aparte de que clarifican muchas. oscuridades Pienso, que más que salvarlo, darlo a conocer, expandir al poeta y a su obra, las aportaciones en aquel congreso no respondieron a las espectativas de lo anunciado. Hubo un exceso de pavoneo que el mismo Feria nunca hubiera aceptado. Pero así son las cosas. Nos estamos acostumbrado a lucirnos cuando hablamos de alguien que merece rescatarse, importándonos un pimiento el mismo rescate. Por supuesto que hubo excepciones, pero desde hace mucho tiempo me viene dando la sensación de que son los supuestos mejor preparados los peores para no ayudar a que alguien como Luis Feria hoy fuera otro, un inmenso Luis Feria, aquí y fuera de aquí, que es lo que es.
Saludos.
Febrero 29th, 2012 at 0:49
*(expectativas)
Febrero 29th, 2012 at 1:23
No tengo idea de si habrá otra proyección del documental… Ni que salida le dará el Cabildo de Tenerife cuatro años después… Mucho me temo que se trata de otro de esos misterios sin resolver… ¡Viva Feria!
Febrero 29th, 2012 at 5:19
Rosebud, Rosebud, Rosebud… me pregunto cuál fue el nombre de mi trineo en esta feria… Porque una vez fui niño,… apenas lo recuerdo… alguien pretende buscar (y encontrar) el significado de mi existencia…Ese pasado que viví (y que no pude vivir) de todo aquello que hace que una vida sea feliz y completa. ¿Ha sido mi vida perdida? O tendré que recurrir a Aristóteles para sentirme “logrado”… Rosebud, Rosebud… Rosebud.
Febrero 29th, 2012 at 10:18
Estoy totalmente de acuerdo con Arcade. Mucho interés personal y poco en el los escritor sobre el que habla el documental. Todos quieren ser los primeros en apuntarse el tanto de ser los críticos de Feria, pero nadie pretende hacerlo con rigor y honestidad. Mientras se sigan cerrando la puerta a otros estudios que quieran aportar algo que se salga de las estrechas miras de los supuestos “críticos-organizadores-escritores-directores-amigos” no habrá nada que hacer. Y esa forma de pensar es una lacra impuesta desde la universidad y su mediocridad.
Febrero 29th, 2012 at 21:50
Pocas, o bastantes según se mire, son los trabajos cinematográficos que se producen en estos lares, con mayor o peor fortuna, y seguimos con el mismo mal de siempre y que son las superposiciones de actos el mismo día y hora, como si en el TEA no se hubieran enterado todavía que en el Aguere Espacio Cultural se han consolidado las sesiones de cine canario todos los martes, con una asistencia nunca menor de cincuenta personas que pagan su entrada, o con el estreno ayer mismo del estupendo mediometraje de Iván López Odio los lunes con una sala medianamente llena. La próxima semana veo que se corrige la “anomalía”, así tendremos el estreno en Tenerife de Amarillo, de Ado Sanatana, y al día siguiente la última producción de Mª Eugenia Arateaga en el TEA. Allí nos veremos.
Febrero 29th, 2012 at 21:59
Estimado, mejor que haya superposición de actos que nada… Aprovecho para darle –con retraso– felicitaciones escobilloneras por su recién cumpleaños.
Marzo 1st, 2012 at 1:53
Los primeros críticos de Feria? el mejor crítico de Feria es, hasta hoy, el profesor Jorge Rodríguez Padrón. No se si sale en este documental. Y si no da lo mismo.
Marzo 1st, 2012 at 12:22
Que otro punto de vista, Arcade?
Marzo 1st, 2012 at 12:41
Sí que sale Jorge Rodríguez Padrón…
Marzo 1st, 2012 at 13:08
…parece que en este escobillón sólo saben dar escobillonazos a las cosas que se hacen en esta isla… siempre con el run-run de si esto está mal y aquello también… vamos, que si por estos contertulios escobillonarios fuera no se haría nada… parece más bien un diálogo de resentidos porque no se les ha incluido en este documental o en aquel otro… joder, cómo anda el patio… Venga todos ya a chupar cámara…
Y lo de Rojas no tiene nombre… él prefiere que se hable de si tomaba o no tomaba wiskis el feria o si tenía asma o no tenía… pero bueno, lo importante de un escritor es su obra, no las anécdotas… venga ya.
Marzo 1st, 2012 at 13:41
Felipe, no me haga reír por la gloria de su madre. Y no se me equivoque, hombre de Dios, porque lo de los güisquitos lo dice usted ya que en ningún momento se hace alusión en el post sobre la afición por el néctar escocés del señor Feria. Es más, desconocía esta querencia, lo que lo hace más humano, tan humano como su afición por los pasteles. Respecto al documental, que es de lo que va la cosa, mi juicio –entiéndase de una vez– es el que está escrito. Y si lo que he visto no me funciona lo escribo. Sin miedo, sin resentemientos (¿a qué?, ¿a quién?). Insistamos pues, Luis Feria, con permiso del olvido no, no funciona.
Marzo 1st, 2012 at 13:44
Y sí, ya sabemos que el run run run escobillonero molesta. Pero aquí seguimos: barriendo, barriendo, barriendo a los que chupan (y también a los que no chupan) cámara. Por cierto, me sorprende que sea usted, precisamente usted, el que envíe este comentario… Cuídese, de verdad.
Marzo 1st, 2012 at 22:00
Sí, Alfonso, el primer gran crítico de la obra de Feria es, sin duda alguna, Jorge Rodríguez Padrón.