La isla del infierno regresa con más escenas

Cinemabandit pondrá próximamente a la venta, y al módico precio de 1,99 euros, una nueva versión –con más escenas y mejoradas, dice su director Javier Fernández Caldas– de La isla del infierno, título del que pueden ver su tráiler si pinchan este enlace.

Catorce años después de su estreno, este filme inclasificable que va cogiendo cuerpo a medida que pasa el tiempo, justifica que se haya convertido en un título de culto porque en él se integran de manera aparentemente desordenadas la mayoría de las referencias cinéfilas de su director, quien ya había tanteado en ellas en sus cortometrajes El último latido y Frágil, apuestas arriesgadas y en blanco y negro que eclosionó en lo que podríamos denominar como una nueva etapa del cine rodado en Canarias y que abrió la puerta de lo que muchos creían  solo podía ser un sueño hasta ese entonces.

Compruebo por ello, y tras revisar más de diez años después La isla del infierno en un viejo casete de VHS, la frescura y el aire camp que aún conserva un largometraje que flota en el limbo porque no ha perdido la capacidad de asombro de la primera vez.

Por ello, es una excelente idea que Fernández Caldas recupere este clásico gamberro para comprobar de lo que se era capaz en unos tiempos donde el reino de las sombras aún no había tomado por la fuerza nuestros inocentes –creíamos– corazones.

En este aspecto, La isla del infierno es una película para ver con lo que aún recuerdas de aquellos tiempos. Para sorprenderte de un filme en el que en una curiosa mixtura se reinterpreta en clave, a veces involuntariamente golfa, el cine de aventuras.

En esta cinta se puede rastrear un poco del humor delirante de los Monty Python de su primera época, antes de que el grupo británico se volviera demasiado estirado y preocupado de sí mismo; de películas de piratas de los años cuarenta e incluso de cierto western de serie B donde los buenos, por una vez, son los indios. En el filme de Caldas, los indios son guanches y los villanos unos conquistadores castellanos que meten mucho miedo.

Gran parte de lo mejor de La isla del infierno continúa siendo, a mi juicio, el trabajo de selección de extras y actores de reparto que acompañan a los protagonistas de la película.

Como el desaparecido José Conde y Pablo Scola, profesionales cuyo trabajo ensombrece esa peculiar galería de secundarios que Caldas reunió en su momento, probablemente la fauna más excéntrica de la isla en la que vivo. Y en la que rockeros como Pablo Meneses y Silver, actores de teatro como el potentísimo Arturo Soriano o el inquietante Domingo Regalado junto a la entonces debutante actriz Toni Acosta, le roban literalmente los planos a las estrellas oficiales de un filme que solo pretendió y pretende divertir al espectador.

Si ven el tráiler entenderán mejor lo que intento contarle solo con palabras.

La isla del infierno nació como un colorín, y como cómic transformado en celuloide aún conserva, reitero, su capacidad de asombro, de que como espectador fogueado te preguntes pero esto que coño es… y como el niño que llevas dentro notes como la sonrisa que se dibuja en tu boca crece –como va creciendo esta película– hasta su apoteósico final.

Final heredado de aquellos tantos filmes que vimos en su día en una pantalla de televisión en blanco y negro y en las ya legendarias sesiones de cine a las cuatro de la tarde.

Las míticas matinés que forjaron a varias generaciones de espectadores a este lado del Atlántico. Algunos de los cuales incluso –caso de Caldas– le metieron el veneno del cine en el cuerpo.

Saludos, aún mordiendo la bala, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “La isla del infierno regresa con más escenas”

  1. Barbara Says:

    Hola!
    Me gustaría saber dónde puedp comprar o descargarme esta película. Muchas gracias!

  2. admin Says:

    Pues la verdad es que no lo sé. Lo lamento de veras.

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