El asesino tímido, una novela de Clara Usón
Se le hace un flaco favor a El asesino tímido, de Clara Usón, apuntando que se trata de una novela sobre una actriz, Sandra Mozarovski, que alcanzó cierta fama durante los años del destape, ya que la novela cuenta otras historias, relatos que se mezclan unos con otros y en los que se narra con notable pulso fragmentos de la vida de la propia escritora y de Ludwig Wittgenstein,, filósofo, matemático y lingüista autríaco que, enfermo de genialidad, se comportó como un chalado, un tipo ora admirable, ora despreciable.
La novela cuenta así tres historias que se fusionan unas con otras en un admirable juego narrativo que obliga a una atenta y adictiva atención lectora.
En ese rompecabezas, lo que cuenta Clara Usón sabe a verdad, sobre todo las partes en la que evoca la difícil relación que mantuvo con su madre, pero también el retrato –fruto de pesquisas que revela una intensa labor de investigación– de una actriz acostumbrada a desnudarse frente a las cámaras así como la vida y obra de un filósofo con complejo narcisista que perdió la cabeza por tanto pensar.
En El asesino tímido, como en otras novelas de Clara Usón, se pone de manifiesto que estamos ante uno de los más grandes escritores españoles del momento. La fascinación que provoca su literatura es resultado de una sabia combinación entre imaginación y oficio literario que no desentona en apenas ninguno de sus libros.
Por ésta y otras novelas, como Valor y La hija del Este, Clara Usón practica ese tipo de literatura que alguien calificó de novela no ficción con resultados más que elogiables. Hacía tiempo que no leíamos a una escritora y un escritor español cuyos libros nos supieran a verdad. Y como verdad, que conmovieran y al mismo tiempo hicieran reflexionar, que son al fin y al cabo dos elementos que más que pedir se le debe de exigir a una obra de arte.
En cuanto a la protagonista de la obra, Sandra Mazarovski, tuvo una vida plagada de incertidumbres. Su carrera como artista no pasará a la historia del cine español aunque gracias a este libro el personaje recibe un caluroso homenaje que no cae en lo melodramático. Bueno está en recordar, y así lo recuerda la escritora, que la actriz murió demasiado pronto y en circunstancias cuanto menos sospechosas, más allá de que fuera o no amante de Juan Carlos I.
¿Suicido, asesinato?, Clara Usón más allá de responder a estas preguntas propone entre otros temas, muchos de ellos espinosos, el suicidio como la huida final, y trae a colación textos de Wittgenstein, Camus y Pavese en el que se manifiesta esta preocupación que patra algunos de los nombres citados se transformó en obsesión.
El asesino tímido, el suicida, termina siendo así una novela, sí novela, en la que se explora la razón de la huida, esa tendencia que caracteriza a hombres y mujeres de escapar antes que la de enfrentarse a los problemas.
Los tres grandes protagonistas de este libro representan, cada uno a su manera, huidas. La todavía no muy clara de Sandra Mazarovski cuando se arrojó, o a la arrojaron, de la terraza del piso en el que vivía con sus padres; la de la propia escritora, que mantiene una difícil relación con su madre y que continuamente huye hacia adelante y hacia atrás y la de Ludwig Wittgesntein y su complejísima relación con el mundo, lo que le hace refugiarse en aldeas localizadas en espacios apartados en inhóspitos.
Saludos, léanla, desde este lado del ordenador.