Fallo de la X edición del certamen Visionaria
La décima edición de la Muestra Concurso de cine Visionaria, conceptos de isla se dio a conocer recientemente. Este certamen de cortometrajes está organizado por la Asociación de cine Vértigo y pueden participar cineastas de todas las latitudes si expresan una visión sobre un lema elegido por la organización que en esta ocasión fue “Interiores”.
El primer premio, dotado con 600 euros, correspondió a Herzog estuvo aquí, de Cayetana H. Cuyas, “por la originalidad en su apuesta por el falso documental a la hora de acercarse a una figura fundamental en la historia del cine. Partiendo de la presencia real de Herzog en Canarias, se realiza una sentida defensa del medio ambiente, apoyándose en un sorprendente uso del metraje encontrado”.
El segundo premio, 300 euros, lo recibió Casa de oro, de Marta Torrecilla. Según el jurado, se trata de un cortometraje en el que “la directora muestra una habilidad especial para ajustar de forma precisa sus ideas a las limitaciones de tiempo. Apoyándose en un cuidadoso empleo del sonido y en una mirada refinada, demuestra una gran capacidad para mostrar distintos tipos de interiores, puestos al servicio de una historia de choques entre lo moderno y lo ancestral.”
Por último, el jurado decidió conceder una mención especial a Después, de Marine Discazeaux, “por defender la complejidad de lo sencillo y demostrar que es posible decir mucho con poco. Afronta con sobriedad un tema tan duro y complejo como el de la migración, evitando caer en la condescendencia.”
El Jurado estuvo formado Víctor Rosales (periodista, programador y cofundador de Visionaria), Luisa del Rosario (doctora en Filosofía y periodista, redactora de Canarias7) y Yanara Moreno (actriz y profesora de teatro), que tuvieron que valorar 31 trabajos finalistas.
De momento, Visionaria está a la espera de que el público designe su cortometraje favorita a través de las votaciones que reciban hasta mañana, miércoles 15 de julio , en el canal de YouTube de de la Asociación de cine Vértigo.
Saludos, The End, desde este lado del ordenador