Retrato en la pared, un libro de Concha de Ganzo

Termina el 2023 con dos libros que se ocupan de la Guerra Civil que se vivió en Canarias. Novelas donde la realidad y la ficción casi se dan de la mano. Se tratan además de dos obras escritas por mujeres, quienes han novelizado algunos hechos que se desencadenaron por desgracia aquel terrible verano de 1936. En ambos casos, el material que nutre estas dos historias hay que buscarlo en la memoria que acompaña a cada familia de este dichoso pero también desgraciado país, en especial aquellos relatos que generación a generación se transmiten de generación a generación sobre cómo les afectó la Guerra Civil española, más en un territorio tan pequeño como Canarias, donde si ahora casi nos conocemos todos, antes, imagínense, se conocían todos.

Hace unas semanas nos hacíamos eco de la gozosa sorpresa que fue descubrir El último alzado, de Guadalupe González Taño, una historia familiar sobre la guerra narrada con desarmante sencillez y que iba directa al corazón antes que a la cabeza del lector.

Coincide este título en librerías con Retrato en la pared (Le Canarien, 2023), de la escritora y periodista Concha de Ganzo, una novela construida a través de varias voces (Tomás, su hermano Gregorio, un joven zapatero de Lanzarote, Madame D) que se entrecruzan en las páginas de un libro potente no ya solo por lo que significa de novelizar la memoria sino también por la voluntad con la que están escrito todos estos relatos, historias que arman una obra que no va a dejar indiferente a nadie. Y digo bien, porque detrás de todas estas escenas que transcurren en un periodo tan triste para la historia de este país hay además de voluntad por contar cosas, voluntad por escribir bien esas mismas cosas.

Concha de Ganzo me descubre cuál fue el destino de la esposa de Miguel Campos, un hombre, este Campos, que tuvo una vida de novela aunque en su caso esa vida fuera la que vivió. Para quienes no lo conozcan, baste decir que nacido en Güímar (casi todos los protagonistas de este libro son de esta localidad del sur de Tenerife), Campos militó muy joven en organizaciones de izquierdas lo que lo obligó a huir cuando estalló el golpe de Estado. Detenido, fue encarcelado en Fyffes y formó parte del Batallón de Trabajadores 180 en el norte de África, donde logró escapar para alistarse en las unidades militares de la Francia Libre. En concreto, a la que se conoció popularmente como la Nueve, la unidad de los republicanos españoles que combatió contra el nazismo en África y Europa y que desfiló el día de la liberación de París, el 26 de agosto de 1944.

De Campos, de quien se ha escrito ya varios libros, aunque el más recomendable sea el que lleva por título Miguel Campos Delgado. Héroe y mito de la Nueve se conoce lo que se ha podido conocer gracias sobre todo al trabajo de los investigadores Carmen Góngora, Fabián Hernández, Aarón León y Octavio Rodríguez, pero no se sabía nada o poco al menos, de quién fue su esposa, Isabel Piñero, una mujer a la que las circunstancias obligaron a enfrentarse con mucho coraje a las circunstancias adversas ante las que se encontró recién iniciado el llamado alzamiento nacional. No voy a revelar lo que sí revela literariamente Concha de Ganzo en esta novela basada en rigurosos hechos reales, pero la historia pone los pelos de punta y hace pensar que si una de las calles de Güímar lleva hoy el nombre de su esposo, no sería mala idea bautizar otra con el nombre de su compañera, una madre coraje con todas sus letras.

Esta es solo una de las sorpresas que guarda un libro estructurado en dos partes y en la que se cuentan momentos y experiencias de canarios y canarias en tierras peninsulares combatiendo o sufriendo una guerra en la que no se les había perdido nada. Ese es el caso de Tomás, soldado del ejército nacional que mantiene contacto con una mujer del ejército republicano con quien comparte tabaco y papel para liarlos. O el de su hermano Gregorio, también destinado a la península para combatir “a los rojos”, aunque Goyo no distinga colores ni ideologías. A él le tocó el conflicto en un lado y los que mandan y ordenan en ese lado son los que lo destinaron al infierno de una guerra donde los combatientes de un lado y otro de las trincheras si no se conocían por ser del mismo pueblo o del mismo barrio, sí que hablaban el mismo idioma por lo que las palabrotas eran las mismas cuando los tiros dejaban de sonar y se daba paso al desahogo verbal.

Estos Retratos se leen como una novela, o como cuentos que se hilvanan a través de los personajes. En este aspecto, los distintos cuadros que estructuran el libro ofrecen una mirada distante y serena en torno a distintos momentos que discurren en aquella maldita Guerra Civil cuyas secuelas todavía continúan dañando la convivencia dentro de un país que no termina de reconocerse ante el espejo de la Historia. E historias es lo que ofrece Concha de Ganzo en esta amplia e intensa galería de pequeños episodios nacionales.

Galería de hombres y mujeres, hermanos y hermanas, familias enteras que por los vientos de tormenta que estaban por encima de todos ellos terminaron por forjar uno de los pasados más salvajes que ha vivido este país a lo largo, ironía, de su Historia.

Saludos, se dijo, desde este lado del ordenador

Escribe una respuesta