Anoche soñé que volvía al Yaiza Borges…

fin.bmp

Es probable que a alguno le parezca muy fuerte pero todo cinéfilo (y cinéfago) que se precie en Tenerife sabe que hubo un antes y un después de Yaiza Borges. Advierto de ante mano que este comentario está escrito por el abuelito que llevo dentro, y también a propuesta de un amigo que me lo sugirió en uno de los comentarios de este mismo blog.

Yaiza Borges comenzó como un grupo de entusiastas, qué digo entusiastas, locos por el cine a finaleas de los años 70. Que recuerde (y perdonad que me falle la memoria, cosas de la edad) iniciaron sus primeras proyecciones en La Buhardilla, en La Laguna, donde tuve la oportunidad de ver mis primeras (y revolucionarias a su manera) películas cubanas, entre otras. Más tarde tuvieron la osadía (y el valor, al César lo que es del César) de sacar adelante una revista a fotocopias que respondía al nombre de Barrido, con la que criticaban un poco en plan Dirigido por… los estrenos que, a cuenta gotas, llegaban a los cines (eso sí que eran cines) de la isla. También organizaban ciclos en pantallas como las del Price antes de que fuera multisalas y hoy Renoir. Así que el adolescente con ganas de ver películas (independientemente de su calidad) aprendió a ver otro cine gracias a este pelotón de chiflados.

Diablos que ha llovido mucho desde entonces. Los del Yaiza Borges nos metieron varios goles, sobre todo cuando recuperaron el histórico cine Tenerife para exhibir películas raras. O Europeas y ocasionalmente de otras nacionalidades que no fuera sólo estadounidense.

En aquellos tiempos era un chico feliz. Tenía problemas como todo el mundo pero los vaciaba yendo al Yaiza. En cada una de las proyecciones (como en Madrid) podías coger una hojita donde te comentaban la película que ibas a ver. Lo mismo que los Renoir y el Víctor, sólo que veinte años antes… imaginadlo. A mi me cuesta, por eso la deuda pendiente, o la necesidad de rendirles tributo con estas líneas escritas con prisa pero siempre a modo de homenaje.

Los curtidos locos por el cine fueron, entre otros, gente que más o menos sigue vinculada al séptimo arte en esta apartada orilla. Ahí estaba Fernando Gabriel Martín, Aurelio Carnero, Josep Vilageliu, Juan Antonio Castaño, Juan Puelles, José Miguel Gómez Santacreu, entre otros, y en la pantalla del recuperado cine Tenerife (que ahora se llamaba Yaiza Borges) películas como Al final de la escapada, La armada Brancaleone, Solo ante el peligro y mucho R. W. Fassbinder, o muchas películas del tal Fassbinder.

La verdad es que no soy un seguidor del cine de este señor, pero gracias a los del Yaiza me vi casi todas sus películas. Más tarde apostaron por un cineasta español que en aquellos lejanos días era como sinónimo de provocación, un tal Pedro Almodóvar… Se marcaron otro tanto con la proyección de El ladrón de los guantes blancos en una sesión que hoy considero histórica para entender el amor al cine a este lado del Atlántico. La película de Rivero se proyectó con apoyo musical en directo. El pianista: Puelles, que fue profesor mío años más tarde en el instituto Teobaldo Power y con quien rodamos El examen, una película cuanto menos curiosa. No puedo olvidar así, que los del Yaiza también rodaron sus películas, como Anabel (Off Side) y algunos cortos, unos muy divertidos como Apartamento 23-F y otros bastante enigmáticos como Iballa y El fotógrafo, trabajos que se disculpan porque reflejan muy bien el espíritu de la época.

Perdonad, nietos míos, porque chocheo. Son demasiadas las impresiones que han dejado en el disco duro de mi memoria los del Yaiza. Claro que eran otros tiempos, probablemente más difíciles pero también sencillos. No existía el móvil y los ordenadores todavía eran cosas de ciencia ficción. O de 2001, yo qué sé…

La Filmoteca Canaria editó en su día un libro estupendo donde se narra el nacimiento, auge y caída del colectivo. Su título Yaiza Borges: aventura y utopía y lo firma José Alberto Guerra Pérez con prólogo de Francisco Javier Gómez Tarín… Muy recomendable, y no sólo para nostálgicos. A los del Yaiza le debemos además la creación de la Filmoteca que, junto con el Víctor, ha sabido recoger con dignidad el testigo “exhibicionista” que nos dejó el colectivo.

No sé si se merecen una estatua o el nombre de una calle, pero sí al menos el reconocimiento de todos los cinéfilos (y cinéfagos) de esta isla. De manera indirecta, si algo recuerdo de aquellos felices años fueron los buenos ratos que me hicieron pasar cuando me sumergía en el interior de aquella sala hoy reconvertida en gimnasio. ¿Triste final para un cine? Pienso que no, así es la aplastante lógica de los tiempos. ¿Qué pasó con Yaiza Borges cuando se cerraron las puertas de nuestros sueños? Pues lo que suele pasar casi siempre, disolución y un dulce olvido que, ya ves Jorge, recordarlo hoy me ha hecho un poquito más viejo.

En fin, va por todos ustedes, locos por el cine.

No Responses to “Anoche soñé que volvía al Yaiza Borges…”

  1. Elena Martín Says:

    La lectura de este comenatrio me ha hecho volver al pasado. ¡Cuánto buenos momentos me pasé en el cine Yaiza Borges!, en su momento se convirtió en un oásis para ver buenas películas y otras veces, pero menos, no tan buenas. No conocía la existencia del libro que citas, pero intentaré hacerme con él, ¿sabes de alguna librería donde lo tengan?

  2. Juan Esteban García Says:

    Recuerdo del cine Yaiza Borges el estreno de La muerte de Mikel, si no me falla la memoria ahí estaba el director de la película, Imanol Uribe, y no sé ya si sus actores, ¿Imanol Arias? Lo del Yaiza Borges ya ha hecho historia en la exhibición cinematográfica en Canarias. Creo que has hecho bien en recordarlos y rendirle homenaje. Yo, desde aquí, les doy también gracias por su labor.

  3. editorescobillon Says:

    Gracias a vosotros por vuestros comentarios. De alguna manera cinéfilos y cinéfagos estamos en deuda con aquella gente. El artículo, como siempre, se me ha quedado muy corto. Ah, Elena, con suerte el libro lo puedes encontrar en la librería de El Cabildo, que está en el antiguo teatro Baudet (otro de esos grandes cines que, desgraciadamente, hoy no es nada) en Santa Cruz de Tenerife. Si no lo encuentras ahí ni en ninguna librería de la isla, igual aún quedan ejemplares en la misma Filmoteca Canaria.
    Y Juan, también recuerdo el estreno de La muerte de Mikel, pero no me viene a la memoria que asistiera el director y algunos de los actores de la cinta, intentaré averiguar el dato y hacértelo saber.
    Saludos.

  4. jorge Says:

    Gracias, acabo de leer lo que escribiste y está muy bien. Creo que, como pasa en todos los cines, cada uno de nosotros tiene nuestro propio Yaiza Borges… qué película vimos, con quién fuimos, a quién nos encontramos… y la labor del Yaiza (también educativa) no tiene precio.
    Algunos, como Vilageliu, siguen mostrando ese espíritu Yaiza Borges en su estupenda labor en “Educar la mirada”.

  5. editorescobillon Says:

    Gracias, amigo, por tu comentario. Y sí, cada uno tiene su cine, su propio Yaiza, Rex, Greco, Baudet… y tantos y tantos otros… Un fuerte abrazo.

  6. Cinéfilo Says:

    Los del Yaiza tenían mucho cuento y en parte ellos son los responsables del fracaso de la sala. Si no, que se lo pregunten a la cuadrilla que formó ese colectivo. Iban de estirados, de progres que se lo sabían todo, de izquierdistas de salón… En fin, me cogió muy joven, pero no me gustaba nada esa gente.

  7. editorescobillon Says:

    A Cinéfilo, creo que te pasas tres pueblos. Independientemente de cómo te caigan algunos de los integrantes del antiguo Yaiza, lo que nadie puede negar es que han hecho historia en la historia de la exhibición cinematográfica en Canarias. Y digo en Canarias, no sólo de Tenerife. Conozco a varios de los integrantes que formaron parte del gran juego Borges y me caen bien, creo que son buenas personas y dos o tres de ellos auténticos enamorados del cine (Vilageliú, Carnero…).

  8. Eladio Says:

    Recuerdo el cine Yaiza Borges pero no sabía que lo que lo llevaban se dedicaban a otras actividades hasta que he leido este comenatrio, con relativo agrado. Sí, es verdad que allí vi películas buenas y “europeas”, pero también me tragué un montón de coñazos aptos para intelectuales de pacotilla. O será que soy muy bestia. En fin, bonito lo que escribes, en su justa medida, aunque yo tengo recuerdos más gratos de otros cines, como el Greco que fue donde di mi primer beso. Cursi que se pone uno.

  9. Rodrigo Says:

    Al final se liaron y pusierion todo tipo de cutradas. Recuerdo una que se titulaba Xtro o algo así. Pues era una película de terror, o eso decían, pero no había ni tu tía de quien la entendiera. También vi en ese cine Un hombre lobo americano en Londres… Así que no ponían solo cine europeo y chino, sino americano aunque les molestara.

Escribe una respuesta