Francisco Melo Sansó, una vida dedicada a negociar y vender ilusiones

El acto tiene lugar en los Multicines Renoir, que antaño fueron Multicines Price y más antaño todavía Cine Price. ¿El motivo? la presentación del libro El sueño del Monopol. Francisco Melo Sansó, volumen coordinado por Luis Roca y editado por la Filmoteca Canaria en el que se rinde merecidísimo homenaje a un hombre de cine con todas sus letras.

Francisco Melo Sansó quizá no aparezca en la improbable enciclopedia que pudiera recopilar en un futuro que no existe los nombres de los protagonistas de los que han hecho y hacen algo por el cine a este lado del Atlántico, pero sí que es casi seguro que gracias a hombres como él muchos de esos cineastas apostaran un día por dedicarse a esto del cine en provincias porque, preciasamente, fue gracias a su cine donde accedieron a un cine diferente, marginado de las salas que ahora llaman de pantalla única que pululaban por aquel entonces en esta siete islas desperdigadas del Atlántico.

El libro de Luis Roca es, en este sentido, un merecido homenaje, y uno de esos estudios donde el futuro historiador del rancio celuloide canario encontrará caldo de cultivo para entender algunas de las constantes que caracterizan a las películas de aquí. De antes y ahora, no sé yo si de mañana.

Francisco Melo Sansó fue uno de esos hombres que nos dio cine. Que nos trajo cine, además de arriesgarse a dirigir salas de cine, actividad con la que sigue pese a que no son buenos tiempos para salas y multisalas. Leer este libro te invita, además, a conocer la historia de un distribuidor con clase. Uno de esos tipos que conocía su negocio. Negocio por el que siente aún una pasión que sonroja a los advenedizos. Gracias a Sansó, nos explica Roca, se pudo proyectar en estas islitas a la deriva cine independiente. O cine raro, ese que tanto le gusta a nuestro Ángel Llanos. Hizo todo lo que pudo para que en estas dos provincias separadas por tantas tonterías tuviéramos lo que se llama cultura cinematográfica. Ya era hora, por lo tanto, de rendirle el homenaje que se merece. Y eso lo hace Luis Roca en su libro, libro en el que además colaboran con textos amigos que lo conocen y que vienen a decir más o menos lo que les estoy contando.

Con 80 años recién cumplidos y casi un chaval como cuando comenzó, Melo Sansó ha donado a la Filmoteca Canaria cinco copias en 35 milímetro de películas que a partir de ahora enriquecerán el patrimonio documental de nuestra Filmoteca (ahí está la Jauría humana, Un día en las carreras y Cantando bajo la lluvia, entre otras).

Luis Roca ha comprimido en su libro más de sesenta años de trayectoria a través de la voz de su protagonista, un relato emocionante y muy lúcido sobre el futuro de esto que llamamos cine. Un arte, me dicen que el séptimo, que está viviendo malos momentos en cuanto a salas comerciales se refiere.

El mismo don Francisco Melo Sansó resumió su trayectoria profesional el día de la presentación del libro: “Una vida dedicada a negociar y vender ilusiones”.

Y eso es cine. Con todas sus letras, insisto.

Olé, don Francisco.

Saludos emocionados a este lado del ordenador 

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