¿Por quién tocan (no doblan) las campanas?

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UNA INTRODUCCIÓN

¿Quién no echa una mirada al sol cuando atardece?

¿Quién quita sus ojos del cometa cuando estalla?

¿Quién no presta oídos a una campana cuando por algún hecho tañe?

¿Quién puede desoír esa campana cuya música lo traslada fuera de este mundo?

Ningún hombre es una isla entera por sí mismo.

Cada hombre es una pieza del continente, una parte del todo.

Si el mar se lleva una porción de tierra, toda Europa queda disminuida, como si fuera un promontorio, o la casa de uno de tus amigos, o la tuya propia.

Ninguna persona es una isla; la muerte de cualquiera me afecta, porque me encuentro unido a toda la humanidad; por eso, nunca preguntes por quién doblan las campanas; doblan por ti.

JOHN DONNE,  Londres (1572-1631).

UNA

Hace ahora exactamente un año que el Cabildo de Tenerife adoptó la que presumo fue equivocada decisión abandonar la gestión del aristocrático cine Víctor de la capital tinerfeña. Ha llovido mucho desde entonces. Les invito así a que paseen por las Rambla para que observen cómo una de las zonas comerciales emblemáticas de la ciudad se ha ido deteriorando con el paso de los tiempos.

Según informa el digital loquepasaentenerife han colado el cartel de CERRADO, VENDE O ALQUILA en la zona alrededor de unos 25 locales desde que nos sacude esta crisis con las que justifican todas sus equivocadas decisiones los que están arriba. Los de siempre. Esos que deberían gestionar con sensatez la cosa pública para estimular la iniciativa privada. Y cuando escribimos sensatez nos referimos a mimar espacios que, como la Rambla, hoy han quedado como zombis de una película de mi estimado George C. Romero.

DOS

Cuando el Víctor –que mantenía e insuflaba de vida a esta zona por excelencia del viejo Santa Cruz– dio su último suspiro, se apagaron las luces del que antaño fue uno de los centros de la capital tinerfeña. Al descubrir que el Víctor dejaba de exhibir aquellas proyecciones de cine raro e independiente que tanto le gustaban a Cristóbal de la Rosa y Ángel Llanos, y con el beneplácito de quienes les ordenaron a que se responsabilizaran de tan fatal decisión, muchos sospechamos que se quería centrar (obsesión centralista la de este gobierno nacionalista que nos dirige) todo ocio en zona ocio.

Pubs, multicines e incluso espacios públicos dirigidos por nuestras administraciones locales pasaron así a instalarse donde todo chicharrero que se precie sabe que se concentran ahora.

Noria va. Noria viene.

TRES

Las películas difíciles (¿?) y los estrenos de cortos canarios se proyectan hoy en una sala de asientos blancos pero manchados con la peste de la vergüenza en TEA. Un centro que si no recuerdo mal se montó sobre todo para recuperar la obra de Óscar Domínguez, nuestro torturado pintor surrealista a quien pasado el tiempo solo se le ha sabido explotar sus iniciales: O (de Óscar) D (de Dinero).

CUATRO

Y paseo frente al Víctor y se me viene el alma al suelo. Y me pregunto la capacidad que tenemos en estas islas por perder voluntariamente la memoria. Capital de provincias incapaz de mantener sus señas identidad. Sobre todo teniendo en cuenta que vivimos los chicharreros (y el resto de habitantes de la ínsula no chicharreros) en una ciudad que sin ser especialmente hermosa sí que tiene su encanto. Magia, sueño, rincones donde poder perderte pero que se está muriendo por desidia no sé si de intereses –como dice el inocente–  judeo masónicos.

CINCO

Quien les escribe no es un viejo pero sí se frustra cuando observa que la ciudad donde vivió y fue tan feliz e infeliz porque es su territorio se transforme en algo que no recuerda en todas las metamorfosis que han sacudido a esta capital de provincias desde que vino al mundo.

SEIS

Ahora me dicen que si dejáramos de ser España algo se recuperaría pero no me creo el cuento nacionalista. Por el contrario, sí que defiendo la herencia de los míos. La que me legaron mis padres y abuelos y antes que ellos sus padres y abuelos. Y esa no es otra que el de un Santa Cruz cosmopolita y abierto. Capaz de apostar por causas perdidas como fue el surrealismo en aquellos locos años 30. Apuesta que se ha venido repitiendo con el paso de los años pero a la que ni puñetero caso hacen los que gestionan nuestra cosa pública.

SIETE

Empeñados en que nos conformemos por permanecer en este provincianismo verbenero y acostumbrados los de siempre a obtener hasta ahora el dinero fácil que se podía sacar del Turismo, a esa entrada y salida de viajeros que se ha transformado en saquea sin guante blanco al que nos visita, tengo la sensación de que vivo en unas islas de miserables. Desestructurada y confusa. Miedosa y muy envenenada por despistados partidos políticos que sólo defienden lo suyo.

Llamémoslos nacionalistas, populares o socialistas.

Llamemóslos independentistas o españolistas.

Llamémoslos como queramos.

OCHO

Es imposible saber lo que nos deparará el 2010. Personalmente no espero grandes cosas  tras atravesar un año sin esperanzas como ha sido el 2009. Recuperarnos de la enfermedad de la frustración va a ser difícil. Sólo aspiro a que los que dirigen no nos confundan con gritos y que hagan bien su gestión. A que dejen de pensar sólo en lo que suena en su bolsillos.

NUEVE

A que me hagan olvidar aquella frase irónica que el gran Apeles Ortega me soltaba cada vez que iba a ese infierno de la nada que es el Parlamento de Canarias.

DIEZ

“Mete bien las manos en los bolsillos.”

ONCE

Pero por aquel entonces tenía fe.

DOCE

Aunque lo insólito es que pese a todas las amarguras continuo manteniendo esa misma fe.

Saludos, a la espera de que los deseos de señor Ojo coincidan con la realidad el próximo año, desde este lado del ordenador.

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