El ‘efecto Wyndham’

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En mi disco duro de la memoria ocupa un lugar destacado y sin despertar sospechosos recelos, tres grandes novelas de un escritor que se llamó John Wyndham. Y digo que sólo se tratan de tres novelas porque, desgraciadamente, no he tenido aún la oportunidad de hacerme con otros títulos que sé que han sido traducidos al español pero que hoy son prácticamente inencontrables.

Llegué primero a Wyndham gracias a un tebeo que versionaba la que quizá sea su novela más famosa: El día de los trífidos. Más tarde pude adquirir con notable esfuerzo el libro, editado por Minotauro-Edhasa, y por esos inquietantes caprichos del destino descubrí que se trataba de un escritor con gran reputación entre los aficionados a la ciencia ficción. Pero una ciencia ficción donde predominaba, afortunadamente, la ficción por encima de la ciencia.

Más tarde fui uno de los muchos abducidos por el efecto Wyndham al contemplar la asombrosa versión cinematográfica que el cineasta alemán Wolf Rilla dirigó en 1961 con el nombre de El pueblo de los malditos (mi apreciado John Carpenter rodaría años después un remake de esta misma cinta con resultados demoledoramente inferiores).

El pueblo de los malditos es una sencilla e inquietante historia fantástica que te va metiendo el miedo en el cuerpo partiendo de una situación aparentemente extravagante: Los habitantes de una apacible villa inglesa se ven sumidos, durante varias horas, en un inexplicable letargo, del que despiertan sin secuelas. Aunque pronto se descubre que todas las mujeres del pueblo en edad de concebir han quedado embarazadas…

Por cuestión de suerte y casi como si el fantasma de Wyndham guiara mis pasos, a medida que fueron pasando los años pude hacerme con otras novelas de este fabuloso e injustamente poco conocido escritor en España: Las crisálidas (Ediciones Guadarrama, 1976) y Chocky ( Ediciones Feymar, 1978). Esta última gran novela (la que terminó por convencerme que Wyndham además de un excelente escritor de género fue un excelente escritor más allá de los géneros) ha sido recientemente reeditada por Minotauro-Planeta en su colección Clásicos aprovechando el tirón comercial que ha supuesto que Steven Spielberg haya adquirido los derechos de esta historia.

¿Qué es Chocky? Chocky es la historia de un niño, Matthew, y su “amigo invisible”, Chocky. Un “amigo invisible” que hace que el joven sea un precoz genio de las matemáticas y el dibujo… Sólo que…

Lo más atractivo de lo que podríamos denominar efecto Wyndham es que la irrupción de la anomalía o lo extraño invade lentamente comunidades humanas normales. Así, el miedo, como si de una enfermedad se tratara, va contagiando el relato y a sus protagonistas hasta desembocar en situaciones extremas.

Y Wyndham es un maestro en inocularte el veneno de la paranoia en el cuerpo. Un veneno que, reitero, va penetrando sin que apenas lo percibas a medida que avanzas en sus historias. Pero resulta tan efectivo que cuando ya estás contagiado comprendes que todo cuanto hay a tu alrededor puede ser visto de otra manera.

Por eso, con la esperanza de que la reciente edición de Chocky descubra a Wyndham a nuevos lectores, imploro que se reeditan nuevas obras de este apacible e inquietante escritor como Kraken acecha o Polizonte a Marte, entre otras tantas.

No sé si mis oraciones llegarán a los oídos de los dioses pero por lo que más sea que sea si son escuchadas les garantizo que sí harían muy feliz a quien les escribe.

Saludos, de un ¿caballero? que todavía cree que no ha perdido la gracia del mar, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “El ‘efecto Wyndham’”

  1. Wyndhamaniaco Says:

    Gracias editor por esta breve pero intensa y apasionada reivindicación del maestro Wyndham. Si me dice cómo, podría facilitarle copia de Polizonte a Marte…

  2. editorescobillon Says:

    Pues me alegra usted el día. Y no se preocupe que ya me estoy poniendo en contacto con usted para que me facilite tan preciado libro…. Gracias mil.

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