Nuevas historias de Ellroy y Arnott y una reflexión sobre la novela zombi

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BUENAS NOTICIAS

Mientras espero que un amigo me devuelva de una vez El poder del perro de Don Winslow, escritor que por cierto participa esta misma semana en un chat con los lectores de El País, aprovecho esta mañana de lunes casposamente tormentosa para anunciarles que el 10 de febrero sale a la venta la nueva novela de James Ellroy en castellano. Se titula Sangre vagabunda (Ediciones B), título con el que cierra su particular y demoledor retrato de los años sesenta y que inició con las durísimas América y continuó con Seis de los grandes. Ellroy denomina estos tres volúmenes como su Trilogía Americana.

La acción de la novela transcurre durante el verano de 1968, donde “el destino ha colocado a tres hombres en el vórtice de la Historia. Dwight Holly es el matón preferido de J. Edgar Hoover, el que pone en práctica sus planes racistas. Wayne Tedrow, ex policía y traficante de heroína, está construyendo una meca del juego para la mafia en República Dominicana. Y Don Crutchfield, un joven detective privado de ética dudosa. Sus vidas chocan al tratar de dar caza a la Diosa Roja Joan.

Una buena noticia tras despertarme esta mañana de un mal sueño. Sueño en el que me encontraba como perdido en un paisaje nevado. No había sonido, sólo sepulcral silencio. Les cuento tan extraña pesadilla con la sana intención de psicoanalizarme.

Pero les contaba, la noticia agradable es que es uno de esos rutinarios paseos que me doy por las librerías de la capital, hoy más solitarias que nunca, mis ojos nerviosos tropiezan con Canciones de sangre, del escritor británico Jake Arnott. El año pasado descubrí a Arnott gracias a su inclasificable Delitos a lo largo plazo, donde dibuja unos años sesenta londinenses(¡también los sesenta!) muy feroces. En esta novela, compuesta por varias narraciones donde se nos cuenta la misma historia pero vista a través de distintos protagonistas, el escritor crea a uno de los personajes más fascinantes y crueles de la novela policiaca de los últimos años: Harry Stark, hampón de tendencias homosexuales que siente devoción por Judy Garland, y que está inspirado no tan vagamente en el verdadero y siniestro Ronnie Kray, uno de los tristemente célebres hermanos Kray.

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LA NOVELA ZOMBI ESTÁ DE MODA

Y ahora una reflexión sobre una moda literaria que sacude a España. Uno me dice que es signo de los tiempos: la literatura sobre zombis.

Basta con darse un paseo por las librerías de la capitá. La avalancha de títulos es impresionante. Pero lo más impresionante es que tras las incursiones escritas por narradores estadounidenses, entre ellos Max Brooks, hijo de Mel Brooks y Anne Bancroft, ahora los relatos que inundan el mercado nacional están firmados por escritores españoles como Manuel Loureiro y su Apocalipsis zombie, cuya segunda entrega transcurre en una Canarias sumida en una estrafalaria guerra civil entre blaquiazules y amarillos; Naturaleza muerta, de Víctor Conde, escritor canario que se esconde tras este pseudónimo; Los caminantes, de Carlos Sisi y Apocalipsis Island, de Vicente García, entre otros muchos.

Esta pequeña lista sólo quiere poner de manifiesto que los muertos vivientes están hoy más vivos que nunca literariamente hablando. Y sus razones tendrán. Añado a esta peculiar ristra de nombres y títulos la nueva tendencia por zombificar literariamente hablando grandes clásicos de la literatura y obtendremos (de momento) obras como Orgullo y prejuicio y zombis, de Seth Grahame-Smith y la española Lazarillo. Matar zombis nunca fue pan comido de un tal Lázaro-González Pérez de Tormes, y editada directamente en bolsillo.

Por lo que me pregunto: ¿Para cuándo una Mararía zombie?

Mientras tanto el nuevo revival sobre tan extrañas criaturas continúa aún dando estertores en la pantalla grande y en los tebeos, lo que significa que lo zombi ha pasado de ser un subgénero Fanta-terrorífico a transformarse en todo un género. Género que ya admite incluso parodias.

Objetivamente, pienso que esta puesta al día de los zombis es reflejo de la situación de desespero rayana casi ya en el nihilismo que reina en nuestros días. Así, no se me caen los anillos al comparar esta legión de muertos vivientes como la cada día más amplia legión de desempleados que buscan desesperadamente un puesto de trabajo. Los zombis, al fin y al cabo, casi siempre han intentado encontrar su lugar en el mundo, al igual que los parados que vagan por las calles mirando con creciente rencor a los que trabajan.

Y al igual que pasa en las novelas, películas e historietas, las filas de muertos vivientes como la de gente sin trabajo aumenta cada día mientras se reduce de manera alarmante la de los vivos y la de todos aquellos que gracias a su puesto laboral tienen dinero para gastarlo.

Les aseguro que esta comparación no es baladí. Si es usted un iniciado en estas cosas de los zombis habrá observado que en las películas que George C. Romero ha dedicado a sus criaturas, los muertos vivientes acuden casi siempre a los espacios donde perdían el tiempo cuando estaban vivos: las galerías comerciales…

Saludos, uno de esos días que tanto detesto como son los lluviosos, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “Nuevas historias de Ellroy y Arnott y una reflexión sobre la novela zombi”

  1. Wayne Tedrow Jr Says:

    Pues se va a quedar con los ojos a cuadros cuando vea cómo se llama la tercera parte del libro “Sangre vagabunda” de James Ellroy. Se llama La Zona Zombi y yo soy uno de los principales protagonistas.

  2. editorescobillon Says:

    Carambolas, gracias por el comentario. Empiezo a creer que hay conexiones místicas moviéndose por el aire.

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