‘Doppelgänger aldeconiano’

Una noticia amarga, entre las muchas que se están produciendo en los últimos días: Jorge Semprún ha muerto.

Me entero al finalizar la proyección del documental Aldecoa, huida al paraíso, de Miguel G. Morales, que se presentó la noche del martes 7 de junio en los multicines Renoir de la capital tinerfeña y que este miércoles lo hará en el teatro Guiniguada de Las Palmas de Gran Canaria.

Salgo con reacciones muy encontradas de este nuevo trabajo de Morales, director del más que potable Una luz en la isla. Domingo Pérez Minik.

Y destaco lo de reacciones encontradas porque a ratos, solo a ratos, ha logrado despertar mi interés esta confusa elegía al autor de origen vasco enamorado de Nueva York y las islas Canarias.

La extraña y frustrada  indiferencia que siento ante lo que he visto se debe a que conociendo el trabajo de su realizador, Aldecoa, huida al paraíso no sabe a donde va. Por un lado quiere contar quien fue Ignacio Aldecoa como hombre y escritor y por otro reflejar el pequeño libro que dedicó al archipiélago canario: Cuaderno de godo

Y el documental da bandazos. Tan bruscos que parece hacer zozobrar una barquita en alta mar.

En ocasiones el documental parece que se va a hundir irremediablemente en el océano y en otras –quizá por un golpe afortunado de las olas– sale a superficie.

Y pese a todo, y queriendo ser un emocionado pero reitero que inestable y a ratos bastante rutinario tributo al escritor,  el filme tiene momentos. Momentos que, lamentablemente, Morales no puede explotar porque apenas –pienso– debe de haber contado con documentos cinematográficos del protagonista de su trabajo.

La figura del escritor se configura así a través de quien fue su mujer, la también escritora Josefina Aldecoa, su hija, Susana, y amigos como José Manuel Caballero Bonald, Medardo Fraile, Manuel Vicent y el cineasta Mario Camus, entre otros.

Su huida al paraíso canario se nos cuenta en off –la voz la pone el periodista Iñaki Gabilondo– con la lectura de Cuadernos de godo.

Lectura, a mi juicio, poco entusiasta. Demasiado distante, como si Gabiondo dictase como un parte texto tan hermoso e interesante sobre las islas Canarias.

Cuaderno de godo es la mirada de un godo ilustrado y vitalista sobre unas Canarias remotas que aún hoy, si uno las busca, encontrará en pequeños rincones aislados dentro de esta geografía aislada y tan necesitada de hacer las paces con el monstruo ciclópeo y telúrico que esconde.

Viendo Aldecoa, huida al paraíso he tenido la sensación, inquietante debo de reconocerlo, de sentir que su realizador Miguel G. Morales cuando acometió la tarea de escribir el guión cayó presa de un doppelgänger aldeconiano que arrastró inevitablemente a su documental por callejones sin salida aunque logró que un espectador como quien les escribe rebuscase  en su destartalada biblioteca algunos de los títulos que posee del narrador vasco.

Pero esta necesidad, conste en acta, fue motivada más por la imagen que entiende tiene ese mismo espectador sobre Aldecoa que por la de doppelgänger que se le ha ofrecido en pantalla.

Parece como si Morales no hubiera sido capaz de darnos su visión personal del escritor. Tarea que deja en manos del periodista Juan Cruz, cuya presencia y ocasional voz en off resulta a mi juicio demasido reiterativa, sonrojante y poco justificada en un filme que quiere hablar del ciudadano Aldecoa rebelde y juerguista, enamorado de unas islas a las que le regaló ese texto tan poético y honesto que continúa siendo Cuaderno de godo.

Da la sensación que Aldecoa, huida al paraíso carece de objetivo. De un fin.

El retrato resulta así muy desdibujado, preso. Atado no ya al doble sino a los demasiados dobles que contribuyen a alimentar con sus recuerdos quienes lo conocieron.

¿Fue Aldecoa un escritor barojiano que no lo fue?

¿Un Hemingway con apellido vasco que sintió especial predilección por los oficios peligrosos y deportes hoy tan políticamente incorrectos como el boxeo?

¿Quién fue Aldecoa, además de un enamorado de Canarias sumidas en la prehistoria?

¿Qué fue lo que lo inspiró a escribir las que probablemente sean algunas de las mejores novelas y cuentos de una generación, la de los 50, que hoy injustamente no es reivindicada por casi nadie?

Aldecoa, huida al paraíso, trabajo que fue seleccionado en la convocatoria correspondiente al año 2008 del Gobierno de Canarias, está producido por Tuco Films en co-producción con Volcano Films y Televisión Española.

 Saludos, levantando el puño en señal de duelo por el ciudadano Semprún, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “‘Doppelgänger aldeconiano’”

  1. Cuervo Says:

    Anoche estuve por allí y comparto tus apreciaciones, especialmente la reiteración de apariciones de Juan Cruz, que luego en el post comentamos entre nosotros. También eché de menos la relación de Aldecoa con escritores canarios del momento, con Pérez Minik y con otros como los fetasianos (Antonio Bermejo, por ejemplo). Quizás eso habría aliviado el excesivo paisajismo de las Islas, que si bien está en los escritos de Cuaderno de Godo, habría enriquecido esta semblanza de la relación de Aldecoa con este Archipiélago y viceversa.

  2. Rafael-José Díaz Says:

    Si me permite el editor, quisiera preguntarle a Miguel G. Morales, en el caso de que estuviera leyendo estas líneas, cuál es la razón de que en todos los documentales suyos que he visto (y son ya unos cuantos) aparezca Juan Cruz. Un saludo.

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