¡Mutantes!

I. LA AVENTURA COMIENZA

¡El profesor Xavier ha sido secuestrado!

La banda de mutantes está que se sube por las paredes.

Cíclope, mientras maneja el aeroplano deslizador por el Atlántico, tiene que morderse la lengua mientras observa como Lobezno pasa sus cuchillas por los hombros pecosos de La chica maravillosa. El Ángel mira lánguido la superficie del mar por la ventanilla y la Bestia no deja de engordar devorando los helados que le prepara el Hombre de Hielo, un adolescente con problemas de identidad.

- Maldito Magneto.- masculla el Cíclope sin salir del mosqueo que le taladra por dentro, escuchando como las garras de Lobezno acarician los hombros pecosos de La chica maravillosa, quien de pronto se aproxima al Cíclope para avisarle: “Esa es la isla, aparcarte por ahí…”

El aeroplano deslizador da vuelta y vueltas sobre una geografía en la que despunta una montaña nevada hasta descender con suavidad en una zona que, según indica el GPS de la nave, se llama Punta Brava.

Tras hacer invisible la nave, los cinco mutantes exploran la zona.

Cíclope tiene que hacer uso entonces de su rayo cuando una murga de payasos les sale al frente. Lobezno destripa con sus cuchillas a dos tipos vestidos de señoritas de la Policía Local mientras la Bestia y el Ángel aplastan a una comparsa para poner fin al infernal sonido que hacen, un ruido que se mete en los oídos y que como un gusano solo podría salir de la pérfida imaginación del mutante rebotado: ¡Magneto!

La chica maravillosa recibe con una cómplice sonrisa los racimos de flores de nieve que le sirve un embobado Hombre de Hielo.

- ¡El GPS dice que el profesor Xavier no se encuentra aquí!.- Exclama Cíclope.- hay que trasladarnos a la capital de esta isla infernal.

Cíclope mira a Bestia. Bestia baja la cabeza.

- Yo… Las prisas, me olvide de traer el transportador… Yo, las prisas…

Cíclope al grito de ¡¡¡Bestia!!! quema toda una platanera con su mirada de fuego.

- ¿Y ahora?- pregunta Lobezno lamiendo la sangre que se escurre de entre sus cuchillas.

II.- RUMBO A LA GUARIDA DEL MAL

Los seis mutantes cogen la guagua. Una guagua repleta de presuntos seguidores de Magneto. Gente que parece salida de otra dimensión.

- Parecen borrachos.- exclama La chica maravillosa sintiendo como un osito de peluche le pellizca el trasero.

- Finjamos. No se han percatado de nuestra presencia.- dice el Ángel sintiendo como un Terminator le pellizca el trasero.

La guagua atraviesa una autopista repleta de coches. Suenan pitas y gritos aguardentosos que castigan el sentido auditivo del sexteto de súper héroes.

Al llegar a Santa Cruz todos ellos están durmiendo por los que son despertados con violencia por el chofer, un tipo con malas pulgas y barriga cervecera.

- ¡¡¡A la puta calle!!!, ¡¡¡golfos, más que golfos!!!- exclama el chofer que lleva un palillo de dientes colgando de su labio inferior.

III.- ¡ALERTA!

Los héroes entonces se hacen paso por calles y plazas atestadas de zombis que hacen que bailan.

El GPS que lleva Cíclope comienza a bailarle peligrosamente entre las manos.

- Por aquí, por aquí.- dice el Cíclope que cuando llega ante la fachada de un edificio que parece un búnker se da cuenta que solo lo acompaña Lobezno y la Bestia.

- ¿Y La chica…?

- ¿Y el de hielo y el que tiene alas?.- pregunta Bestia con mirada asesina a un lado y al otro.

Lobezno saca las garras.

- Entremos.- dice.

IV.- ¡ES LA GUERRA!

En un amplio salón encuentran al profesor Xavier maniatado junto a Magneto. Los dos con señales de haber sido torturados. Ambos tienen los ojos cerrados y babean.

- Cuidadín.- resuena en la cabeza de Cíclope, quien rápidamente se gira para barrer la estancia con sus ojos de fuego.

Resuena una sepulcral y maligna carcajada por toda la estancia.

- Mutantes a mi.- susurra una voz.

- Dé la cara.- masculla Lobezno dando zarpazos a la nada mientras Bestia comienza a saltar por toda la habitación, derribando a su paso cuadros de un tal Pedro González y libros de un estante.

- Un respeto por Pedro García Cabrera, Saulo Torón, Viera y Clavijo y las madres que los parió.- resuena en la habitación.

Los mutantes descubren ¡a la voz de ya! que están rodeados.

Un hombrecillo con bata mueve sus dedos como si de un brujo buriguri se tratara. A su izquierda una momia de pelo cano y con los ojos cerrados. A su derecha una momia señora que da miedo, y  a su lado, una momia con mirada hueca y triste que da mucha pena. En otro extremo, un momio larguirucho con pinta de Drácula y otro gordito y uno delgaducho en el que se puede apreciar una barbita que una vez estuvo bien recortada. 

- ¡Al ataquerrrlll!.- ordena el brujo buriguri

CRASH, BOOM, POW, BANG, RATATATATA

Las luces vuelven a apagarse, así que la oscuridad solo la rompe el resplandor de la batalla.

- Te di, estás muerto.- Advierte la momia señora a la Bestia.

Lobezno que levanta por los aires al momio con pintas de Drácula enciende un puro con su mano derecha y tras envenenarse los pulmones exclama: ¡Muy bueno, recórcholis!

- Es palmero, canastos, y hecho a mano peaso baifo.- le informa el brujo buriguri cogiéndolo por las piernas mientras la momia de pelo cano hace lo mismo con la cabeza.

- I surrender…-suplica Lobezno sin dejar caer el cigarro puro de su puta boca.

Cíclope, acorralado por el resto, se percata entonces que no puede incinerarlos a todos con su mirada de fuego.

- Recuerda lo que te enseñé.- le dice el profesor Xavier telepáticamente.- Recuerda lo que te enseñé.

- …

- ¡Recuerda!

V.- AMPLIACIÓN DEL CAMPO DE BATALLA

El sol ha salido hace media hora.

La chica maravillosa y el Hombre del Hielo juegan a conocerse mejor entre los jardines del parque García Sanabria mientras son espiados por un equipo de investigación de Telecinco.

Se ríen por nada, pareciera incluso que están borrachos. Y lo que es peor ¡endrogados!

El Hombre de Hielo lleva pegada en sus mejillas rastros de purpurina y parece que no le importa el olor a tabaco que sale de la boca de la mujer con hombros pecosos.

A lo lejos, y muy tiernamente abrazados, contemplan como un pequeño hongo devora media ciudad.

- No sé si te quiero.- le dice el Hombre de Hielo.

- Yo tampoco.- le responde La chica maravillosa.

No muy lejos, y en el mismo jardincillo, el Ángel le pregunta al Terminator:

- Después de lo que hemos hecho ¿nos conocemos mejor?

- ¡Nadie es perfecto!

- ¡Mutante!

 (*) Este blog, escrito con nostálgica ebriedad, está inspirado por el siguiente artículo publicado en Diario de Avisos.

Saludos, hace un año nos dejó Ezequiel Pérez Plasencia, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “¡Mutantes!”

  1. Marieta Says:

    El primer aniversario de la muerte de Ezequiel Pérez Plasencia, buen, muy buen escritor, no ha tenido ninguna repercusión en la prensa canaria o yo me he perdido algo. Parece mentira lo que hace un año se comentó en este mismo blog y los lamentos. Pájaro que ensució su propio nido. El lo sabía. Que verguenza, que falta de memoria.

  2. admin Says:

    Ezequiel fue un mutante. Y los que somos mutantes como él lo recordamos con nuestros poderes… Vive, luego no ha muerto.

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