Stephen King reflexiona sobre los Best Sellers

Dedicado a todos esos escritores y lectores que todavía se preguntan ¿por qué?

“Desde mi punto de vista inevitablemente tendencioso, los novelistas de éxito –incluso los que tiene un éxito modesto– son los más afortunados dentro de las artes creativas. Es verdad que la gente compra más discos compactos que libros, que va más al cine y ve mucho más la televisión de lo que lee. Pero el periodo de influencia de los novelistas es más largo, quizá porque los lectores son algo más listos que los aficionados a las artes no escritas, y por lo tanto tienen una memoria un poco más larga. Nadie sabe donde está ahora David Soul, de Starky y Hutch, ni qué ha sido de Vanilla Ice, ese peculiar grupo de rap blanco, pero en 1994 Herman Wuk, James Michener y Norman Mailer seguían en el candelero, por hablar de la época en que los dinosaurios poblaban la Tierra.

Arthur Hailer estaba escribiendo un libro nuevo (eso se rumoreaba al menos, y resultó cierto), Thomas Harris podía tomarse siete años entre un Lecter y otro y aún así producir éxitos de venta, y pese a que no se había sabido nada de él en casi cuarenta años, J. D. Salinger seguía siendo un tema de conversación en las clases de literatura inglesa y en las tertulias literarias de café. Los lectores tienen una lealtad sin parangón dentro de las artes creativas, lo que explica por qué tantos escritores que se han quedado sin gasolina pueden seguir en marcha, impulsados a las listas de libros más vendidos por las palabras mágicas AUTOR DE en la contraportada de sus libros.

Lo que el editor quiere a cambio, sobre todo de un autor que vende medio millón de ejemplares de cada novela en tapa dura y un millón más en rústica, es muy sencillo: un libro al año. Los agentes de Nueva York consideran que eso es lo óptimo. Trescientas ochenta páginas cosidas o pegadas al año, un comienzo, un nudo y un desenlace; un personaje principal que se repite, como Kinsey Milhone o Kay Scarpetta, optativo pero preferible. A los lectores les gustan los personajes que reaparecen; es como volver a reunirse con la familia.

Si escribes menos de un libro al año amenazas la inversión que el editor ha hecho en ti. Impides que tu contable continúe manteniendo a flote tus tarjetas de crédito y pones en peligro la capacidad de tu agente para seguir pagando a tu psicoanalista. Además, siempre está el riesgo de que tus lectores se enfríen un poco si tardas demasiado en publicar. Es inevitable. Lo mismo pasa si publicas demasiado; entonces habrá lectores que dirán: ya basta de ese tío por un tiempo, todo empieza a sonarme igual. Os digo todo esto para que comprendáis cómo pasé cuatro años usando mi ordenador como el juego de Scrable más caro del mundo y nadie sospechó nada. ¿Bloqueo del escritor? ¿Qué bloqueo del escritor? Aquí no hay nada por el estilo.”

(Fragmento de la novela Un saco de huesos, Stephen King, 1998)

(*) Portada de Joyland, la nueva novela del autor de Carrie y Salem Lot, cuyo próximo lanzamiento en junio será primero en rústica en los Estados Unidos de Norteamérica) 

Saludos, y yo que pienso que el señor King ha hecho un pacto con el diablo, desde este lado del ordenador.

One Response to “Stephen King reflexiona sobre los Best Sellers”

  1. iván Says:

    Ha hecho un contrato indefinido con el diablo mr. King.

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