Vulnerables, un mediometraje de Iván López

Resultaría una pena que un mediometraje como Vulnerables solo se quedara en la doble sesión que un puñado de afortunados pudimos ver el jueves, 4 de julio, en TEA Tenerife Espacio de las Artes. Lo escribo porque con sus defectos, se trata de un trabajo que termina por conmover al narrar  una historia que hoy afecta a la mayoría de los ciudadanos de este país.

Tiene la pieza que escribe y dirige Iván López mensaje, y una estética insólita que hereda de ese gran cine sobre perdedores que fue el norteamericano, y de cuyas fuentes bebe Vulnerables para retratar con entusiasmo que desarma a dos personajes que se cruzan y aprenden a conocerse en circunstancias que si no fueran por las actuales –la crisis– jamás hubieran descubierto que se necesitaban.

El mediometraje resulta así honesto en sus intenciones y muy profesional para un cine que, como el que se cuece en la actualidad en estas tierras, tiene más de voluntarioso que otra cosa.

Así que el trabajo de López, que también nace de ese espíritu voluntarioso, se distingue de otros por su sinceridad y una agradecida y meditada mirada que obliga a preguntarse por dónde irán sus próximos trabajos con el objetivo de descubrir la evolución de un cineasta que con Vulnerables logra algo tan difícil como transmitir emociones.

Y no solo porque la historia llegue a la mayoría, ¿hay que recordar que son muchos los que están atravesando por un momento de la vida semejante al que vive su protagonista?, sino también por el aliento de esperanza que ofrece una película en la que se muestra la errática existencia de un hombre maduro y en paro, interpretado excelentemente por el actor Vicente Ayala, con una mujer de oficio dudoso que irrumpe en su vida como una cataclísmica Lisbeth Salander que asume otra también excelente  Sheila Amador, a lo largo de la noche en la que se intentó tomar el Congreso.

La historia de Vulnerables tiene capas, y en ella confluye drama y comedia como fluye drama y comedia en El apartamento de Billy Wilder. Fórmula que si se hace bien es la mejor manera para contar un relato que te sigue sacudiendo mucho tiempo después de haber visto la película.

Yo al menos le agradezco el esfuerzo. Su complejo cálculo en ofrecer entretenimiento con músculo, también que  haya sorteado con dosificada ternura y en ocasiones desconcertante sentido del humor lo que en otras manos hubiera resultado ridículo y presuntuoso.

Me gusta Vulnerables, y no creo que sea porque últimamente me sienta vulnerable, sino porque encuentro en esta película pequeña y modesta destellos de situaciones que me hacen pensar que sí, efectivamente estoy viendo una película que se crece porque tiene latido que le da vida propia.

Y funciona.

Lo que despierta mi adormilado entusiasmo por ese cine que se rueda actualmente en estas tierras. Un cine que con películas como Vulnerables se hace, ya lo hemos dicho, cine.

Y esta capacidad me hace perdonar muchos de sus defectos porque sabe a auténtica, aunque en los títulos de crédito finales se le vaya un poco la pinza al realizador al subrayar su hasta ese entonces contenida denuncia.

Tiene oficio la cinta de Iván López y una sencillez que por desnuda revela a un cineasta con ganas de mostrar sentimientos pese a que esa misma historia te la hayan contado un millón de veces.

Que más da.

El caso es que resulta creíble y se adapta como un guante a su atractiva atmósfera noir, labor en la que contó con un equipo que su director tuvo la generosidad y humildad de presentar antes de la proyección de la cinta en una sala llena hasta la bandera.

Todos ellos, vino a decir López, son autores de Vulnerables.

Un título muy a tener en cuenta en un cine que huye tanto de su realidad, como si tuviera miedo de abrir los ojos y narrar lo que nos está pasando.

Lo viene a decir el personaje que interpreta Ayala: “echar a un hombre de 48 años de su trabajo es como firmar su sentencia de muerte”.

Aunque siempre le quedará la noche y dejar de pensar que mañana será otro día.

Saludos, muy gratamente sorprendido, desde este lado del ordenador.

5 Responses to “Vulnerables, un mediometraje de Iván López”

  1. Daniel Says:

    Hace ya 10 años que tuve ocasión de ver Punto Final, uno de los primeros trabajos de Iván. He sido testigo discreto de su pasión y dedicación, ideas y talento, su constancia y su lucha… he seguido desde la distancia su crecimiento y me alegra mucho que su trabajo empiece a ser reconocido. Con todo, y para fortuna de quienes admiramos su ARTE, creo que la carrera cinematográfica de Iván López no ha hecho más que empezar.
    Congratulaciones!!

  2. iván Says:

    Una mierda espichada en un palo.

  3. admin Says:

    Iván, y me repito, vea, vea usted…

  4. iván Says:

    No, otra vez no. No más Iván López, por Dios, cosas de estas se han hecho muchas ya y bastante mejor. Es López y otros quien tienen que ver pero primero aprendiendo a mirar. Sus cosas son un cúmulo y un abuso del lugar común, la cursilería, el efectismo y el vacío.

  5. admin Says:

    No me falle, Iván… Sea serio.

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