Benditos roedores

I.- VIVA LA PANDILLA DE RATAS

En esa pequeña película que es La hija del soldado nunca llora, Kris Kristofferson interpreta a un hombre maduro que intenta convivir con los fantasmas de su pasado junto a su familia en otro país, en otro planeta que no le recuerde que es el suyo.

El filme está basado en una novela de Kaylie Jones, hija del escritor norteamericano James Jones, un hombre de letras que alcanzó notable éxito en los años cuarenta y cincuenta con una serie de novelas donde mostraba la guerra desde el punto de vista del soldado como De aquí a la eternidad y La delgada línea roja, entre otras.

Si hay, sin embargo, un título de Jones que distingo del resto de su producción literaria es la profundamente conmovedora Como un torrente, donde cambia de escenario. La acción ya no transcurre en el frente sino se preocupa en relatar el intento de readaptación a la vida civil de su protagonista.

Un soldado.

Esta novela dio origen a una versión cinematográfica dirigida por Vincente Minnelli, con Frank Sinatra, Dean Martin y Shirley MacLaine como protagonistas.

El filme estrenado a finales de los años cincuenta puede entenderse como el lado serio y adulto de los hombres y mujeres que formaron parte de lo que se conoce como Rat Pack, un grupo de golfos y juerguistas millonarios que, con Sinatra a la cabeza, representan lo mejor y en cierta forma también lo peor del hedonismo con sello Hollywood.

Lo que sí tengo claro es que todos ellos vivieron a su manera, y que entre los tres grandes ases que formaron parte de esa pandilla, Sinatra, Martin y Sammy Davis Junior, siempre me decantaré por Dino antes que por La voz.

Probablemente porque Martin siempre ocupó un discreto segundo puesto, aunque como actor e incluso como cantante todavía continúa pareciéndome superior al gran Sinatra.

Tenía algo Dino.

Si lo escuchan, parece que casi se está riendo cuando canta al amor o al desamor.

Parece que todo se la trae floja.

Que enciende un cigarrillo y se encoge de hombros.

En cuanto a sus intervenciones en pantalla, a mí Dean Martin hace gloria como sheriff borrachín en Río Bravo (Howard Hawks, 1959) y en el papel de tahúr que interpreta en, precisamente, Como un torrente, donde esconde su cabeza bajo un impecable sombrero tejano.

Para los interesados en conocer las grandezas y miserias del Rat Pack recomiendo la lectura de un libro escrito con la devoción de un admirador: Rat Pack. Viviendo a su manera, de Javier Márquez.

Márquez cuenta muchas anécdotas de este grupo de amigos que intentaron vivir la vida como una fiesta. Con todas sus luces y sombras.

Se habla así de las conexiones con la mafia, de sus excesos, de sus ya legendarias cogorzas y, sobre todo, de su talento.

En este sentido, cabe recordar que la versión de Everybody loves somebody de Martin logró arrebatar el primer puesto en las listas de éxito a un grupo británico que en 1964 había logrado mantener algunas semanas su A hard day’s night en el puesto número 1 de las listas norteamericanas.

Claro que así se las gastaba Dino.

Y no solo con los cuatro de Liverpool, The Beatles.

Pregúntenle a los melenudos Rolling Stones cuando los invitó a su programa de televisión Hollywood Palace

Pero no es de mi admirado Dean Martin de quien quiero hablar en este post.

Tampoco de Frank Sinatra ni de Sammy Davis Junior.

Ahí está el libro de Márquez para que conozcan cómo se las gastaban cuando estaban juntos.

No, este post solo quiere reseñar algunas de las películas que como banda rodaron como colegas y amigos.

Por el camino y en sábanas revueltas quedan mujeres como Marilyn Monroe, Ava Gadner y Kim Novak. También gente tan poco recomendable como Sam Giancana y litros, litros de buen bourbon.

Ecuación que da como resultado dos palabras para mí envidiables: Rat Pack.

La hedonista, elegante y divertida forma de vivir de una pandilla de ratas.

II.- EL ORIGEN DEL CLAN

El Rat Pack además de Sinatra, Martin y Davis estuvo formado por el estirado –lo siento, nunca me cayó bien– Peter Lawford y Joey Bishop. La división femenina contó con Shirley MacLaine y como estrellas invitadas con Judy Garland, Angie Dickinson, Marilyn Monroe y Lauren Bacall a quien se le hace responsable del nombre.

Bacall junto a su marido Humphrey Bogart acogieron en su casa en numerosas ocasiones a Sinatra.

Bogart, de hecho, le dio consejos sobre mujeres, la bebida y el mundo del cine en los comienzos de su carrera. Si para Dino el modelo fue George Raft para Frank fue siempre Bogart.

El origen del nombre, relata Javier Márquez en su libro, lo sugirió la propia Bacall una noche en la que encontró a su marido junto a otros amigos hasta arriba de alcohol. Curiosamente en esa juerga no se encontraba Frank Sinatra.

Bacall gritó: “¡parecéis una maldita pandilla de ratas!”

Cuenta la leyenda que una semana después y en el salón privado del restaurante Romanoff la pandilla eligió entre botellas de bourbon los cargos del recién creado Rat Pack, club, hermandad o como quieran denominarlo que nació en palabras de Bogey: “para combatir el aburrimiento y perpetuar la independencia. Nos admiramos a nosotros mismos y no nos preocupa nadie más”.

La directiva, votada democráticamente, quedó así:

Frank Sinatra, presidente.

Lauren Bacall, la casera.

Judy Garland, vicepresidenta.

Irving Lazar, secretario y tesorero.

Sid Luft, el carcelero.

Humprey Bogart, relaciones públicas.

Con el paso de los años hubo cambios.

Pero las juergas continuaron.

¡Viva Las Vegas!

III.- LAS PELÍCULAS

Los miembros del nuevo Rat Pack protagonizaron varias películas.

Solo he visto tres de las que, específicamente y como grupo, rodaron en el esplendor de sus carreras.

Tengo las tres en un apartado privilegiado en mi deuvedeteca y si bien admito que como cintas han perdido fuelle con el paso del tiempo, para todo seguidor de esta singular hermandad aún tienen esa capacidad de “alegrar el puñetero día”.

La cuadrilla de los once (Lewis Milestone, 1960).- Me encanta. Tanto, que la nueva versión y secuelas no me hace respirar la psicotrónica complicidad de la cinta original. Dean Martin, Frank Sinatra y Sammy Davis Jr. están en su salsa. El resto del Rat Pack también, esto incluye al estirado de Peter Lawford. Angie Dickinson es algo así como un sol y el golpe que la pandilla planifica para asaltar uno de los casinos de Las Vegas es deliciosamente tronchante. Encuentro claves, mensajes ocultos en las miradas que cruzan Sinatra y Martin. Martin, Sinatra y Sammy Davis Jr. Sí, sé que el filme ha envejecido pero para quien escribe aún le sabe a bourbon reserva.

Tres sargentos (John Sturges, 1962).- La película reunía todos los elementos para ser la gran película del Rat Pack. Pero no… Aunque late en toda ella el espíritu festivo del grupo. El guión lo firma William R. Burnett, uno de los mejores escritores de novela negra de todos los tiempos, quien recuerda en Backstory como tuvo ocasión de escribir una parodia para la pandilla de Gunga Din: “Era una buena idea pero Frank no sabía que hacer con ella. Así que volví a casa, pensé en ello e intenté imaginarme una forma de hacerlo. La ambienté en el Oeste, con esa fanática tribu de indios, y eso es Tres sargentos”. Burnett no dice que para elaborar la historia canibalizó Muros de adobe, una novela ambientada en el Oeste escrita en clave dramática en la que, sospechosamente, aparece también una fanática tribu de indios apaches. Los tres sargentos, para que nadie se llame a equívocos son Sinatra, Martin y Lawford. Sammy Davis Jr. aporta junto a una mula un discutible puntito humorístico.

Cuatro tíos de Texas (Robert Aldrich, 1963).- Pese a que la dirige un peso pesado como Aldrich, Cuatro tíos de Texas no termina por funcionar. Aunque cuenta con un excelente inicio de persecuciones y tiros que sirve para presentar a los personajes que encarnan Dean Martin, que hace como siempre de cínico vuelta de todo, y Frank Sinatra, un tipo ¿honesto? No, un capitalista en toda regla. En el filme emparejan a Martin con una explosiva Ursula Andress y a Sinatra con una igual de explosiva Anita Ekberg. Hay crítica a la codicia, personaje que interpreta muy bien ese excelente secundario del cine norteamericano que fue Victor Buono, que en la película encarna a un reptiliano banquero y como secundario villano un Charles Bronson que todavía ni soñaba en convertirse en estrella.

Y… esto es todo por hoy.

Esperando estoy mientras tanto a que me reciba la maldita pandilla de ratas.

Saludos, Jack Daniel en mano, desde este lado del ordenador.

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