La sonrisa Duchenne, una novela de Gerardo Pérez Sánchez

“No quise insistir más. Su discurso era firme y nunca he sido de los que pretenden convencer a nadie. Sus palabras, disfrazadas de seguridad y con apariencia de verosimilitud, de alguna manera, golpearon mi ego. En aquel momento no quise contradecirla. Sé que, si me hubiese esforzado, podría haber presentado batalla frente al pesimismo con el que ella vendía nuestro hipotético futuro. Ella no quería. Era así de simple. Aparentaba no estar atada a ningún lazo que la uniese a mí. Con naturalidad, había disfrutado sinceramente de unos días románticos y con la misma naturalidad seguía su camino hacia cualquier otro lugar. Y todo ello sin perder su sonrisa, su magnetismo. Parecía inmune a los ataques y golpes que el resto de los mortales soportamos en cualquier momento ante ese sentimiento denominado amor sin que, pese a ello, dejase de disfrutar de sus placeres más habituales. Ni siquiera su ausencia de tristeza por el final de aquel breve romance hizo que se me pasase por la cabeza que ella hubiese estado fingiendo.”

(La sonrisa Duchenne, Gerardo Pérez Sánchez. Editorial Verbum, 2016)

La sonrisa Duchenne es la tercera novela de Gerardo Pérez Sánchez, autor que cuenta en su haber con El peso del tiempo y El amor y otras vías de escape. Con su último trabajo literario resultó finalista del Premio Iberoamericano Verbum 2015, y es bajo este sello editorial en el que publica de nuevo tras El amor y otras vías de escape.

Con tres novelas en su haber, la narrativa de Gerardo Pérez Sánchez ya no debe de leerse y mucho menos entenderse como la de un aprendiz que intenta hacerse un hueco en la república de las letras, ya que sus libros han ido adquiriendo madurez unos tras otros. Da la sensación, de hecho, de que se siente más cómodo con lo que cuenta y, lo más importante a nuestro juicio, cómo lo cuenta.

Ha sabido ir adelante y en este ir adelante corregir los errores que lastraron el atractivo material que manejó en su primera novela, por lo que intuimos un escritor preocupado por depurar su estilo, un estilo que en cada una de sus novelas se personaliza cada vez más sin renunciar por ello a una serie de constantes que forman parte indivisible de sus hasta ahora tres trabajos literarios.

Se advierte además que las novelas de Gerardo Pérez Sánchez, con independencia del género en que las escriba, giran siempre en torno a las grandezas y las fatalidades del amor. Eso sí, el autor procura disfrazar el romance en tramas ligeramente complicadas, peso su peso late con una importancia notable en el relato, tan importante que oscurece otras líneas argumentales por lo que Pérez Sánchez es ante todo un escritor que cree, y por ello necesita explotarlo en sus obras, en el amor.

El amor como vehículo a través del cual evadirnos de la grisácea realidad que nos rodea. El amor como un oasis en el que refugiarnos de esa misma grisácea realidad que nos rodea. Una realidad hostil y muy inhóspita, repleta de peligros en La sonrisa Duchenne, título que no deja de desconcertar aunque tiene su razón de ser cuando se explica en apenas unas líneas en qué consiste esa sonrisa. Una sonrisa que nace de una emoción espontánea y genuina.

Si la ciencia ficción fue el género escogido en El peso del tiempo y la comedia en El amor y otras vías de escape, ahora es la novela de espías el telón de fondo en el que se mueven los personajes de La sonrisa Duchenne.

Y decimos bien cuando se apunta que es el telón de fondo, como de fondo fueron sus respectivos géneros en las dos novelas anteriores, porque a Gerardo Pérez Sánchez si algo le interesan los géneros es para diseminar en ellos una historia de amor. En esta ocasión la que despierta en el endurecido corazón de un agente de los servicios secretos españoles con una atractiva cooperante italiana, Francesca,  que sin pertenecer a ninguna organización clandestina de su gobierno, está acostumbrada a que se crucen en su vida. De hecho, vive un romance con un espía italiano, Paolo, hasta que cae en coma tras ser brutalmente agredida por un misterioso hombre de negocios chino a quien investiga y que controla el negocio de la alimentación que los saciados países del primer mundo envían a los empobrecidos del tercer mundo para mantener su conciencia tranquila.

Curiosa paradoja que proporciona algunas de las mejores páginas de esta novela en la que no falta además de un escabroso triángulo, amor y escenas de acción que están muy bien descritas y aceleran la lectura del libro, así como aquellas que cuentan las tensiones que surgen entre los agentes secretos de una y otra nacionalidad que están enamorados de la misma persona.

En cuanto a su retrato del mundo del espionaje, Gerardo Pérez Sánchez lo dibuja  ordenado y burocrático, casi parece que influenciado por el que nos ha legado la literatura del maestro John le Carré.

Los espías de La sonrisa Duchenne son funcionarios que arriesgan su vida mientras viven en una realidad paralela, una realidad que no es la de la gente corriente por mucho que los agentes se esfuercen en normalizar sus relaciones con la sociedad para la que trabajan.

Por último, señalar que probablemente sea La sonrisa Duchenne la novela más cinematográfica de las tres que ha escrito y publicado hasta la fecha su autor.

Esta pasión por el cine se transmite en las numerosas y eficazmente descritas escenas de acción que trufan el relato, así como en las frases escogidas con las que encabeza cada uno de los capítulos de la obra. Frases que se han sacado de distintas películas, muchas de ellas de recientemente estrenadas y otras de grandes clásicos de la pantalla.

Una de ellas podría resumir las claves que el escritor ha diseminado a lo largo y ancho del relato. Corresponde a El paciente inglés: “Tienes que protegerte de la tristeza. La tristeza está muy próxima al odio”.

Saludos, aquí estamos, desde este lado del ordenador.

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