‘Indómito’, una novela de Vladimir Hernández

La nueva novela realista y social, la novela policíaca, es como aquel fantasma que recorría Europa, penetra e impregna con comodidad muchas literaturas nacionales y se disuelve a través de retratos críticos sobre los sueños de una sociedad ante y en su paisaje.

Sueños y paisaje hay en Indómito, obra por la que Vladimir Hernández obtuvo el Premio Internacional de Novela Negra L’H Confidencial 2016. Una historia que se distingue de otras historias negras que se escriben en Cuba porque su autor describe un robo millonario a una gran empresa del Estado con nervio hard boiled, a lo más extremo de los extremos mientras disemina pero no monopolizan dardos que están dirigidos al sistema castrista, maniatado en una mediocridad que hace años dejó de resultar revolucionaria.

La acción se desarrolla en La Habana y en sus alrededores en 2014 y la protagoniza Mario Durán, quien recién sale de la cárcel, es captado para que forme parte de un equipo de atracadores entre los que se encuentra su mejor amigo.

La idea y la estructura de la novela es clásica, y contiene ecos a ese clásico del género que es La jungla de asfalto, imprescindible novela de W. R. Burnett que dio origen a una también imprescindible película dirigida por John Huston, y esto se sabe desde el minuto uno pero no importa porque como conseguía Alexis Ravelo en La estrategia del pequinés lo hace también Vladimir Hernández con otro acento y más mutado en Elmore Leonard.

Estas piezas que gravitan quedan reforzadas con un protagonista que arrastra su saco trágico, un saco que termina sacudiendo tras una ambigua victoria a lomos de Harley Davidson.

La novela negra se ha instalado en Cuba y cuenta con notables escritores que hacen literatura con el género como Leonardo Padura, Lorenzo LunarAmir Valle Daniel Chavaría, escritores muy diferentes en los que sin embargo coincide el paisaje, un paisaje que se reconstruye y que revela que algo está cambiando en Cuba, un país que lleva resistiendo, para bien o para mal, hace más de cincuenta años.

Y a este equipo se suma aportando aliento pulp Vladimir Hernández con Indómito, una historia que quizá derive en otras historias que corren el peligro, o quizá la fortuna, de retratar su Cuba imaginada.

Soñada.

Saludos, Help!, desde este lado del ordenador.

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