Una mirada muy personal

He seguido casi desde sus orígenes la carera cinematográfica de Daniel León Lacave. Un cineasta que me sorprendió por su mirada en Los pechos de Paula (2009), trabajo insólito en el panorama audiovisual “canario”, y carrera que desde entonces he continuado valorando con bastante interés como espectador y cinéfilo.

Al margen de travesuras leves, muy dignas por otra parte, he detectado en el cine de Daniel León Lacave una evolución, un cambio de registro, cierta preocupación no ya solo por mostrar el fracaso generacional sino el aislamiento y la soledad con mirada cada vez más elaborada y oscura.

Daniel León Lacave ha crecido como persona y también como cineasta. Su cine se ha hecho como más adulto, adoptando unas claves que desconciertan al principio pero que le vienen muy bien a la historia porque Daniel León Lacave se empeña –al contrario de otros compañeros de generación– en contar historias por mínimas que resulten. Se trata de uno de los los pocos cineastas canarios que ha preocupado en modelar una mirada personal que hace reconocible cualquiera de sus trabajos.

La muñeca rota (2017) cuenta una historia de horror, un descenso a los infiernos, una pesadilla real. Su protagonista, Yanai Cruz, es una niña de origen asiático que trabaja en régimen de explotación en una fábrica de muñecas donde un día, y no sin capricho, roba una de ellas. Una muñeca rota precisamente porque le falta uno de sus piernas.

Debe hacerse notar que más que robo preferimos como espectador entender el pequeño hurto de la niña como acto secreto de rebeldía, de apropiarse de un objeto roto (ya hemos dicho que le falta una de las piernas) con el que identificarse y enfrentarse juntos a esos terribles, solitarios y grisáceos días.

Son varios los temas que toca La muñeca rota. Por un lado propone una mirada casi documental sobre la explotación infantil aunque en el caso de la película de Daniel León Lacave se apunta más alto: el sistema de la fábrica no admite soñadores, y la protagonista lo es.

Para narrar el proceso, Daniel León Lacave da notable importancia al sonido ambiente. Opresor, de factoría, y juega con los tiempos a través de un hábil manejo de la elipsis.

El relato, que de por sí es denso, se reduce a una mínima expresión que resulta bastante poética. Cine narrativo y cine lírico se dan la mano en esta película sin engaños ni mentiras para mostrar la tragedia cotidiana de una muñeca que, como dice el título de la película, nació rota.

Que sepa contar todas estas grandezas y miserias humanas con mirada contenida, que apenas juzga, hace más amargo el visionado de un cortometraje en el que se reflejan los espacios –grises, oscuros– en los que se mueve su protagonista, una extraordinaria Yanai Cruz que hacen de La muñeca rota uno de los trabajos más personales e intelectuales de un cineasta que cuenta con una, insistimos, mirada cinematográfica propia y que en esta película sabe conmover y atrapar el corazón del espectador.

La muñeca rota es una modesta producción que no parece haber sido rodada en Canarias. Se escribe esto como se decía antes “no parece una película española”. El cineasta dirige una película de perfecto acabado que sabe a verdad y que brilla con luz propia en un cine como es el Canaria siempre más preocupado en las subvenciones y regalías del Gobierno y del Cabildo ahora en Tenerife, que en rodar películas de calidad y tan dignas como este pequeño clásico canario (¿dónde se puede ver?, ¿cómo se puede ver?) que pronto desaparecerá como desaparecen las lágrimas en la lluvia.

Saludos, leve inclinación, desde este lado del ordenador

2 Responses to “Una mirada muy personal”

  1. Daniel León Lacave Says:

    El señor Lacave vuelve a tratar de torturarnos con su pretenciosa realización, con su pésimo gusto en la elección del plano, y con esa falsa mirada de preocupación por los temas sociales que no son mas que una pose y una estrategia para alimentar su ego…

    … ay perdón Eduardo… es que lo echo tanto de menos…

  2. admin Says:

    jajajajajaja

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