Absolutamente Heather, una novela de Matthew Weiner

“No le pasó por alto a Mark la belleza del otoño en Nueva York, aunque pronto fue evidente que esa feliz estación sería tan lúgubre como el más largo de los febreros.”

(Absolutamente Heather, Matthew Weiner. Traducción: Albert Fuentes, Seix Barral, 2018)

Para ser la primera novela de Matthew Weiner, creador de una de las mejores series de televisión de todos los tiempos, Mad Men, Absolutamente Heather (Seix Barral, 2018) no responde a las expectativas que se habían depositado en ella. Más cuando contaba con el elogio de consagrados narradores norteamericanos como James Ellroy y Michael Chabon, entre otros.

Se esperaba otra cosa de un autor del calibre de Matthew Weiner, aunque en Absolutamente Heather se detectan algunas de las constantes que forman parte de su peculiar universo como es su interés por dotar a sus protagonistas de una convincente psicología y el cuidado y el mimo con el que trata tanto a sus personajes masculinos y femeninos, guerra de sexos que en esta novela se difumina entre las grietas de la obsesión. La obsesión que sienten padre y madre por su hija, Heather, y la obsesión que siente un chico de la calle por ella.

Heather es una joven que no ha terminado por ser ella misma y a la que sus padres someten a una férrea vigilancia más que por amor para mantener la ilusión de un matrimonio acomodado en el que comienzan a aparecer las primeras fisuras, fisuras que amenazan con desmoronar una vida hasta ese momento felizmente rutinaria.

Absolutamente Heather tiene otras lecturas, aunque apenas se desarrollan en la novela. Una novela que cuenta su historia con una sencillez que pasma y de la que deberían de coger buena nota muchos escritores españoles que siguen empeñados en creer que buena literatura es la que no entiende nadie, ni siquiera ellos mismos.

Si algo revelador tiene Matthew Weiner es que demuestra con creces que se pueden contar y armar historia complejas con un estilo sencillo. Los cuatro personajes de su novela, el matrimonio Breakstone y su hija Heather y el chico de la calle, ese producto de la alcantarilla de la marginalidad que representa Bobby, tienen matices que los hacen creíbles y son utilizados por el escritor para dar giros a un relato sin demasiados bandazos.

Y todo esto resumido en apenas unas 150 páginas apretadas que si bien no terminan de ser redondas sí que despiertan el interés del lector al tiempo que le asaltan preguntas de inequívoco signo moral.

Saludos, otra vez será, desde este lado del ordenador

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