Otra noche de mierda en esta puta ciudad, una novela de Nick Flynn

El aparente desorden cronológico de Otra noche de mierda en esta puta ciudad no es tal sino que forma parte de la estructura de una novela que nada en varios géneros aunque sea el testimonial el que casi devore los otros vericuetos en los que se adentra y sale una ficción que tampoco es tal ficción.

Escrita por Nick Flynn, la novela o la no novela se inscribe en eso que los enterados definen como autoficción, o relato en el que el escritor con independencia de su sexo escribe y en ocasiones fantasea sobre determinados episodios de su vida. En el caso de Otra noche de mierda en esta puta ciudad, en las relaciones que mantuvo el ahora escritor con su padre, progenitor que debió de meterle el veneno de las letras en la sangre además de su afición al alcohol y las drogas ya que no se cansó de repetir en la correspondencia enviada a su hijo desde la cárcel que se convertiría en el mejor escritor norteamericano de todos los tiempos, tiempo al tiempo.

El libro se bifurca así en vasos comunicantes en los que se describe el proceso de autodestrucción del padre que acaba por ser un vagabundo que busca asilo en el albergue social en el que trabajaba su hijo, como en las complejidades de la creación literaria.

Todo esto y más narrado en varios tiempos que abarca un arco temporal que va de los setenta a los años noventa del pasado siglo XX, períodos en los que el tira y afloja entre padre e hijo agranda el vacío que los separa aunque, y es una conclusión muy particular, de tal palo tal astilla aunque sea el hijo el que alcance el sueño de publicar ya que la obra que hereda del padre son restos dispersos, notas en servilletas y en páginas arrancadas de agendas pero sin ton ni son, sin ningún hilo narrativo que confirme lo que aseguraba en su cartas desde la cárcel, que sería reconocido por ser el autor de la gran novela americana.

Aunque no tengan nada que ver salvo que su protagonista dice que es escritor, en el caso de Otra noche de mierda en esta puta ciudad dejando atrás papeles diversos carentes de coherencia, me asaltó la memoria mientras leía esta novela sobre y de perdedores con sueños inalcanzables por su afición a las drogas y el alcohol con la estupenda El secreto de Joe Gould de Joseph Mitchell, periodista y escritor que siguió al Joe Gould del título pensando que iba tras las huellas del que podría ser el escritor revelación norteamericano de su tiempo y que trabajaba en los arrabales en una monumental historia oral. No vamos a revelar más sobre un libro que reflexiona sin cinismo alguno sobre literatura y sobre escritores pero merece la pena sumergirse en sus páginas si lo que se quiere es vivir esa autoficción en la que se meten numerosos aspirantes a escritores cuando descubren que las puertas de la fama y del reconocimiento no se abren rendidas a su talento. Conozco más de un caso en estas islas en las que me tocó nacer.

Las intenciones de Nick Flynn apunta sin embargo en dos direcciones, la familiar, la relación que el autor mantiene con el padre es de franco desprecio, y el proceso de creación literaria, dos mundos aparentemente opuestos que terminan por fusionarse en una obra que si bien no es redonda no deja de sorprender por la crudeza con la que está escrita, palabras a través de las cuales el escritor se desnuda como acto de exorcismo. También, sospecho, de redención y de pedir perdón tras matar –simbólicamente– al padre.

Saludos, libros, libros y más libros, desde este lado del ordenador

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