La ceguera del cangrejo, una novela de Alexis Ravelo

“No tardaron ni cinco minutos en preguntarle si era canarión. Y él aprovechó para decir que sí, que lo era, pero que tenía familia en Lanzarote, los hermanos de su madre, y que precisamente allí, en Viéitez, se suponía que seguía viviendo un primo de ella. A los viejos se les dilataron las pupilas, como se le dilatan siempre a todo anciano de provincias cuando tiene la oportunidad de descubrir un parentesco”.

(La ceguera del cangrejo, Alexis Ravelo, Siruela Policíaca, Siruela, 2019)

La corrupción urbanística en una isla como Lanzarote y la arrolladora personalidad de un artista como César Manrique son los ejes a través de los cuales gira La ceguera del cangrejo (Siruela, 2019), una nueva novela de Alexis Ravelo quien tras el experimento literario de La otra vida de Ned Blackbird y su incursión en la novela histórica vertiente Guerra Civil en Canarias con Los milagros prohibidos, las dos editadas también por Siruela, regresa a los territorios de la novela negra y criminal en el que el autor ocupa un destacado espacio entre los escritores del género en España.

ConLa ceguera del cangrejo Ravelo además de nadar en aguas que conoce, describe el fascinante y arrollador paisaje de la isla en el que late en cada roca, en cada volcán, el corazón de César Manrique, artista que está presente en toda la novela en carne y espíritu porque fue el gran transformador y defensor de la naturaleza agreste de Lanzarote, una tierra donde todo el mundo se conoce y se reconoce con motes y cuyos habitantes desde tiempos ya perdidos en la memoria se han adaptado las dificultades del paisaje para sobrevivir.

La isla que recorre Ángel Fuentes, el protagonista del libro, un militar que investiga la muerte ¿casual?, ¿suicidio?, ¿asesinato?, de su novia, Olga Herrera mientras recogía información para escribir una biografía de Manrique, empapa la piel de Fuentes y Ravelo y resulta clave para aceptar el juego que propone el escritor, quien va más allá del misterio para relatar el itinerario interior y exterior que emprende su protagonista por la isla mientras rastrea las huellas de su compañera que a su vez investigaba la vida de César Manrique.
Alrededor del protagonista se mueve una pléyade de personajes lo suficientemente sólidos para armar una historia que, como en otras novelas de Ravelo, va más allá de lo policial para meter la pezuña en las entrañas de los poderes que gobiernan una isla que, como todas las que conforman el archipiélago, funciona con sus idas y venidas en su pequeño y variado universo.

Entre las muchas y gratas sorpresas de esta novela está volver a encontrar la capacidad que tiene Ravelo para engarzar todos estos elementos: personajes, Lanzarote, César Manrique y, al mismo tiempo, dotarlos de una consistencia que los hace reales..
Alexis Ravelo demuestra también con esta novela que se puede mirar a la historia de Canarias como material literario. También la de algunos de sus hijos más ilustres, aquellos que desde la trinchera de la cultura hicieron el suficiente ruido como para trascender las fronteras isleñas aunque en su tierra sean pocos los que se acuerden de ellos. No es el caso de César Manrique, de quien se celebra este año el centenario de su nacimiento, lo que hace más oportuno si cabe un libro que, además de contar una historia, sirve de homenaje al artista.

En cuanto al protagonista, Ángel Fuentes, es inevitable que recuerde a un Eladio Monroy más joven ya que sus prontos y arranques de violencia –y despliega varios en la novela– evocan al del investigador grancanario que reside en la calle Murga. Fuentes, no obstante, se distancia de él en su busca de respuestas, respuestas que den una solución a la muerte de Olga Herrera mientras reconstruye sus últimas semanas de vida. Al mismo tiempo, conoce a la gente con las que ella se relacionó en Lanzarote y se reencuentra con un viejo compañero de armas.

La ceguera del cangrejo brinda también un personal retrato de la isla visto a través de los ojos de otro isleño y muestra durante su recorrido por las distintas realidades que viven en Lanzarote, una agradecida mirada y una notable capacidad para meterse en todos lados.

Con este libro Ravelo explora nuevas posibilidades en un género que está más vivo que nunca, por lo que más que ser una novela negra es una historia de amor con fantasma, César Manrique, en el paisaje volcánico de una isla que atrapa a quien decida conocerla si huye del cartón piedra de las zonas turísticas, esos gigantescos depredadores del territorio.

Saludos, a leer que son dos días, desde este lado del ordenador

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