Crimen, una novela escrita por Agustín Espinosa, “el hijastro de la isla. El aislado”

Al escritor Alexis Ravelo se le metió en la cabeza hace unos años reeditar Crimen, de Agustín Espinosa (Puerto de la Cruz, 1897 – Los Realejos, 1939), en una editorial de alcance nacional. Mientras, no dejaba de recopilar información sobre el autor y de releer un título, Crimen, que no se cansaba y no se cansa de recomendar a los demás.

Tres o cuatro años después aquel sueño que tuvo Ravelo se ha hecho realidad. Siruela publica con mimo y buen gusto una nueva edición de Crimen, novela o lo que sea -ni el mismo Alexis Ravelo tiene muy claro qué es salvo que es un gran libro- que Espinosa publicó en 1934 provocando una pequeña conmoción en la pacata sociedad de aquellos años y cierta polémica en la península, cuando algunos ejemplares –muy pocos la verdad– llegaron a manos de otros escritores que no dudaron en elogiarlo como Ramón Gómez de la Serna.

La nueva edición de Crimen que presenta Siruela al cuidado de Alexis Ravelo, un escritor que estaría en las antípodas de Agustín Espinosa aunque están más próximos uno del otro de lo que pudiera pensarse, consta de un prólogo en el que el autor de La estrategia del pequinés además de explicar quién fue Espinosa revela algunas de las claves de un libro que, desde que lo descubrió siendo muy joven, no ha dejado de acompañarlo en su devenir como escritor.

No lo explica en el prólogo pero Alexis Ravelo inició hace unos años su peculiar cruzada para recuperar esta obra. Al principio, se barajó que fuera la editorial Alrevés la encargada de rescatar del olvido el libro aunque el reto lo asume finalmente Siruela. Sea una editorial u otra, el caso es que el tesón de Ravelo ha logrado que esta obra de culto entre una pequeña comunidad de iniciados no necesariamente canarios, esté ahora a disposición de otros públicos además de los insulares, lectores que podrán acercarse a un trabajo literario que para Alexis Ravelo “rechaza cualquier clasificación”. Defiende, además, que Crimen es “la primera novela surrealista publicada en España”.

El prólogo resuelve otras cuestiones sobre Agustín Espinosa, un personaje complejo, con muchos enigmas que funcionan como capas de cebolla que Alexis Ravelo despliega con cuidadoso entusiasmo a medida que perfila el retrato de un escritor insólito, extraño, poeta y prosista destacado de aquel milagroso grupo de intelectuales y artistas canarios que se aglutinó en torno a la revista Gaceta de arte.

En el estudio que plantea Ravelo se indaga más en la vida del escritor tinerfeño que en su obra, así como se repasa con agradecida capacidad de síntesis unos años que fueron tan cruciales para la vida artística como cultural de Tenerife y por extensión en el resto del archipiélago.

El estudio que propone el escritor especializado en literatura negra y criminal es informar a lectores no necesariamente canarios de la importancia que adquirió el movimiento surrealista en las islas y como éste, por razones todavía de dudosa comprensión, apenas se conoce en el resto de España.

Este año se celebra el 80 aniversario del fallecimiento de Agustín Espinosa y en torno a su vida y a su obra se han celebrado algunos homenajes que no han tenido, sin embargo, eco ni repercusión en la sociedad española y canaria, particularmente. Ya se sabe que esta tierra no suele mostrar rasgos de generosidad con algunos de sus mejores hijos lo que agrava la desazón de que aún sea un perfecto desconocido entre los suyos.

Crimen, la obra capital de Espinosa, fue un libro que estuvo a la vanguardia de su tiempo y del nuestro. Se trata de una¿novela? atemporal, que no está sujeta a ninguna regla salvo la de la imaginación. Continúa resultando salvaje e igual de políticamente incorrecta que cuando vio la luz en 1934 con la idea de escandalizar a la sociedad de su tiempo.

Alexis Ravelo sostiene en el prólogo que esa misma provocación apenas ha envejecido con el paso de los años, lo que convierte a Crimen en una ¿novela? sin edad, en uno de esos raros libros que nunca envejecerán porque son eternos.

Detrás se encuentra el sello de un autor contradictorio, que vistió la camisa azul para alimentar a los suyos tras el fracasado golpe militar de julio de 1936 pero que antes se había cultivado viajando por Europa y conociendo en Madrid a algunos de los escritores e intelectuales más reconocidos y señeros de aquel entonces.

Un libro, Crimen, que rompió y que volverá a romperá moldes. Inclasificable, extraño, con viñetas de una turbadora sexualidad y una violencia satánica, el protagonista de esta ¿novela? continúa cargando con la maldición. ¿Qué maldición?, la de ser “el hijastro de la isla. El aislado”.

Saludos, a leer que son dos días, desde este lado del ordenador

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