Un año de literatura en Canarias

Ha pasado ya un año y parece que fue ayer. Literariamente esa es la impresión ya que pese a la crisis se ha seguido publicando en las islas, se celebran festivales asociados a la literatura y las escritoras y escritores nacidos o residentes en Canarias siguen escribiendo y dando su obra a conocer.

Este año ha sido también un año triste. Nada más empezar, falleció el artista y escritor Alfonso Delgado, más tarde el también escritor Antonio Lozano y la directora de la Sociedad Científica del Museo Canario, Angélica Castellano Suárez.

El escultor Martín Chirino nos dijo adiós y el escritor y poeta José Carlos Cataño, quien había publicado este mismo año y en Pre-Textos su Obra poética (1975-2007).

Nos dejaron también los artistas Juan Pedro Ayala y Enrique Cichosz Heuschkel.

Año de elecciones y cambios de gobierno, Juan Márquez estrenó responsabilidad como viceconsejero de Cultura y del Patrimonio Cultural del Gobierno de Canarias así como Rubén Pérez Castellano y María Antonia Perera Betancor estrenaron cargos como directores generales de Cultura y Patrimonio Cultural, respectivamente.

En 2019 se conmemoró el centenario del nacimiento del artista lanzaroteño César Manrique y el 100 aniversario de la muerte del escritor Agustín Espinosa, quien también fue protagonista del Día de las Letras Canarias.

Para rescatar su legado, se publicaron sus obras completas en la editorial Insoladas en una edición a cargo del profesor José Miguel Pérez Corrales. Del mismo autor, Siruela publicó Crimen con un estudio introductorio de Alexis Ravelo e Itineraria Lancelot 28º-7º. Guía Integral de una isla atlántica, con prólogo de Roberto García de Mesa y Pepe Betancort.

Roberto García de Mesa fue el responsable, además, de una edición crítica de Facción española surrealista de Tenerife (Ediciones Idea), de Domingo Pérez Minik y Azulia rescató el discurso que impartió Domingo Pérez Minik en la facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de La Laguna en 1968 con el título de La condición humana del insular, un librito de necesaria lectura no solo para los habitantes de las ínsulas sino también de los continentales, esos que no saben lo que es vivir (a)isla(dos) de verdad.

En recuerdo al mismo grupo en el que formó parte Agustín Espinosa y Pérez Minik, Santa Cruz de Tenerife inauguró una plaza con el nombre del poeta Domingo López Torres en Los Gladiolos gracias a una iniciativa de la concejal de Sí se puede, Yaiza Afonso. La Academia Canaria de la Lengua celebró, por otra parte, su veinte aniversario. Entre otros actos, publicó Palabras nuestras, en el que varios especialistas reflexionan en torno a una palabra canaria y la Dirección General de Patrimonio publicó en cinco tomos las obras canarias del historiador Elías i Serra Rafols.

En cuanto a festivales literarios se celebraron unos cuantos. La Feria del Libro, la segunda edición del Festival Hispanoamericano de Escritores en Los Llanos de Aridane; Periplo, Festival Internacional de Literatura de Viajes y Aventuras, en Puerto de la Cruz y Tenerife Noir en la capital tinerfeña.

Entre los poetas y escritores que recibieron premios literarios este año que termina estuvieron, entre otros, Juan Jesús Hernández López, que resultó ganador del premio de poesía Pedro García Cabrera por Un taxidermista entre jirafas; Coriolano González Montañez, premio Julio Tovar por Mapa de la nieve y mención especial Juan José Alcolea Jiménez por Y el cielo sabe a cal.

Pedro Flores recibió el Flor de Jara de poesía, premio convocado por la Diputación Provincial de Cáceres e Iván Cabrera Cartaya el premio de relato corto Isaac de Vega por Vigilia en Velora. Cabrera Cartaya reunió también en un solo volumen Westhaven Bay & La montaña amarilla (Ediciones La Palma) y Alicia Ramos obtuvo el premio de novela Benito Pérez Armas por El último vándalo (que yo sepa). Otro de los premiados fue el escritor y poeta Benito Romero, ganador del II Premio de Aforismos Isla de Siltolá por Desajustes mientras que Alejandro Coello con la obra de teatro ¿Y qué esperabas? y Daniel Bernal con el poemario Meditaciones del pez austral fueron los ganadores del concurso Nuevas Escrituras Canarias 2019.

Una noticia feliz fue que Ediciones La Palma celebró su 30 aniversario pero triste el anuncio del cierre de la librería La isla y de Canary Books en la calle de Porlier, en la capital tinerfeña. Pero no todo fueron cierres porque en la capital tinerfeña abrió la librería Islátika y en La Laguna Solican.

En cuanto a noticias dramáticas, este año fue el año en el que el Ateneo perdió el techo a causa de un incendio. Incendio que se produjo con Claudio Marrero como presidente de la institución y fue el año de la publicación de un libro fundamental El triángulo de las artes. Barcelona-Madrid-Tenerife, de la investigadora Pilar Carreño.

El profesor, poeta, traductor y ensayista Andrés Sánchez Robayna publicó El gran mar (Galaxia Gutenberg) y una reedición en la editorial Sexto piso de El libro, tras la duna.

Mario Domínguez Parra tradujo El horror de una parodia. Tres discursos sobre Amanecer Dorado (La Moderna), escrito por Savas Mijaí. Por otro lado, Ediciones La Palma publicó 20 escritoras canarias del siglo XX, una antología al cuidado de Yasmina Romero Morales y Alba Sabina Pérez y la escritora y poetisa tinerfeña Elena Villamandos publicó Egipto (Escritura entre las nubes) y Pedro Javier Castañeda García el poemario Ebria luz insepulta (Círculo rojo).

Otras publicaciones fueron Canarias y la atlanticidad, un libro de Juan-Manuel García Ramos publicado por Félix Hormiga el año pasado en el servicio de publicaciones del Cabildo de Lanzarote y en el que se recoge la última versión de este enunciado conceptual: Canarias y la atlanticidad junto a dos textos críticos que firman el catedrático de Lengua Española de la Universidad de La Laguna, Ramón Trujillo Carreño y el que fuera profesor titular de Literatura Española en el mismo centro universitario, Juan José Delgado.

Editado por Los 80 pasan factura, el escritor camuflado en el pseudónimo Cuarto Gato presentó Nuestros 80. Cuando las bandas urbanas morábamos las calles de Santa Cruz mientras que María José Alemán Bastarrica dio a conocer un nuevo poemario Nada de lo que puedo ofrecer me pertenece.

José L. González-Ruano publicó este año un singular libro de viajes: El archipiélago nómada. Un viaje libre y salvaje por las islas Canarias y en el género policíaco con acento canario aparecieron Secuestro en Hong Kong (La oveja negra), de Dulce Xerach Pérez; El desfile de los malditos (Alrevés), la última novela del escritor Antonio Lozano, fallecido este mismo año, y que protagoniza su detective privado José García Gago; La ceguera del cangrejo (Siruela), de Alexis Ravelo, autor del que Alrevés reeditó este año también Solo los muertos y Los tipos duros no leen poesía, correspondientes a la saga de Eladio Monroy mientras que José Correa publicaba en Alba una nueva entrega de la serie que protagoniza Ricardo Blanco, La noche en que se odiaron dos colores y Escena de terraza con suicida en Ediciones La Palma, aunque esta última no tiene nada que ver con lo negro y criminal.

Mariano Gambín reunió una vez más al equipo de sus novelas anteriores en Las cenizas del cielo (Oristán y Gociano) y Javier Hernández Velázquez presentó en M.A.R. Editor Baraka, por la que obtuvo el Premio de Novela Histórica Alejandro Dumas.

Ángel Marrero Delgado volvió a explorar el submundo lovecraftiano en Kaxalum. El secreto de la ciudad maldita (Círculo rojo); Víctor Conde se adentró en Lívidos (Dolmen) en una aventura de terror y Gregorio Duque propuso una aguda reflexión sobre la capital tinerfeña y vivir en islas en Todo bien, publicada en Círculo rojo.

Se presentó El ángulo de la bruma (Diputación A Coruña), por la que Fátima Martín se hizo ex-aqueo con el Premio de Novela Torrente Ballester 2017 y Yauci Fernández apostó por la reflexión irónica en Crónicas de un escritor mindundi (Ediciones Singularidad). Jonathan Allen, en Idea, fue el autor de la novela A los que leen.

Por otro lado, Ignacio Reyes García fue el autor de Canarias en el ideario comunista (1931-1936) (Le Canarien, 2019); Enrique Carrasco de 1519: Profesiones y oficios en tiempos de Magallanes (SoloCanarias) y en el territorio de los cuentos destacó la publicación de Diecisiete relatos sobre la decepción y otros tantos sencillamente decepcionantes (Baile de Sol) de Naira Marco. En la misma editorial aparecieron las novelas La vida en silencio, de Ana García-Ramos del Castillo, La prestamista, de María del Mar Rodríguez y Un verano en Atémpora, de Víctor Marrero.

María Candelaria Pérez Galván presentó en Idea/Aguere Felisa en su mudanza Entre la revolución y la utopía. Los anarquistas españoles ante Cuba y Venezuela (1958-1961).

David Suárez firmó un libro de divulgación, Rosacruces, historia y personajes (Almuzara) y el periodista José Naranjo El río que desafía al desierto (Almuzara). La periodista Irma Cervino recopiló algunas de sus columnas periodísticas en El edificio de la esquina (Idea).

Este año fue un buen año en cuanto a producción literaria para Nicolás Melini ya que además de publicar el ensayo Transcripción. ¿Qué está pasando con el feminismo? Dilema entre el feminismo dogmático y el feminismo predogmático (y otras cuestiones culturales), en la editorial digital ATTK Editores; presentó en Ediciones La Palma Aunque no sea el blanco mi color favorito y en la Editorial Nazarí El estupor de los atlantes.

Otros libros fueron Pedro García Cabrera. Suma crítica de Miguel Martinón y Fulgor romántico y Yermo destello, de José Rivero Vivas. Víctor Álamo regresó con una novela El Pacto de las viudas (Siete islas) y se reeditó del mismo autor Terramores (Idea). Santiago Gil nos contó El Gran amor de Galdós (Ediciones La Palma) y Jorge Fonte presentó la colección de relatos Un día con Milena Velba y más relatos solo para adultos.

En poesía Francisco León publicó Tiempo entero (Poesía reunida) (Idea) y el libro de cuentos Reptil con piel de jade (Ediciones Franz) y Rafael-José Díaz Umbrales donde apenas llega la luz (antología poética, 1991-2018) (El Taller Blanco Ediciones) y el libro de ensayos Al borde del abismo y más allá. Gustave Roud, Anne Perrier, Philippe Jaccottet (Editorial Mercurio).

El oro de Serendip (Editorial La vocal de Lis) fue un volumen de relatos de Teresa Iturriaga Osa y el periodista Benjamín Reyes escribió sobre el Camposanto de San Juan (1814-1983). Historia de la ciudad de La Laguna a través de su primer cementerio. Ediciones Idea/Aguere presentó el Diccionario Vietnamita-Español de Thuy Huong Mguyen Plam y Juan Carlos de Sancho Elogio de lo invisible (Mercurio Editorial, 2019) y Andrés M. de Souza Iglesias Los Nava-Grimón. Referentes de la Ilustración en Canarias. Origen y descendencia (Cultania Libros).

Otras novelas que se publicaron fueron El finlandés errante, de Carmen del Puerto; El águila de San Juan (Ediciones Idea/Aguere), de Francisco Estupiñán; Hijos del tremor (Ediciones Oblicuas), de Tomás Felipe y Kronos (Idea) de Félix Díaz González, estas dos últimas de marcado acento fantástico y de ciencia ficción.

Se presentaron el tomo 4º y 5º de Amaro Pargo. Documentos de una vida con los títulos de El hijo cubano y San Amaro bendito (Idea), que incluye estudios de Daniel García Pulido, Cristina Genovés Obón y Manuel de Paz Sánchez y publicado por el Gobierno de Canarias La casa del tesoro. Documentos sobre Amaro Rodríguez Felipe (1678-1747).

Del cielo al infierno. Miguel Cabral de Noroña. Vida y obra de un eclesiástico filomasón (Idea) fue un libro del historiador Manuel Hernández, quien también publicó Al margen de la Corona. La emigración del clero regular canario a América en la Edad Moderna (Ediciones Idea).

Y publicados entre noviembre y diciembre de 2019 Historia de Mr. Sabas, domador de leones (Pre-Textos), Anelio Rodríguez Concepción y Non corris peorum est, de Jaime Centurión.

El periodista y escritor Juan Cruz presentó En la huerta de pulsera (Diego Pun Ediciones), un libro que incluye ilustraciones de Tamara de Laval y Oliver Arenas Cruz así como el relato César de arena y sal (Le Canarien Ediciones) que está basado en las conversaciones que mantuvo con César Manrique acerca de su niñez y que el artista le “contó a su manera”. Por último, Alberto Vázquez Figueroa regresó con Los bisontes de Altamira y Años de fuego, las dos publicadas en la editorial Colima.

Somos conscientes que se dejan títulos y autores en el tintero pero este repaso quiere pese a todo ilustrar que, literariamente, las cosas van relativamente bien en este archipiélago atlántico.

¿POR QUÉ ESTOS TÍTULOS?

Terramores (Idea), Víctor Álamo de la Rosa.- Porque pese a que este año publicó una novedad, El pacto de las viudas, Terramores sigue siendo una notable novela para conocer las fortalezas y debilidades de la isla de El Hierro tras el estallido de la Guerra Civil.

El águila de San Juan (Ediciones Idea/Aguere), Francisco Estupiñán.- Porque es una entretenida novela de espías que se desarrolla entre Tenerife y Gran Canaria durante la Guerra Civil y la postguerra insistiendo en la importancia estratégica del archipiélago durante la II Guerra Mundial.

La ceguera del cangrejo (Siruela), Alexis Ravelo.- Porque además de oportuna, este año se celebra el centenario del nacimiento de César Manrique, mezcla muy bien una trama detectivesca con la vida y obra del artista lanzaroteño.

Bajo el sol de los muertos (Pre-Textos), Roberto A. Cabrera.- Porque es una novela compleja, asusta su generoso número de páginas, que convence gracias a una absorbente capacidad descriptiva para mostrar el paisaje interior y exterior que rodea al personaje.

Escena de terraza con suicida (Ediciones La Palma), José Luis Correa.- Porque es una novela que sale del ciclo Ricardo Blanco, protagonista de La noche en que se odiaron dos colores, y pone de manifiesto la capacidad de observación del escritor.

El gran amor de Galdós (Ediciones La Palma), Santiago Gil.- Porque el escritor asume el riesgo de contar un episodio poco conocido en la vida de Galdós, su adolescencia en la capital de grancanaria y el encuentro con la prima Sisita.

Felisa en su mudanza (Ediciones Aguere/Idea), María Candelaria Pérez Galván.- Porque se trata de una novela realista en la que sus dos protagonistas se trasladan a Santa Cruz de Tenerife en busca de una vida mejor.

La vida en silencio (Baile del sol), Ana García-Ramos del Castillo.- Porque la autora se mueve muy bien en la novela de época, recuperando la memoria familiar para hacer literatura con ella.

Historia de Mr. Sabas, domador de leones y admirable familia del circo Toti (Pre-Textos), Anelio Rodríguez Concepción.- porque se trata de un libro intenso y conmovedor en el que el autor propone una novelada no ficción sobre un hecho que dejó huella en La Palma de 1935 y que deja huella también en el lector.

Baraka (M.A.R. Editor), Javier Hernández.- Porque es una novela con riesgo, una apuesta que se aparta del sendero literario del autor. Ambientada en la guerra de Marruecos, se trata del título más místico en la producción de este escritor tinerfeño.

El estupor de los atlantes (Editorial Nazarí), Nicolás Melini.- Porque se trata de una novela compleja, que necesita de varias relecturas para exprimir todo el jugo posible a un libro que apenas llega al centenar de páginas.

Las cenizas del cielo (Oristán y Gociano), Mariano Gambín.- Porque el escritor no engaña y propone en esta novela misterios aderezados con algún momento fantástico, entretiene.



Nuestros 80’s. Cuando las bandas urbanas morábamos las calles de Santa Cruz
(Los ochenta pasan factura), El cuarto gato.- Porque se trata de un libro que recoge varias historias, casi novelas cortas, sobre una capital de provincias que también tuvo su movida y tribus urbanas. Muy interesante, sobre todo para los que vivieron aquellos años.



Todo bien
(Círculo rojo), Gregorio Duque.- Porque se trata de un ácido y feroz retrato de Santa Cruz de Tenerife- Humor del que quema y hace pensar.

El desfile de los malditos (Alrevés), Antonio Lozano.- Porque recupera a un personaje, José García Gago, que ah hecho historia en la novela negra española.

Diecisiete relatos sobre la decepción (Baile del sol), Naira Marco.- Porque se trata de una arrolladora recopilación de historias que no deja indiferente.

El archipiélago nómada. Un viaje libre y salvaje por las islas Canarias (Azulia), José L. González-Ruano.- Porque revela una Canarias que muchos desconocen pero que conserva su exótica belleza.

Saludos, hermanas y hermanos, desde este lado del ordenador

6 Responses to “Un año de literatura en Canarias”

  1. MJ.Alvarado Says:

    Gracias, Eduardo, por tu repaso siempre amplio e ilustrativo de la literatura publicada el último año.
    Ya se sabe que no todo se puede incluir, pero me gustaría hacer alusión a los tres libros de poesía de la Editorial Puentepalo: Mapa de la nieve, de Coriolano González Montañez (cuyo premiol Julio Tovar-2018 has nombrado), así como Retratos de Teca, de Noel Olivares, y Habitación 241 de María Jesús Alvarado.
    Abrazos desde este lado y feliz 2020, ojalá cargado de buena literatura.

  2. Pablo Martín Carbajal Says:

    Gracias, Eduardo, por tu estupenda recopilación literaria del año en Canarias. Qué bien que estés ahí. Abrazos.

  3. admin Says:

    Gracias por tus generosas palabras, amigo. Abrazos grandes

  4. José S. Gómez Soliño Says:

    Valioso informe. Gracias a Pablo MC por hacérmelo llegar, y gracias a ti, Eduardo, por tu estupenda labor. Sigue, porfa.

  5. admin Says:

    Lo intentaremos. Gracias

  6. Josué Says:

    Me gustaría incluir la novela de David Galloway, “Entre cuevas”; una obra arriesgada, con sus aciertos y errores, muy poco habitual en la literatura hecha en Canarias.

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