NOS4A2: Navidades de pesadilla

Me da en la nariz que Joe Hill, pseudónimo de Joseph Hillstrom King, se mueve mejor en los territorios de la novela corta y el cuento que en las historias generosas en páginas. No es algo nuevo, y mucho menos en la tradición literaria estadounidense, donde el relato y los maestros del relato ocupan un espacio respetable.

Tras leer novelas prolijas en páginas como El traje del muerto, Cuernos, Fuego y ahora NOS4A2 (Nocturna Ediciones, 2019) reitero la afirmación: el señor Hill se maneja mejor en las historias cortas que en las largas. Llama más la atención como cuentista que como novelista, al contrario de su padre, el también escritor Stephen King, que domina ambos géneros aunque si Joe Hill continúa sus incursiones en la literatura fantástica y de terror quizá llegue a la altura de su progenitor si insiste en la novela, género que no termina todavía de dominar.

En contra de lo que pudiera parecer, NOS4A2 no se trata de una nueva novela del escritor y sí de una reedición que aprovecha el estreno de una miniserie de televisión inspirada en la misma. En 2013 la editorial Suma la publicó por primera vez en España, toma ahora el relevo Nocturna Ediciones, que mantiene la misma traducción, trabajo que recae en Laura Vidal Sanz, y las atractivas ilustraciones que acompañan las casi ochocientas páginas del volumen. Un libro que intenta armar un universo propio, con señas de identidad Joe Hill, un mundo en el que todo puede pasar y que, probablemente, el autor repita en nuevos cuentos y novelas ya que le sirve para justificar lo injustificable.

Un aviso, no obstante, para los lectores fieles del género fantástico y terrorífico, y es que NOS4A2 (que en inglés se lee como Nosferatu) no tiene demasiado de relato de vampiros aunque algo de ello hay, y sí de alegato contra la Navidad y cierta influencia, tamizada si quieren pero influencia, del Pinocho de Walt Disney y aquella Tierra de los juegos donde los niños descarriados se convierten en burros. En la novela de Hill, los niños “perdidos” porque son niños perdidos, de los que no se ha vuelto a saber nada más, terminan en Christmasland, un territorio donde siempre es Navidad. Una Navidad, eso sí, radicalmente distinta a la que conocemos.

Los personajes protagonistas de la historia resultan a la larga lo más interesante ya que no suelen ser los prototipos que inundan este tipo de relatos. La protagonista principal es Victoria McQueen, una mujer que no ha tenido una vida fácil y a quien Charlie Manx, una especie de hombre del saco, secuestra a su hijo que se llaman como el álter ego de Batman, Bruce Wayne. De secundario actúa el compañero sentimental de McQueen, un motorista obeso y amante de la cerveza y el padre de la protagonista. En el lado de los villanos, porque toda novela de terror tiene buenos y malos, se encuentra Manx y una especie de sirviente que actúa como el Rendfield del Drácula de Bram Stoker. Al margen de los personaje humanos,si hay otro gran protagonista en este relato es el automóvil que conduce Manx entre el mundo real y el que imagina y en donde tiene a los niños que ha secuestrado con anterioridad. Este automóvil es un Rolls-Royce Wraith con la matrícula NOS4A2, y es el medio que tiene para cruzar ambos mundos mientras que Victoria McQueen lo hace a través de un puente cubierto.

La novela hubiera quedado mucho mejor si Joe Hill hubiera recortado su desproporcionado número de páginas aunque nadie puede negar que el escritor tiene talento para enganchar la atención gracias a su talento de cómo lo cuenta. De todas formas, creo que la primera mitad es la mejor de la novela porque la demora en explicar qué diablos es Manx, da al relato una capa muy atractiva de que algo no va demasiado bien. Esta capacidad para generar inquietud se multiplica en los pasajes que el escritor dedica a la infancia de Victoria, a la que no le ha ido demasiado bien en la vida pese a su capacidad para encontrar cosas perdidas. Que el personaje protagonista sea una mujer con una vida tan problemática le da carácter. En este aspecto, resulta interesante lo bien que trabaja Joe Hill los personajes femeninos, la preocupación que pone en cada uno de ellos para que resulten creíbles. No es tan atento con los masculinos.

En la segunda mitad de la novela, aparecen nuevos actores. Uno de ellos es una aliada de Victoria, una yonqui lesbiana que obtiene información del mundo llamémoslo irreal de Manx a través de las piezas del juego Scrable, y una agente del FBI que responde al nombre de Tabitha, nombre que como saben todos los aficionados a Stephen King, es el de su esposa y madre de Hill.

La novela contiene otros guiños para lectores iniciados en su mundo literario, que ya cuenta con varios libros, aunque como se dijo al principio, el escritor se mueve mucho mejor en los terrenos de la novela y el relato corto que en la de mayor extensión. En este aspecto, y si tuviera que recomendar algún libro de Hill para adentrarse en su universo literario invitaría a que comenzasen con Tiempo extraño, que recoge cuatro novelas cortas y no NOS4A2, pero para gustos están los colores.

Saludos, fe, fe y fe, desde este lado del ordenador

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