Una novela y unos recuerdos sobre la Guerra Civil española de Wenceslao Fernández Flórez

Fue un escritor y columnista muy conocido en su tiempo y varias de sus novelas aguantan muy bien el paso de los años como El malvado Carabel y El bosque animado, de las que se han hecho sendas películas que multiplicaron su éxito. Hoy, por esos vaivenes que dan los años, apenas es reconocido por un puñado de entusiastas que, como el que ahora les escribe, acude de tanto en tanto a sus libros para sonreír ante la adversidad que marca el paso de una época inestable y rencorosa bajo la sombra de una espada de Dámocles que pende sobre nuestras cabezas: llámalo como la enfermedad que lo cambió y nos cambió a todos.

Lo que quizá no sepan muchos de los lectores que aún le quedan a Wenceslao Fernández Flórez es que el escritor y columnista cuenta con tres libros, dos de ellos novelas y un tercero de recuerdos, sobre la Guerra Civil española, un conflicto terrible, que dividió y sigue dividiendo a las Españas, escritas por un hombre que siempre fue de derechas. No le rinde buenas palabras Andrés Trapiello en su monumental Las armas y las letras, y aún admitiendo que no le falta razón por sus críticas, estos libros sí que merecen vindicarlos por su aroma de rareza, de obras que no habían vuelto a reeditarse desde que lo hicieron a finales de los años 30 del pasado siglo XX.

Los libros han sido reeditados por Ediciones 98, una editorial que basa su política en rescatar títulos que han quedado sepultados por el peso de los años pero en los que late muy buena literatura o muestran el lado tenebroso en la producción literaria de algunos de nuestros mejores escritores. En el caso de Wensceslao Fernández Flórez anuncian, al margen de sus libros sobre la Guerra Civil, Tragedias de la vida vulgar, un conjunto de relatos que se apartan radicalmente de la literatura humorística del autor, quien recopila en este volumen una serie de piezas que tampoco habían vuelto a ser reeditadas desde sus publicación.

Las dos novelas y las memorias que Fernández Flórez escribió sobre “nuestra” Guerra Civil llevan por título Una isla en el mar rojo y La novela número 13, esta última la editorial reeditará próximamente.

Las memorias llevan por título El terror rojo porque tanto en la ficción basada en hechos reales como los recuerdos que explota de sus vivencias reales, el rojo es un color predominante no solo porque identifica a la sangre sino a cómo se conocía desde el bando rebelde, el de los militares golpistas, el de las derechas a sus contrincantes con independencia de que estos fueran demócratas y republicanos, liberales y libertarios… De hecho, al llamar rojo al enemigo, los nacionales metían en el mismo saco a fuerzas tan antagónicas entonces como ahora aunque el adjetivo se refiriera originariamente a los comunistas y a la gente de izquierda radical, mayoritariamente.

Una isla en el mar rojo se puede leer como un relato que no sabe mantener el fuelle a lo largo de todas sus páginas. Nos descubre además a un autor profundamente resentido que mira con ira la “revolución asesina” de lo que él considera chusma. Gente sin letras, basta y grosera que actúa contra el señorito más por reproche de clase que por ideología.

Se justifica la saña con la que está escrita porque se publicó en Lisboa, Portugal, en 1938, capital donde fue a parar Wenceslao Fernández Flórez cuando logró escapar del “Madrid rojo”, así que muchas de las escenas que en ella describe –muy interesantes la convivencia en la embajada donde han buscado refugio gente de orden que huye de la detención y el posterior paseo de los milicianos– saben a verdad porque fueron escritas prácticamente en caliente.

Resulta también interesante el retrato retorcido y bastante monstruoso que ofrece de aquel Madrid asediado, el del no pasarán, y el hastío que le produce que antiguos compañeros de oficio periodístico como escritores que han permanecido leales al gobierno republicano le hayan señalado a él como enemigo al que hacer desaparecer en una España que siendo la misma ya no volvería a ser la de antes. De delaciones y sentencias de muerte reflexiona con amargura un hombre que si alguna vez tuvo un arma entre las manos fue la de la pluma y nunca la pistola.

Ejecutarlo por lo que piensa y lo que ha escrito es la razón por la que los “rojos” buscan al abogado en la novela y al escritor en las memorias mientras la capital de España se sume en las tinieblas que solo rompe para los confinados en las embajadas las escuchas que, desde Canarias, emite Radio Club Tenerife.

Una isla en el mar rojo y El terror rojo resultan dos libros que se retroalimentan, que se dan vida uno y otro. Si se ha leído la novela antes se tiene la sensación de que Fernández Flórez describe situaciones similares en sus recuerdos, por lo que se produce un trasvase y la sensación de que lo que cuenta en una y otra es verdad. O al menos su verdad, lo que observó aquellos días que no logró desde entonces borrar de su memoria.

No tiene de todas formas Una isla en el mar rojo, la novela, la historia que se basa en hechos reales, la intensidad y sobre todo la facilidad de contagiar el miedo al lector por el acoso al que es sometido el protagonista. Sensaciones que sí consiguió transmitirme Agustín de Foxá con Madrid de Corte a cheka, un fresco realista de la caótica situación que se vivía dentro la capital de España aquellos días en los que cualquier hombre decente estuviera o no del lado de la II República corría peligro porque el orden, tal y como lo conocemos, se había fragmentado. Así lo cuenta también Max Aub desde una perspectiva de izquierda moderada en algunas de las obras que componen su admirable fresco El laberinto español.

Si hay algo que coincide en estos libros donde lo real se confunde con lo irreal es la descripción del miedo. Un miedo físico como espiritual ante el nuevo y caótico mundo que dominó aquel Madrid de la Guerra. En el caso de Wenceslado Fernández Flórez visto con los ojos de un perseguido cuyo mayor delito fue, precisamente, pensar lo que pensaba.

Saludos, en bisca y captura de…, desde este lado del ordenador

2 Responses to “Una novela y unos recuerdos sobre la Guerra Civil española de Wenceslao Fernández Flórez”

  1. José María Lizundia Says:

    Para ampliar el recorrido recomendarte vivamente Diplomático en el Madrid Rojo de Feliz Schlayer de Espuela de plata. Escrita hace 70 años en alemán por fin ha salido en español´Saludos

  2. admin Says:

    Mil gracias por el anuncio, estaremos al tanto!!!

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