El latido de Al-Magreb, una novela de Pablo Martín Carbajal

“Canarias siempre fue saharaui, el Sahara era una extensión de las islas”.

El latido de Al-Magreb, Pablo Martín Carbajal, (M.A.R. Editor, 2022)

Hay dos novelas de Pablo Martín Carbajal por las que siento especial debilidad: La ciudad de las miradas y La felicidad amarga. Se tratan de dos libros aparentemente diferentes pero unidos por un nexo que los hace común: su intimismo. En sus otras obras, Tú eres azul cobalto y las dos primeras que ha publicado de lo que espera que sea una trilogía africana (Tal vez Dakar y ahora El latido de Al-Magreb), el intimismo está también presente solo que oculto por un relato que, en estos dos últimos casos, sobrepasa la historia que cuenta. Una historia, la que narra en El latido de Al-Magreb, en la que uno de los personajes de Tal vez Dakar repite como protagonista.

La novela propone un minucioso recorrido por el pasado de Marruecos y Mauritania, también de ese territorio olvidado por casi todos que el Sahara, geografía que ocupa varios interesantes capítulos de un libro en el que se mezcla también misticismo y se aboga por una alianza no sé yo si de civilizaciones pero sí que de religiones, en concreto las tres monoteístas que han marcado el devenir de occidente y gran parte de oriente y que no terminan de convivir unas con otras como se desearía: la cristiana, la judía y la musulmana.

La novela de Pablo Martín Carbajal repasa también otras cuestiones de actualidad que sacuden esta parte del planeta, como es el terrorismo y aproxima –ese es a mi juicio el mayor logro de este libro– a la realidad social y política de estos dos países norteafricanos. El libro trata también sobre el combate de los saharauis por tener su propio territorio y el debate de si es conveniente o no el protagonismo de Dios, de la fe, de la religión, en la administración de estas naciones.

En este aspecto, El latido de Al.Magreb quiere hacer honor a su nombre, es decir, que la lectura del texto explica porque aparece la palabra latido en el título de una novela que comienza siendo casi una de aventuras para irse transformando a medida que se avanza en su lectura en, efectivamente, una novela de aventuras solo que de aventura personal, de proceso de transformación, de reflejar los cambios que van sufriendo sus protagonistas, dos hermanos, Álvaro y Cárol, cuando el primero en Marruecos y la segunda en Mauritania comienzan a dejar atrás todos los prejuicios occidentales con los que aterrizaron en un mundo que, pese a sus notables diferencias con el europeo, cuenta con puntos de contacto que solo hay que ir desbrozando. Y eso es lo que hacen Álvaro y Cárol, personajes que están muy bien modelados y que por estarlo, explican el futuro que les espera y que no vamos a revelar.

El latido de Al-Magreb comienza con la investigación de una puerta que aparece en una mezquita de Qaraouiyine cerrada con un candado que tiene cuatro cerraduras. La búsqueda de las llaves llevarán a Álvaro, en compañía de un amigo musulmán y otro judío, a encontrarlas mientras recorren la geografía marroquí y, de paso, conoce el pasado de un país que están tan cerca y sin embargo tan lejos de España. Paralelamente, su hermana Cárol vivirá un proceso parecido en Mauritania, aunque ella no va en busca de esas llaves sino con el objetivo de cerrar un negocio millonario con el gobierno de ese país.

Por lo que se observa, por un lado se buscan llaves pare abrir una puerta y por otro cerrar, metafóricamente, un negocio en una tierra donde verdad y fantasía se mezclan. El escritor aprovecha además para narrar el origen y la lucha que los nacionalistas marroquíes y mauritanos iniciaron para sacudirse de encima el yugo colonial y uno, como lector, se adentra en un combate que, como todo combate que se precie, está trufado de amigos y enemigos. Héroes y cobardes..
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La novela está sólidamente documentada y el autor ha procurado en todo momento que lo que se cuenta esté pegado a unos hechos que son contrastables.

Cuando repasa la historia reciente de estos dos países y reflexiona sobre el presente del Sahara se aprecia que estamos ante un libro que no ha dejado nada al azar y se percibe que es tanto el respeto que tiene el autor por el Islam que hace que como lector occidental mi mirada sobre mis vecinos continentales cambie, se haya convertido en otra cosa.

Pablo Martín Carbajal recoge y resume todos los grandes momentos que han marcado el devenir de estas dos naciones y escribe con contundente claridad el papel de España ante un territorio, como el saharaui, al que dejó solo ante Marruecos y Mauritania, que lo devoraron mientras el resto del mundo miraba hacia otro lado.

El latido de Al.Magreb toma el pulso también a las relaciones entre Canarias con Marruecos y Mauritania. Una relación que no es nueva sino que viene de atrás, muy atrás en el tiempo, cuando en el siglo XV se elevó una factoría denominada Santa Cruz de la Mar Pequeña próxima a Tarfaya y a finales del XIX se creó la compañía canaria de pesca en Dajla, entre otras aproximaciones entre las islas y esta parte del continente africano.

Se trata así la novela de un valioso documento que propone una profunda reflexión sobre lo que nos une a nosotros y a ellos como pueblos.

El objetivo es acercar, no poner distancias, entre vecinos geográficos que están condenados a entenderse. Su mensaje final, tremendamente humanista, es una apuesta por la paz y la reconciliación entre hombres y mujeres que pese a las diferencia de credo religioso y otras cuestiones sociales, culturales y políticas, no dejan de ser hermanos que una vez dejaron de serlo por razones que ahora cuesta mucho entender. Pablo Martín Carbajal ha tenido la generosidad de explicar esta ruptura con palabras sencillas y un sentido de la síntesis muy periodístico. Y logra, como hizo con Tal vez Dakar, el objetivo. Lástima que este acercamiento solo quede impreso en las páginas de la novela y no en la cruda realidad, esa que pasa todos los días.

Saludos, se dijo, desde este lado del ordenador

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