La esperanza nos mantiene

Es momento, finalizado ya el año y recién iniciado el 2023, de repasar lo que literariamente dio de sí el 2022 que, pese a tormentas y el poco entusiasmo en el ejercicio de políticas culturales desde la administraciones públicas, sigue dando guerra pese a que el futuro se muestre cada vez más incierto. El caso es que tras repasar un año que no ha sido demasiado pródigo comenzaremos este chequeo con un emocionado recuerdo al poeta y editor Carlos Gaviño de Franchy, que nos dejó hace apenas unos pocos días, el 23 de diciembre, y artistas como Jane Millares Sall, las cantantes María Mérida y Yuya Reyes y el consejero técnico del Museo del Prado y doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid, Matías Díaz Padrón. También nos dejó el doctor en Medicina y Cirugía por la Universidad de La Laguna y escritor Francisco Toledo, autor, entre otros libros, de Historia de la Real Academia de Medicina de Santa Cruz de Tenerife.

En cuanto al panorama político cultural resaltó la crítica que aguijoneó al viceconsejero de Cultura del Gobierno de Canarias, Juan Márquez Fandiño, y su equipo al ceder la responsabilidad de las artes escénicas a una empresa dedicada a estos menesteres y el escándalo de un proyectado Museo Rodin en la capital tinerfeña que provocó un insólito, por raro, debate entre los que pertenecen al mundo de la cultura y los que no en torno a unas instalaciones millonarias que no terminan por convencer a la ciudadanía. El 2022 fue también el año del “ni está ni se le espera” en cuanto a materias culturales se refiere del Cabildo de Tenerife, muy apagado en este sentido, como si obviase su papel de motor de la isla y en el Ayuntamiento santacrucero se anunció el nombramiento de Francisco Clavijo Rodríguez como director general de Cultura y Patrimonio, probablemente el hombre que dirigirá la desarticulación del Organismo Autónomo de Cultura para integrarlo al departamento que, en la actualidad, dirige Gladys de Lerón.

En cuanto al Día de las Letras Canarias, que se celebra en recuerdo del fallecimiento de José de Viera y Clavijo, el 21 de febrero de 1813, estuvo dedicado a la escritora y periodista Dolores Campos Herrero mientras que Elsa López recibió el Premio Canarias de Literatura.

La Feria del Libro se celebró sin demasiado entusiasmo en Santa Cruz de Tenerife, quizá porque tras coger el testigo la ciudad de La Laguna y transformarse en Feria del Libro de Tenerife, la cita desde el 2021 es ya más de La Laguna que de la capital tinerfeña, ciudad esta última bastante descolocada en cuanto a políticas culturales se refiere en los últimos años. Y eso que tiene otras ciudades con las que aprender cómo se hacen las cosas en esta materia, como el Puerto de la Cruz, que acogió en agosto la presentación de un libro que recoge las estrategias para el desarrollo de la cultura en la ciudad. El trabajo lleva el título de Bases para un Ecosistema Cultural y Creativo de Puerto de la Cruz.

Por otro lado, el Pleno de la Real Academia Española (RAE) eligió en su sesión del 17 de febrero de 2022 a la filóloga Dolores Corbella (Santa Cruz de Tenerife, 1959) para ocupar la silla d, vacante desde el fallecimiento académico Francisco Rodríguez Adrados el 21 de julio de 2020.

Una de las noticias tristes del año fue el cierre de la librería El libro en blanco aunque en contrapartida asistimos a la apertura de Re-Reader y La Casa del Libro en Santa Cruz de Tenerife y Las Palmas de Gran Canaria, respectivamente.

Se presentó la página web Ojeart, una mirada a cinco décadas de cultura en Canarias, 1970-2020, una iniciativa del Círculo de Bellas Artes de Tenerife bajo la coordinación de Pablo Martín Carbajal y en materia de solidaridad, un total de once escritores participaron en el encuentro La Palma en el Ateneo, escritores por La Palma, que se celebró el 21 de mayo en Madrid, y en el que participaron Anelio Rodríguez Concepción, David Toscana, Esther Bendahan y Valeria Correa Fiz, entre otros.

En el apartado de premios Víctor Conde y Guillem Sánchez obtuvieron el Minotauro por la novela Horizontes de estrellas y José Zoilo el XXIII Premio Ciudad de Cartagena de novela histórica por Lordemano y el reconocimiento del Festival de Novela Histórica Ciudad de Tacoronte mientras los galardones literarios que concede la Fundación CajaCanarias recayeron en Antonio Martín, que recibió el Premio de Novela Benito Pérez Armas por Don Jeremías cuenta hasta cien; Pedro M. García, el de Relato Corto Isaac de Vega por Donde soplan los alisios y Nieves Delgado el Premio de Poesía Pedro García Cabrera por Ironía Naturae. Por otro lado, Carmen Pedrero obuto el XIII Premio bienal de poesía joven Emilio Alfaro Hardisson.

Pero si hubo un escritor canario que acaparó en varias certámenes premios fue el poeta Pedro Flores al obtener el 25º Premio Internacional de Poesía Generación del 27 por su obra Los gorriones contrarrevolucionarios (y otros poemas); el VI Premio Internacional Jorge Manrique por Los poetas feroces cuentan lobos para dormir y un accésit en la 41º edición de los Premios del Tren Antonio Machado de Poesía y Cuento por Un hombre que conoció a un hombre que conoció a un hombre que conoció a Paula Sinos.

Respecto a festivales literarios, que todavía son muy escasos si se los compara con los cinematográficos, Puerto de la Cruz acogió por todo lo alto la décima edición del Festival Internacional de Literatura de Aventuras y Viajes, Periplo; Los Llanos de Aridane el IV Festival Hispanoamericano de Escritores y Aridane Criminal II. En la capital tinerfeña se desarrolló la séptima edición de Tenerife Noir, que rindió un caluroso homenaje al detective privado Pepe Carvalho con motivo de su 50 aniversario y el II Festival de Novela Histórica Ciudad de Tacoronte, entre otros.

LIBROS
En cuanto a libros publicados en Canarias o escritos por canarios y publicados fuera de las islas no están todos los que se presentaron este año en este artículo pero sí una surtida selección de títulos de los que tuvimos noticia nada más empezar el 2022, que parece que fue ayer.
Que tengamos constancia, se publicaron las memorias de los periodistas y escritores Fernando Delgado y Andrés Chaves con los títulos de De la radio a las letras (Memorias de infancia y juventud), que editó Nectarina Editorial, y Memorias ligeras (Gaveta Ediciones), respectivamente. Fernando Delgado publicó también novela: Todos al infierno (Planeta).

En la editorial Torremozas se publicó Cartas, de Natalia Sosa y en literatura de testimonio Víctimas de la dictadura franquista (Escritura entre las nubes), que coordinó Ángel Nazco García.

Otros libros fueron Mil doscientos pasos (Alfaguara), de Juan Cruz y Cumbre Vieja (Kolima), de Alberto Vázquez Figueroa. Andrés Sánchez Robayna publicó en Galaxia Gutemberg-Círculo de Lectores el ensayo Borrador de la vela y la llama.

El Gobierno de Canarias presentó bajo el cuidado del catedrático de Historia de América de la Universidad de La Laguna, Manuel de Paz, Sor milagros o secretos de Cuba, de Aurelio Pérez Zamora, nuevo número y muy recomendable libro de la Biblioteca Atlántica y en las colecciones Agustín Espinosa y Nuevas Escrituras Canarias Reparación del horizonte y Orilla es-con-di-te, de Víctor Álamo de la Rosa y Pedro M. García.

El Gobierno de Canarias publicó también el Libro de Estilo del Gobierno de Canarias, una guía de consulta sobre el buen uso del español dirigida a todos los miembros de la Administración regional que fue escrito por Ramón Alemán, autor también de Un idioma sin manchas (DeBolsillo). Pedro Mari Sánchez y Ana Martín-Coello firmaron La palabra mágica. Un método para adquirir elocuencia y aprender a contar y a contarte (Gaveta Ediciones).

En el género de la novela histórica se publicaron dos libros escritos por autores de las islas que resultaron finalistas al premio Nadal 2022, El teatro en medio del océano (Destino) de Francisco Juan Quevedo, y en la edición de 2021, La llave del espejo (Versal) Pilar Torres. Novela histórica es la que propone también Fátima Martín con El ruido de las preguntas (Nectarina) y Ana García-Ramos del Castillo en Sueños rotos en la baja verde (Baile del sol) y Laura Mas en Olimpia (Espasa). Y novela histórica fueron también Idir el canario, un supuesto libro de recuerdos escritos por un aborigen de la isla de Gran Canaria, de J.C. Domínguez, y Mitos atlánticos, relatos donde se mezcla la historia con la leyenda de Ulises Martín Hernández, ambos publicadas en Baile del sol.

La Guerra Civil en la isla de El Hierro se desarrolla en El hijo del apotalado (Milenio), de Jorge Fonte, y el norte de África en El latido de Al-Magreb (M.A.R. Editor), de Pablo Martín Carbajal y Aquellos días del Sáhara (Ediciones del Azar), de Pascual Ortuño.

Juan Ignacio Royo Iranzo nos ofreció su personal relato de la batalla por Santa Cruz de Tenerife en julio de 1797 en La gesta (Aguere/Idea) y Balbina Rivero en Hermana Lega, narra las desventuras a finales del XVII e inicios del XVIII de una joven a la que le ha ido muy mal en la vida. Por último, Delmedio Ediciones y Atlántida Distribuciones se unieron para reeditar Búscame donde nacen los dragos, una novela de Emma Lira.

En el apartado policíaco Alexis Ravelo publicó Los nombres prestados (Siruela), por la que recibió el Premio de Novela Café Gijón 2021 y del mismo autor la reedición de Los días de mercurio (Alrevés). Otros libros adscritos al género fueron El jardín secreto (Siete Islas), de Miguel Aguerralde y Muerte en la Bienal de Venecia (La oveja negra), de Dulce Xerach Pérez, que firma la cuarta entrega que protagoniza María Anchieta. José Luis Correa, por otro lado, publicaba la novela número doce protagonizada por Ricardo Blanco, Para morir en la orilla (Alba Editorial) y Julieta Martín Fuentes Tormenta García (Mercurio). Por otro lado, Ismael Lozano Latorre daba a conocer Odio (Editorial Siete Islas) que llegaba a las librerías con La chica de las estrellas de Luis Castañeda y La chica que escribía cartas (M.A.R.) de Pascal Buniet. Gladys Cruz Sureda presentó en Kinnamon El barro entre los dedos.

Regresó a la novela de suspense Mariano Gambín con La torre encantada (Oristán) mientras sigue su estela Bibiana Reyes en Bajo el convento (Romeo Ediciones). Se supo que Javier Hernández Velázquez dejaba (momentáneamente) la novela negra para incursionar en la de ciencia ficción con Akasha (M.A.R.) y Víctor Conde, nuestro escritor más ci-fi, publicó El filo del ocaso (Apache). Por último, Félix Ríos y Román Morales fueron los autores de un extenso estudio que con el título de La matanza de los Alexander. El crimen del siglo, arrojó luz en torno a un asesinato que conmocionó a la sociedad tinerfeña en diciembre de 1970.

Literatura sin estar atada a género alguno fue la que leímos en Cinco mil años (Nectarina), de Ernesto Delgado Baudet; El IV Mandamiento (Ediciones Mixturadas), de Damián Marrero Real; Secuestros literarios (Editorial Siete islas), de Santiago Gil; Mentira robada, de Juan Ruiz Correa; Duérmete, cuerpo mordido (Mercurio), de Rafael-José Díaz, quien dio a conocer también en prosa títulos como Luz que se escapa (Ril Editores); Y le sopla en los ojos para que vuelva a mirar (Altazor). Rafael-José Díaz fue el responsable además del libreto de la ópera Surcos calcinados, de Samuel Aguilar que fue estrenada en noviembre del año pasado en Lanzarote con motivo del centenario del nacimiento del escritor José Saramago. Otras novelas fueron Archipiélago (Vegueta) que firma la escritora de nacionalidad alemana Inger-Maria Malkhe y en ediciones Aguere/Idea Claudio Colina Pontes por los cuentos que incluye en Manieristas y en esta misma editorial 99 variaciones en torno a la barra (Aguere/Idea), microrrelatos de Virginia González Dorta y Puntadas con hilo (Baile del sol), que firma Ángeles Jurado.

En el apartado juvenil, Violeta Volcán y el tesoro (Anaya) de William Winter; Autofagia (Ediciones La Palma), de Celia Lorenzo Ramos y De los nacidos entre dos estaciones, un libro de fantasía autoeditado por Patricia de Pablos, autora, y Ángeles Herrera, ilustradora.

Otros libros que leímos en 2022 fueron Cazadores de beatniks y Listilla, publicados en Escalera y de Daniel Ortiz y Talía d. Lucas, respectivamente. Supersaurio (Blackie Books) de Meryem El Mehdati; Soltando lastre y Contradicción, literatura de viajes de Carlos F. Centurión Martín y Doble cristal (Diego Pun), una ¿novela? de Nicolás Dorta. Mercurio presentó Angostura, cuentos de Domingo Luis Hernández así como Lugar, de Víctor Ruiz y Baile del sol Parada de fantasmas, relatos de Rafael Alonso Solís. Juan José Mendoza probó también con el relato en Garañón (Mercurio) y cuentos son también los que recogen los libros Cuentos canarios (Ediciones remotas), de Benito Pérez Armas; Cuadernos del subtrópico (Ediciones El Drago), de Marcos Dosantos; María Ruiz Ferrer en La maldición de los ojos redondos (Baile del sol); Mª Candelaria Pérez Galván con Pieles sensibles (Aguere/Idea); Sergio Barreto en La diosa de los eunucos (Baile del sol); Bruno Mesa en Literatura fantasma (Ediciones La Palma); Límites (Aguere/Idea), de Marcos Cova y El mundo de Adelina, de Eulalia Teresa Rodríguez (ACTE).

Se publicaron también las novelas Icaria (Diego Pun) y Fábulas para ególatras (Aguere/Idea) ambos de Cecilia Domínguez Luis; No regreses si no vuelves rico (Idea), de Sinesio Domínguez Suria; Canela en rama (Autografía), de Magüi Leonardo; La culpa transparente (Verbum), de Gerardo Pérez Sánchez; Santa Ludmila de los Desamparados (Aguere/Idea), de Sergio Rodríguez Pinto; Ferretería de Cabras (Bailes del sol), de Jaime Padrón Castañeda y De Bilbao a Bilbao, cuarenta años después (Editorial Alhulia), de José María Lizundia,

Ernesto Rodríguez Abad fue autor de un libro para jóvenes, Tu sombra en la puerta (Nectarina), Pedro Ruiz García de La venganza de Gaia (Siete Islas), Premio Literatura Infantil de la editorial 2022 e Isabel Medina de la novela El secreto de Sofía (Nectarina) .

En cuanto a libros de historia y ensayo generales, pudimos leer Masones en Italia (Ediciones Idea), de Fulvio Conti; La penúltima lectora (Mercurio), de Elisa Rodríguez Court; A punto de palabras (Mercurio), de Sabas Martín; Soltadas dos (Mercurio), de Victoriano Santana Sanjurjo, En el nombre de Canarias (TEA), de Roberto Hernández; el libro colectivo Un barrio, tres nombres (Salvemos la Historia), que trata de los santacruceros barrios de Los Llanos, El Cabo y Las cuatro torres; Iluminación de exposiciones. De la práctica a la teoría (Interventa Red), de Miguel A. Rodríguez Lorite y Las fortalezas secreta de los silenciados. La resistencia de los aborígenes canarios, un libro colectivo que incluye una novela de Cirilo Leal. En la Biblioteca Sebastián Padrón Acosta (BSPA) se dio a conocer sus dos nuevos volúmenes, Miscelánea artística y Miscelánea histórica, que rescatan textos del escritor Sebastián Padrón Acosta (1900-1953).

Por otro lado y en Le Canarien se publicó Miguel Campos Delgado. Héroe y mito de la Nueve, un pormenorizado estudio sobre este luchador que firman Carmen Góngora Expert, Fabián Hernández Romero, Aarón León Álvarez y Octavio Rodríguez Delgado y 1496. De Aguere a San Cristóbal de La Laguna, de Antonio Tejera Gaspar.

Destacan también Vidas cruzadas. Memorias de personas trans desde el franquismo hasta los noventa en Canarias, de Carlos Alayón Galindo y Daniasa Curbelo, así como el C.D. Tenerife. Centenario de una pasión (1922-2022), libro en el que el periodista Luis Padilla reconstruye la centenaria historia del representativo tinerfeño mientras que el también periodista José Luis Zurita contó el relato de La Tarde. 55 años de periodismo tinerfeño (1927-1987). El ocaso de la prensa vespertina en España.

POESÍA
Benito Romero publicó el libro de aforismos Una galaxia imperfecta (La isla de Siltolá) donde puso de manifiesto que se maneja muy bien en este género y en cuanto a poesía tuvimos noticia de la publicación de La penúltima agua (Mercurio), de Rafael-José Díaz, también coordinador junto a Sandra Santana de la colección Lecturas silenciosas II, del Ateneo y que trece poetas habían participado en Lyra, con ilustraciones de Nuria Vidal y en el que participaron entre otros Ángel Sánchez, Juan Noves Kuehn y Miguel Martinón.

Se publicó además Viaje hacia los signos (Vitrubio), de Víctor Ruiz; A la sombra del fuego (Ediciones La Palma), de Ricardo Marrero Gil; Balada sin poesía (Aguere/Idea), de Marcelino Rodríguez Marichal y Honda meditación de toda cosa. Poesía canaria del paisaje. 1990-2020 (Fundación Ortega Muñoz) una antología que, al cuidado de Jordi Doce, reunió a quince poetas de las islas nacidos entre 1965 y 1980. Pompeyo Pérez Díaz dio a conocer también Variaciones serias (Devenir) y Antonio Carmona el poemario titulado Sepia.

Poesía hay en Otro mar, otro vuelo (El sastre de Apollinaire), de Nilo Palenzuela; A la sombra de un árbol invisible (Puentepalo) de Francisco Ramírez Viu y en Domus Nostra (Vitrubio), de Pedro Javier Castañeda García, a los que habría que sumar tres poemarios publicados en Nectarina: Llamarse Federico, Ojos de la palabra y Eclipses familiares de Federico J. Silva, Jorge Boccanera y Patricia Severín, respectivamente.

CÓMIC

Que los cómics, la novela gráfica, los chistes, los colorines, los tebeos y cuantos nombres más quieran ponerle están viviendo una edad de oro en Canarias es una verdad que no creo que haya nadie que discuta. Si a ello sumamos la publicación de obras que adaptan a “nuestros clásicos”, como ha hecho el dibujante y guionista Eduardo González con Mararía (Idea), novela original de Rafael Arozarena con vistas a que este año, el 2023, se celebra el centenario del nacimiento del escritor, es muy válido afirmar que algo se está moviendo en el mundo de la ilustración en las islas. A su impulso se debe el Salón Internacional del Cómic de Santa Cruz de Tenerife, que este año regresó a su hábitat natural, el Centro de Arte de la Recova, y a la presentación de historietas como Universos paralelos (Idea), de Francisco Lezcano Lezcano y trabajos como Creatividad e independencia, de Julio García, Fenomenología de la forma en el cómic, de Rafael Verdejo Román, Imágenes en movimiento 2, volumen colectivo que coordinó Lucas Morales y Cómics & Estudios culturales, bajo la coordinación de Francisco Pomares. Estos libros fueron resultado de una coedición entre Idea y la Fundación Cine más Cómics. A estas propuestas habría que sumar la biografía en cómic de Juan Negrín, de Francisco de Zárate y Fer Calvi; Popurri, de Moño; Anécdotas tontas y otras historias, de Irene Morales; Cómo está el patio, de Carolina Bonino; 4 diablitos, de Nancy Martín; Escrito@s, 154 caricaturas, de Néstor Dámaso del Pino; la obra colectiva Ilustradoras e Ilustradas 2; Los enigmas del Estatuto, de Chela y José Carlos Gracia y los volúmenes 1 (ilustraciones) y 2 (cómics & viñetas) de Proyecto volcán: un cómic para La Palma.

En la editorial Le Canarien, La isla alzada y La rebelión del guirre, de Zebenzui López Trujillo y Alicia Reyes y en Diego Pun se presentó el álbum El lago de los cisnes, con textos de Ernesto Rodríguez Abad e ilustraciones de Gabriel Pacheco.

Saludos, aquí, de notarios de la realidad bibliográfica canaria, desde este lado del ordenador

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