Una reflexión y palmarés del XIV Ecológico
No he podido asistir al Festival de Cine Ecológico por motivos varios, pero a tenor de lo que me cuentan amigos y amigas que sí se han dado una vuelta por el Puerto de la Cruz, la cosa ha ido bien. Lo que me alegra. La alcaldesa de la ciudad turística, María Dolores Padrón, se comprometió en el discurso de clausura a que el certamen continuará. Lo que la verdad, ya no tengo tan claro. Ohhh, dirán unos, ya vuelve el pesimista de siempre. Y quizá tengan razón, pero si uno observa la situación de inestabilidad por la que vuelve a atravesar el Ayuntamiento del Puerto de la Cruz (se oyen ruidos de sables, avisos de una posible moción para desmontar al actua equipo de Gobierno socialista) es más que probable que esta XIV edición sea la última hasta nuevo aviso. Ojalá me equivoque, no obstante, aunque visto lo visto, y quiénes pretenden ocupar el preciado sillón de la alcaldía mucho me temo… En fin, corramos un (es)túpido velo. Y pasemos al anuncio de los premiados: Cenizas del cielo, de José Antonio Quirós, y The great squeeze, de Christophe Fauchere, premios en las modalidades de ficción y animación y documental, respectivamente. Los mejores cortos, La flor más grande del mundo, de Juan Pablo Etcheverry, en ficción y animación, y Living with Shame (Viviendo con vergüenza), de Huaquing Jin, en documental. El jurado premió también al corto documental Tabernas. El Desierto Olvidado, de Joaquín Gutiérrez Acha, como la mejor producción española. La película canadiense Saving Luna, de Suzanne Chisholm y Michael Parfit, obtuvo el premio del público, que lleva el nombre de Paco Afonso, el creador del festival en 1982. Saludos con visión de los que ven el vaso de agua medio vacío a este lado del ordenador.