…’In the ghetto…’
Como ya viene siendo habitual Señor Ojo se ha puesto hoy de un pesado subido… No ya por las siete botellas de ginebra barata que se ha tragado (“siete por las islas Canarias”, cacarea el muy gañán) sino porque prácticamente monopoliza el aparato de música con su música country. Música country que ha llenado todos los rincones de esta santa casa en la que habito. El motivo de su peculiar juerga, me comenta, es celebrar el natalicio del Rey.
- ¿Don Juan Carlos?.- le pregunto.
Por respuesta me tira una botella vacía de ginebra a la cabeza mientras abre con los dientes el tapón de la octava y avisa: “Ésta, por San Borondón…”
Suenan y suenan los banjos y violines. Y la voz de una cantante que parece que llora en inglés.
- Cabestro.- clama pegando un trago largo. Tan largo que oigo el glu glu del brebaje bajando por su garganta de acero inoxidable.- Hoy celebramos el cumpleaños del gran Elvis Presley…
- ¿Pelvis?.- Contestó con sarcasmo porque a mí, la verdad, Elvis siempre me hizo algo así como ni fú ni fá. Giro la cabeza y esquivo otra botella vacía de ginebra barata que se hace añicos en el suelo.
Señor Ojo me mira furibundo con su único ojo. Enrojecido color sangre.
- No merece pisar usted esta tierra.- exclama mientras intenta ponerse de pie. Va al aparato de música, quita el compacto y pone uno de Pelvis. Su pastelosa versión de Blue Moon me taladra los oídos. Y veo a señor Ojo bailar agarrado a la botella por la habitación, dando eses peligrosas. Hasta casi me parece observar una lágrima enorme deslizarse por su único Ojo.
Para quitar hierro al asunto, decido pues cambiar de conversación. Le informo con voz de sereno que hoy mismo han nombrado al paisano Santiago González nuevo director de TVE.
Señor Ojo se queda quieto. Mira la botella un rato. La coloca cuidadosamente encima de la mesa y escupe:
- ¿Y ese quién demonios es?
Intento sonreír para borrar mi contrariedad creciente.
- Un profesional. Uno de esos tipos con cintura que supo caminar en el extraño y tortuoso sendero del periodismo en provincias y de los madriles.
- Ahh.- exclama sin entender nada.
Coge de nuevo la botella, se lanza otro lingotazo y pega un salto de sapo cuando Elvis avisa desde los altavoces aquello de I can help…
“Madre del amor hermoso” pienso agradecido a la madre del amor hermoso “gracias por no subrayar este momento con el Love me tender”.
- In the getho, in the getho…- tararea señor Ojo escabulléndose al cuarto de baño.
In the guetto, pienso mirando la botella ya vacía de ginebra barata sobre la mesa.
Saludos, pimplantes, desde este lado del ordenador.