Robo en São Paulo, una novela de Dulce Xerach
“- No tengo una vida muy interesante: Me llamo María Anchieta, eso ya lo sabes. Soy Policía Nacional, eso también lo sabes, pero lo que no sabes es que he sido destinada recientemente a Tenerife, solo llevo desde el 4 de agosto del año pasado en la isla, apenas cinco meses pero muy intensos. Tengo 34 años, me he divorciado una vez y no tengo y no quiero tener hijos. Mi actual piso de alquiler es pequeño pero me gusta porque se ve el mar, está en Santa Cruz. No tengo mascotas, solo plantas y disfruto viviendo sola.”
(Robo en São Paulo, Dulce Xerach. Editorial Oveja Negra, 2015)
La primera novela que publica Dulce Xerach Pérez se titula Robo en São Paulo y puede llamar a la confusión a los aficionados al género negro y criminal que busquen un relato bronco y duro. Cínico y demoledor con su entorno. Esa literatura casi vocacional de y sobre perdedores que se ha convertido en un fenómeno literario que hoy ya está perfectamente instalado en España.
Robo en São Paulo puede encajarse, en todo caso, en la tradición más objetivamente detectivesca del género. La que se preocupa por contar una investigación y cómo ésta afecta a los que se ven implicados en ella aunque está alejada de la denuncia social que reivindica el escritor Paco Ignacio Taibo II, pese que la novela de Xerach Pérez respeta otras claves del género como es la de estar narrada en primera persona por su protagonista, María Anchieta, una agente de la Policía Nacional.
Este punto de vista sin embargo más que ahondar en las contradicciones del personaje sirve como guía de una historia en la que además de sustraerse la Gramática Tupí del padre Anchieta y descubrirse algunos cadáveres, se desarrolla en varios escenarios, entre otros Brasil, Cabo Verde y Tenerife.
La novela está escrita con sencillez y la acción se desarrolla a través de los diálogos. Huye, lo que es de agradecer, de alharacas experimentales pero le falta mayor complejidad argumental. Más enredos que el robo de la Gramática Tupí. La novela demandaba además, a nuestro juicio, conciencia social. Crítica que asoma, aunque veladamente, cuando Anchieta reflexiona desconcertada durante su larga estancia en São Paulo sobre unas calles en las que convive la pobreza más radical con una también riqueza extrema. Pero son apuntes que se desdibujan y olvidan como el escenario que observamos a través de la ventanilla de un coche.
El relato se decanta por la investigación para recuperar la Gramática, una Gramática que quiero entender como una sutil referencia al Halcón Maltés de Dashiell Hammett. Esa estatuilla forjada con el material con el que se hacen los sueños.
En la novela de Xerach Pérez la Gramática Tupí del padre Anchieta es un texto que fue capaz de materializar esos sueños, así lo sugiere en las primeras páginas del libro reproduciendo el discurso que ofreció el presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín, en São Paulo durante su visita con motivo del 450 aniversario de la fundación de la ciudad.
No obstante, la Gramática –que fue capaz de materializar sueños como invitar al respeto entre culturas– no termina por envolver a la novela. Una novela que, sobre todo en su tercera parte, explica que la mala acción política, tal y como la ejercen algunas personas y en el caso de esta historia paradójicamente del mismo partido al que pertenece el presidente del Gobierno canario, es la responsable de disolver estos y otros sueños.
Quizá sean estos capítulos los más atractivos de Robo en São Paulo. Su denuncia política sabe a amarga verdad. Y a derrota. Resulta en este sentido interesante el diálogo que mantiene la protagonista con Adán Martín y del que entresacamos solo un fragmento:
“- Pero duele.
- Eso es lo que más me preocupa María, que no pueda dar a personas como tú las condiciones mínimas para la felicidad. ¿Cómo darte aliento para que sigas adelante y olvides lo que no se puede cambiar?, ¿o cómo ayudarte si te empeñas en cambiarlo?”
Como relato de ficción Robo en São Paulo es muy desigual. Contiene ideas que pedían a gritos más desarrollo y riesgo así como mayor consistencia a un personaje que, entendemos, irá madurando en sucesivas entregas ya que se trata del primer volumen de una trilogía que protagoniza María Anchieta e, intuimos, contribuirá a consolidar también a los secundarios que la rodean.
Habrá que esperar hasta entonces para observar cómo evoluciona la protagonista y los actores de reparto. De momento, conocemos que Anchieta es una mujer resuelta y tremendamente individualista, aunque sabe trabajar en equipo.
Una policía que, como marca la tradición literaria entre sus compañeros masculinos, es dura por fuera pero tierna por dentro.
Vistosa resulta su mirada, la mirada de una mujer de origen vasco y marcada profesionalmente por haber sobrevivido a un atentado de ETA, sobre la política canaria:
“-Cada vez entiendo menos la política de esta isla –digo algo enfadada–, está llena de pendientes resbaladizas a las que no hay manera de agarrarse. Tan diferente al País Vasco donde todos se posicionan claramente. Aquí casi todo lo que tiene que ver con la política está en una nebulosa.
- Si te consuela llevo toda la vida intentando entenderlos y tampoco lo he conseguido –dice Marina bebiéndose su whisky de un trago–. Me limito a respetar a unos, los que creo que son respetables y a sobrevivir a los otros, los políticos que solo aspiran al título y al sillón. Hay de todo. Intento no ser tan quisquillosa como era antes, cuando empecé en esta profesión, y me centro en mi trabajo –concluyó mirando alrededor dejando vagar la vista hacia el mar.”
Dicho esto, Robo en São Paulo es una novela pionera en el género policíaco, o negro o negro y criminal que se está escribiendo en Canarias.
¿Por qué?
Porque es la primera que firma una mujer con una protagonista que también es una mujer.
Una mujer dura por fuera pero tierna por dentro.
Saludos, aquí estamos, desde este lado del ordenador.