Ajuar funerario, relatos de Fernando Iwasaki
Me he preguntado en varias ocasiones la razón que explique la poca fortuna que la literatura fantástica ha tenido en España. Es verdad que la cuestión se disuelve en los tiempos que vivimos, tiempos en los que parece que los géneros han terminado por instalarse en la realidad literaria española pero no cuenta con una tradición regular aunque sí destellos de genio, de temple que atisban una literatura de carácter fantástico con señas de identidad netamente españolas.
Si tuviera que destacar alguna obra, entre otras mencionaría los relatos fantásticos de Pedro Antonio de Alarcón, los cuentos sobre lo insólito que dejó escritos Benito Pérez Galdós, hoy tan de actualidad por el centenario que recuerda su muerte y, cómo no, las piezas cortas y maestras que firmó José Martínez Ruiz, Azorín, y que reunió en el volumen Cavilar y contar. Existe además, una antología al cuidado de José Luis Guarner sobre el fantástico en España que publicó en los setenta la editorial Bruguera y hubo vocación fantástica y con acento español en escritores como Emilio Carrere en los años 20 y Noel Clarasó a finales de los 50.
En América, en ese vasto territorio que se extiende tras el Río Grande, la relación con el fantástico ha sido distinta.
Peruano y residente en España, Fernando Iwasaki juega con el fantástico y el terror en Ajuar funerario (Páginas de espuma, 2018), un libro de microrrelatos que se lee con apasionada velocidad y que como todo libro de estas características cuenta con historias que son mejores y otras peores.
Lo que sí está claro es que Iwasaki conoce el género de lo sobrenatural aunque quizá no resulte demasiado suficiente para el purista, en especial para ese buscador infatigable de influencias, de rastreador de homenajes. Y homenajes encubiertos hay algunos en esta obra.
El escritor se mueve bien en territorio tan difícil y complejo y muchas de las piezas que reúne brillan cuando producen cierta inquietud en el lector. Por muy iniciado que sea en la gran orden de aficionados que se asocia a este género.
En este aspecto, y para buscadores e iniciados, se aprecian en algunos de los cuentos cierto aliento lovecraftiano
Ajuar funerario reúne historias breves de corte gótico y psicológico, entre otras pero al margen de las referencias que manipula estamos ante un divertimento que quiere funcionar como homenaje al género. El libro funciona más por la descripción de situaciones que por las propias historias. Se crean atmósferas, la mayoría notablemente conseguidas, pero no genera mucho miedo que es de lo que se trata cuando se recurre este tipo de literatura. Con todo, estos pequeños relatos provocan inquietud e invitan más que a leer, a devorar estas variaciones sobre un mismo tema.