G21: nuevas novelistas canarias

El año próximo se cumplirán diez años de la publicación G21: nuevos novelistas canarios, un libro que significó un antes y un después en las letras del Archipiélago porque además de conocer a autores de varias islas que ya contaban con cuentos y novelas publicados en su vagón de equipaje, no habían trascendido las fronteras (a veces mucho más cerradas con las continentales) de sus respectivo territorios isleños y rodeados de agua.

El hombre que fue capaz de todo eso, entregando su tiempo y su trabajo a la causa, fue el también escritor y editor Ánghel Morales, el único responsable de haber conseguido el milagro de convocar a doce narradores que ya despuntaban cuando los invitó a participar en aquella iniciativa. Iniciativa que pronto derivó en una colección de libros que se caracterizaron por el color rojo chillón de sus portadas y que Morales anunció que cerraría cuando alcanzara los treinta volúmenes sin contar el primero, el recopilatorio, el que empezó todo esto y reunía a narradores y algún poeta colado de las islas. El libro sirvió además para que fuera una especie de guía de lo que deparaba, narrativamente hablando a los lectores, lo escrito por aquel grupo de narradores nacidos en los años 60.

Lectores, muchos de ellos, de la misma generación que los escritores que aparecían en la antología y libro que desvelaba nuevas tendencias y fórmulas expresivas, también temáticas diferentes a las acostumbradas en la tradición narrativa canaria como un abordaje sin complejo de la literatura de género hasta ese momento terreno insólito entre los autores nacidos a este lado del océano Atlántico.

Como todo en esta tierra, no tardaron en llegarles las críticas a Ánghel Morales, entre las más venenosas las que echaban en falta la participación de escritoras en el volumen original de lo que ahora se entiende como fenómeno, una ausencia que no fue intencionada sino impuesta por la realidad ya que, justificaba el editor, durante el proceso no encontró en aquellos tiempos narradoras nacidas en los 60 que tuvieran novelas publicadas como sí las tenían los doces narradores de G21.

La crítica no obstante quedó clavada como una espina en el corazón de Ánghel Morales, quien para sacársela se comprometió a cerrar la colección de novelas G21 con una antología que reuniera doce cuentos de doce escritoras. El libro ya es una realidad y circula en librerías. Tenía de hecho que haberse presentado esta misma semana pero la crisis desatada por la Covid-19 hizo imposible que el acto se celebrase en Santa Cruz de Tenerife lo que detiene de momento su presentación hasta que la situación mejore.

Generación 21: nuevas novelistas canarias reúne relatos de Felicidad Batista, Cristi Cruz Reyes, María Teresa de Vega, Cecilia Domínguez Luis, Pilar Escalona, Ana Joyanes Romo, Elizabeth López Caballero, Mayte Martín, Fátima Martín Rodríguez, Maca Martinón, María Candelaria Pérez Galván y Elena Puchalt Ruiz y como el volumen original, aquel que contó solo con cuentos firmados por hombres, incluye relatos interesantes y otros que no lo son tanto.

El libro agrupa historias que están trabajadas con paciencia de cartujo y otras dan la impresión de haber sido improvisadas para figurar en un libro que debería de tener más recorrido del que ha tenido al ser frenado –se insiste– por la pandemia que ha vuelto toda realidad conocida al revés.

Sí que se puede avistar en muchas de las historias temáticas y preocupaciones similares, en algún relato incluso notas de humor que elevan el contenido de un libro que sin dejar de tomarse en serio también quiere ser una celebración de la literatura, y no solo de la literatura escrita por mujeres.

El orden de distribución de los relatos está dispuesto por orden alfabético pero como todo libro de cuentos se puede comenzar por donde se desee. Cada historia que contiene son aventuras literarias distintas, en muchas destacan las descripciones y en otras se coincide por su carácter reivindicativo y el retrato más o menos realista de los personajes y el paisaje.

Con este volumen se pone fin a la colección G21, un proyecto muy personal de su editor y un buen muestrario para observar cuál fue el rumbo y las tendencias de los escritores y escritoras canarios, sean nacidos o residentes.

Es una pena sin embargo que no siga adelante este atractivo experimento editorial ya que supo diferenciarse por el catálogo de autores/as, algunos con novelas tan rabiosas y probablemente incomprendidas por eso mismo como Cucarachas con Chanel, de Dr. R (JRamallo) y 9 horas para morir de Ángel Vallecillo.

El editor, Ánghel Morales, cierra el círculo que inició hace diez años con la otra cara de la moneda que no es otra que mostrar los lados de esa desigual figura geométrica (afortunadamente) que dibujan las letras que se escriben a este lado del Atlántico. Unas letras que ya no se distinguen por su peculiar manera de expresarse sino por la vocación –con independencia de sexos– de contar historias. Eso me anima a recomendarle al editor a que se plantee un nuevo libro dentro de la colección a pesar de que Generación 21: nuevas escritoras canarias sea el título con el que pretende cerrar la propuesta, y es que se anime a publicar un volumen de cuentos donde escritoras y escritores estén en la misma sartén, en el mismo libro. Podían ser seis por sexo. No vaticino el resultado pero estoy seguro que en contenidos resultaría muy interesante.

2 Responses to “G21: nuevas novelistas canarias”

  1. Una aspirante a escritora Says:

    Las chicas con las chicas y los chicos con los chicos, me hago cargo de lo bienintencionado de la iniciativa, de lo de sacarse la espina… de la valentía de editar en estos tiempos, lo cual es muy de agradecer pero… ¿No es un poco contradictorio eso de saldar las cuentas publicando sólo mujeres en lugar de una edición aumentada que incluyera el nuevo material, igual hasta hubiera tenido cabida de esa forma algún que otro autor masculino o trans otrora en el tintero, no sé. Admito que es culpa mía desconfiar de las antologías de mujeres coordinadas por hombres, no debería, mis disculpas, pero suena un poco a despotismo ilustrado en mi cabeza aun por amueblar.
    De verdad, se aprecia y se valora la intención pese a lo discutible de la fórmula. Confío sinceramente en que para la próxima generación, la 22 o la 23 o la que sea, el sexo de quien narra no sea determinante y prime exclusivamente la calidad y la paridad espontánea no paternalista.
    Saludos

  2. admin Says:

    No te falta razón, por eso invito al editor a cerrar la iniciativa con un nuevo volumen de relatos que incluya tanto a escritoras como escritores. Que aoorte algo nuevo y no, como indicas, aumentar el volumen inicial ya que muchos de sus relatos se han quedado con el paso de los años un tanto anticuados. Saludos

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