Pesadillas animadas de ayer y hoy

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Érase una vez una ciudad como Santa Cruz de Tenerife que tuvo la ocurrencia de celebrar un Festival de Cine de Animación que nació para demostrarle a la sociedad tinerfeña y sus numerosos visitantes que no sólo de Los Simpson vive el hombre. El Festival arrancó con ilusión, pero como sucede casi siempre, le salieron al paso ogros y trolls que conspiraron para que cerrará sus puertas. Y si bien resistió dos añitos contra viento y marea, batallando contra gigantes, al final le tocó morir y desapareció como suelen desaparecer casi todas las cosas a este lado del Atlántico. Ya saben, recemos por el alma de los muertos como el Festival de Cine Histórico de La Laguna, como anunció el periódico El Día en su momento (olé por ellos) y probablemente pasará con la XV edición del Salón del Cómic de Santa Cruz de Teneirfe (como anunciamos primero en este blog y del que se hizo eco el periódico El Día en su edición del domingo pasado, otro olé, pero menos, para ellos).

Todo este cuento viene a colación porque a pesar de lo modesto del planteamiento siempre es motivo de reconocimiento que las instalaciones del Cine Víctor, el único templo oscuro que nos queda en esta dichosa ciudad de provincias, acoge mañana, miércoles, la proyección de seis cortometraje del maestro checo de la animación Jan Svankmajer.

Los seis cortos son Picnic with Weissmann (1968) y Comida (1992), así como Another kind of love (1988), Meat love (1989), Flora (1989) y The Death of Stalinism in Bohemia (1990).

¿Cuál es la característica de este rara avis de la animación? Pues precisamente sus animaciones. Orgánicas, oscuras e inquietantemente inocentes…  Merece la pena sumergirse en sus pesadillas animadas. Si pudiera, disfrutaría mañana de sus experiencias alucinógenas. lástima que el trabajo me impida asistir a las proyecciones. Proyecciones que, garantizo, no dejarán indiferente a nadie.

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