‘Chauvinismo excentricus’

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Entre otras muchas enfermedades que padecemos en Canarias (pleitus insularis, aplatanamiento vulgaris, mieditis acusatis y corrupcionitis extrema) se suma también la del ombligo. O la de mirarnos el ombligo, cuyo nombre científico  es chauvinismo excentricus.

El último sarpullido que ha delatado este mal, muy extendido en todo el archipiélago, aunque en especial en Tenerife y Gran Canaria, es cómo han titulado algunos medios digitales la nioticia del Oscar al mejor actor secundario a Javier Bardem por su papel en No es país para viejos, escribiendo sin sonrojarse: el actor “grancanario” Javier Bardem cuando todo el mundo sabe, o debería saber, que Bardem nació en este apartado rincón del Atlántico lo que se dice por casualidad.

Me ha hecho gracia, de todas formas, esta reivindicación canaria de un actor que si presume de algo es de ser español, lo que demuestra que el chauvinismo excentricus ataca cuando menos te lo esperas.

Me parece eso sí un acierto que el Festival de Cine de Las Palmas que dirige Claudio Utrera conceda en la edición de2009 el Harimuagada de Honor al actor ¿grancanario? Javier Bardem, así como tampoco discuto la decisión de que el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria lo nombrara hace unos años hijo predilecto, aunque qué quieren que les diga, me suena bastante provinciano por no decir, aunque lo diga, marciano. Claro que los canarios y los no canarios que residen en estas islas también sufren de ese mal. Mal del que no se ha descubierto todavía ningún antídoto, salvo el de la humildad. 

Huelga decir que Javier Bardem, canario porque nació en Canarias pero madrileño porque casi toda su vida ha vivido en Madrid, es el absoluto protagonista de No es país para viejos, de los hermanos Coen, película que ha sido también la gran afortunada de la noche de los Oscar. Es una pena, de todas formas, que hayamos disfrutado de esta película en Tenerife en su versión en español porque nos ha robado el peculiar acento hispano del inglés que habla el actor  grancanario en este filme, pero aún con esas, su trabajo trasciende pantalla y lo que es mejor, hace creíble lo increíble en su diabólica encarnación del MAL absoluto.

Más como español y europeo que como canario me siento orgulloso de que la denostada por algunos despistados industria del cine norteamericano haya reconocido el trabajo de Bardem en este largometraje, aunque también estuvo grande cuando interpretó al poeta, escritor y dramaturgo cubano Reinaldo Arenas en Antes que anochezca, cinta escalofriante que adapta la escalofriante autobiografía del autor de Celestino antes del alba.

Y sí, siendo consciente de que también he caído en la trampa del chauvinismo extremis, celebro que Hollywood reconozca la labor de un actor que, visto desde la distancia, además de hacer muy bien su trabajo se nota que es buena gente. Sea o no de Canarias.

Felicidades, Javier Bardem.

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