Un pequeño homenaje (sincero) a José Manuel Cervino, Goya al mejor actor de reparto 2007

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Me llama la atención que los periódicos de esta tierra desestructurada no hayan destacado con el orgullo patrio y tontorrón que nos caracteriza que José Manuel Cervino (Arona, 1940) recibió ayer domingo el Goya al mejor actor de reparto. A fin de cuentas fue el único canario galardonado, y salvo un libro escrito por Jorge Gorostiza y editado, creo, por el Festival de Cine de Las Palmas, en esta que fue su tierra lo ninguneamos porque no es Javier Barden, quien accidentalmente nació aquí, razón suficiente para que algunos plumillas insistan en escribir lo del actor canario Javier Bardem… Lo que para mí es chauvinismo barato. O, para que me entiendan: mirarse el ombligo.

A mí siempre me ha gustado Cervino. Tiene cada de duro, esa clase de rostro que parece que ha tallado la vida a golpe de machete. Y como buen actor que se precie, hace igual de malo que de bueno. Unos lo recordarán por su intervención en Guarapo y Mararía, de los hermanos Ríos y Antonio Betancort, respectivamente, otros por el picoleto de El pico I, de otro cineasta a recuperar, el estrafalario Eloy de la Iglesia, pese a que su personaje adoptara la cara de Fernando Guillén en la segunda entrega de esta película delirante donde dos jóvenes, uno hijo de un comandante de la Guardia Civil y otro de un político de izquierdas independentista vasca vivían una dramática historia de amor bajo el sueño opiáceo de la heroína.

Sin embargo si que cuenta Cervino con dos películas donde creo que está lo que se dice que se sale. Es decir, que trasciende pantalla por la credibilidad que da a un personaje de ficción que no existe pero que su interpretación hace real. Me refiero a La guerra de los locos (Manolo Matji), que sigo considerando una de las mejores películas sobre nuestra Guerra Civil junto al Soldados de Alfonso Ungría, que está basada en relatos dispersos del maestro Max Aub; y El crimen de Cuenca, donde es uno de los dos inocentes acusados del trágico crimen que da título a la mejor, por abrupta y sincera, película de Pilar Miró.

Cervino ha trabajado en otras tantas películas, entre ellas La caja de Juan Carlos Falcón, cineasta que sigue siendo tras el éxito inesperado de Juan Carlos Fresnadillo, un director al que merecerá la pena seguir la pista. El canario bronco canario, me refiero a José Manuel Cervino, también participó en películas claves de la historia del cine español como Siete días de enero, Camada negra, las dos entregas de El Crack o Navajeros, donde trabajó una vez más a las órdenes de Eloy de la Iglesia. Ahora le han dado el Goya por su trabajo en Las 13 rosas, de Emilio Martínez Lázaro, que es una película inspirada en un caso real en la que se narra el fusilamiento de trece mujeres de izquierdas por la implacable justicia franquista de 1939.

Este es el primer Goya que obtiene el actor ¿canario? tras una carrera salpicada de éxitos y también fracasos, aunque no es la primera vez que lo nominan. Si no me traiciona mi cada día más traicionera memoria Cervino optó al Goya como mejor actor por su trabajo en la ya mencionada La guerra de los locos, aunque en esta ocasión los miembros solemnes de la solemne Academia se olvidaron de recompensarlo.

Felicidades por lo tanto al actor ¿canario? y entiendan, los que así lo deseen, que lo de canario entre interrogantes va con segundas y terceras intenciones. Es decir que a mí, como supongo que a Cervino, le importa tres pimientos. Lo único claro es que es un buen actor. Un gran actor con o sin Goyas pero que ahora tiene uno, por lo que es un gigantesco actor con Goya.

Felicidades ¿paisano?

No Responses to “Un pequeño homenaje (sincero) a José Manuel Cervino, Goya al mejor actor de reparto 2007”

  1. Jorge Gorostiza Says:

    Gracias por recordar mi libro sobre Cervino. Efectivamente lo editó el Festival de Cine de Las Palmas en su segunda edición y desgraciadamente tuvo muy mala distribución. Creo que es un buen libro por Cervino que habal de lo que es ser un actor y da una lección de conocimientos.
    No llegó a presentarse en madrid, como otros libros del Festival, porque, según dicen, la alcaldesa de entonces lo impidió. Pero la presentación en las Palmas con Juan Madrid, Guillermo Montesinos, el finado Tito Fernández y otros que no recuerdo, fue fantástica, todos estuvieron a la altura del gran Cervino y además fue muy divertida.

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