Recordad la batalla de Santa Cruz de Tenerife… pero con la justicia que se merece

El sábado se puso punto y final al espectáculo de la gesta. Me di una vuelta por la calle de La Noria y también estuve en la plaza de la isla de La Madera, y aguanté el tipo una hora para ver a los “soldados de época” cargar sus escopetas, formar en cuadro y hacer el indio… Entonces me di cuenta que, como el personaje de Scott Fitzgerald en A este lado del paraíso, Amory Blane, soy un mediocre porque me gustan cosas tan sencillas como las trompetas tocando a plata y la de ver a un grupo de adultos disfrazados de soldados de finales del siglo XVIII. Y eso que soy de los que se acogieron a la prestación social sustitutoria antes que hacer la mili… Pero dónde haya un uniforme de época que se quite lo demás… Claro que nadie es perfecto.

Lo que me parece fuerte es escuchar en una tertulia de tele local y que forma gente muy respetable y que suele saber de lo que habla que lamenten que Galdós, don Benito Pérez Galdós, no iniciara sus Episodios Nacionales ¡con la dichosa gesta santacrucera!. Critica uno de los “sabios” que don Benito ubicarara la acción de la primera novela con la batalla de Trafalgar, lo que me obliga a reflexionar uan vez más que no iba tan descaminado cuando en un comentario anterior decía que los de Tenerife, así como los canarios en general, padecemos de una ombliguitis aguda que si no se trata a tiempo puede degenerar en una terrible enfermedad.

Me ha reventando, de hecho, que esas voces “expertas” comparen la batalla de (y no por) Santa Cruz con la batalla de Trafalgar porque no es lo mismo comparar a un elefante con una ardilla aunque los dos sean animales y mamíferos… Perdemo el rumbo, en definitiva. 

Estoy de acuerdo que se recuerde la gesta o la batalla de Santa Cruz, y que cada año, si no se puede gastar dinero en otro montaje como el que vimos el fin de semana pasado, se haga desfilar a las orgullosa tropas españolas y francesas por la recoleta calle de La Noria y se tiren fuegos de artifico si a Ángel Llanos le queda algo de dinero tras el derroche de este año, pero agradecería que los “cronistas oficiales” que se han apoderado de lo que aconteció aquellos días sean cautos y no se dejen llevar por un tinerfeñismo tontorrón porque desluce cualquier cosa que se ponga en marcha. Dejad a Santa Cruz y a Trafalgar en paz. También a los muertos de esas dos batallas. Recordemos a los caídos con sencilla humildad, es una forma inteligente de mantenerlos vivos en la memoria sin necesidad ni necedad de castigarlos con mentiras. Ni ellos ni nosotros nos lo merecemos.

He dicho.

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