Una lectura perturbadora: ‘La noche quedó atrás’

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Se trata de una novela incómoda pese a los años transcurridos, también de un valioso testimonio firmado por un luchador que casi fue triturado por la Historia con mayúsculas. Su relato, abultado y generoso en páginas, sigue conmoviendo y despertando conciencias. Creo, de hecho, que fue ésta y no otra la intención de su autor, un hijo del siglo XX que fue protagonista voluntario de lo que más tarde desembocaría en la mayor tragedia europea de todos los tiempos. Por eso se me antoja tan necesaria la lectura o relectura según los casos de este volumen que se devora con insólita facilidad, y que fue justamente elogiado por algunos de los grandes protagonistas de la época como Franklin Delano Roosevelt, para quien se trataba “del mejor libro que he leído del siglo XX”.

La obra a la que hacemos referencia es La noche quedó atrás, de Jan Valtin (pseudónimo de Richards Krebs), activo miembro del partido comunista alemán en los años 20 y en la década de los 30 en la que por directrices de ese mismo partido al que debía de amar por encima de todas las cosas, aceptó trabajar como agente doble al servicio también de la temible GESTAPO.

La noche quedó atrás es además de un sobrecogedor testimonio de las luchas callejeras que sostuvieron comunistas y nazis en las calles de Hamburgo y Berlín antes de la toma del poder por los camisas pardas de Hitler, un fascinante proceso de concienciación de su protagonista, terrorista rojo que a medida que pasan los años comienza a plantearse ideas contradictorias que chocan con el temperamento de acero del partido. La primera de ellas, que nadie está por encima de ese mismo partido cuya encarnación es Stalin; la segunda, la intuición de que los comunistas colaboraron para que los nazis tomaran el poder ya que combatían a un enemigo común: los socialdemócratas; la tercera, la sensación de vacío y vértigo que le produce cuando miles de presos comunistas como él sufren las torturas de la GESTAPO frente a la indiferencia de los camaradas que han logrado salvarse del terror de estado nazi, viviendo y conspirando plácidamente en territorio neutral. Por último, las violentísimas purgas estalinistas que borraron para siempre cualquier atisbo democrático dentro de las filas del comunismo pro soviético, una idea, destaca Valtin/Krebs en su libro, que costó las vidas de hombres y mujeres que combatieron por una causa que, creían, era un noble ideal.

Conmovedora y terrible, La noche quedó atrás es uno de esos libros que dejan huella una vez has finalizado su lectura. Tiene fuerza, la fuerza de la verdad de un hombre que fue condenado a muerte por los nazis y también por los suyos. Su experiencia deja un regusto amargo en la boca. Y esa sensación de que todos somos partes de una gran maquinaria que si bien ni nos quiere ni nos odia sí que nos exige una absurda lealtad a cambio de nada.

Publicado recientemente en Seix Barral, aunque se tradujo también en  los años sesenta en España y me consta de una edición chilena de los años 40, La noche quedó atrás es un libro que despierta el apetito por saber qué ocurrirá en el próximo capítulo y una de esas obras que te enseñan a ser persona por encima de todas las cosas.

Esta absorbente biografía empieza con un poema, Invicto, de William Ernest Henley, cuyos primeros versos dicen:

La noche quedó atrás pero me envuelve

negra como un abismo entre ambos /polos,

doy gracias a los dioses cualesquiera

/que sean

por mi espíritu indómito.

* * * * *

No importa cuán estrecha sea la puerta

ni que me halle abrumado de castigos,

soy capitán triunfante de mi estrella

y el dueño de mi espíritu.

Tras lograr zafarse de las siniestras garras de la GPU, antecedente del NKVD y KGB, Jan Valtan/Ricarh Krebs buscó refugio en los Estados Unidos donde escribió este libro, publicado en 1941 y que alcanzó un notable éxito. Combatió con el ejército norteamericano en Filipinas y en 1948 obtuvo la nacionalidad estadounidense. Falleció en 1951 tras ser investigado por el Comité de Actividades Antiamericanas del funesto senador McArthy.

4 Responses to “Una lectura perturbadora: ‘La noche quedó atrás’”

  1. Rosa Says:

    Leí el libro hace años y me encantó. Es un relato estremedecedor, muy recomendable para todos aquellos que en otros tiempos militamos en partidos extremistas. En mi caso, de la izquierda. La noche quedó atrás me marcó, e intuyo que a tí también te ha marcado. Gracias por recordarme los buenos y concienciados ratos que pasé cuando tuve la oportunidad de leerlo.

  2. editorescobillon Says:

    Gracias por tu comentario. Saludos.

  3. Olga retana Says:

    Suena muy interesante. Deseo leerlo. Dónde puedo conseguirlo?

  4. admin Says:

    La edición que tengo la edita Seix Barral, 2008. Saludos.

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