Un paseo por el TEA

Mandado a paseo mi provinciana hostildiad hacia el TEA, la semana pasada entré en la instalación cultural por excelencia de Tenerife y caí rendido (no sé si como un provinciano más) ante su absorbente belleza. El espacio y lo que lo contiene tiene clase, vamos. De hecho, mientras paseaba por las salas no dejaba de rondar por mi cabeza otro cliché de los que vivimos en provincias: “no estoy en Santa Cruz de Tenerife. Es imposible que esté en Santa Cruz de Tenerife…” Cuando salí del TEA me di cuenta (para mi decepción) que efectivamente estaba en Santa Cruz de Tenerife pero eso es otra historia.

Creo que si el TEA sabe venderse tocará el cielo no sólo en este territorio fragmentando sino en el continente. Y no hablo de la biblioteca, ni de la sala de cine (lo más decepcionante, la verdad) sino como museo. Como centro expositivo, te guste o no Óscar Domínguez. No obstante, y como todo el mundo sabe, el TEA no sólo vive de Óscar.

Aviso a los despistados. También a los que miraban con recelo al TEA al señalarlo como culpable directo del fin de nuestro Cine Víctor. No se pierdan la exposición Cosmos. En busca de los orígenes. De Kupka a Kubrick. Es una invitación a los sentidos y una experiencia que por momentos hasta resulta lisérgica. Sentirte como el astronauta Bowman en 2001. Una odisea en el espacio es uno de esos inclasificables momentos de la vida donde realidad y ficción parecen fundirse en el mismo plano. En especial porque vuelves a plantearte los mismos interrogantes que te planteaste cuando viste la cinta por primera o quíntuple vez como es mi caso: ¿Qué diablos me están contando? Y lo más terrible, que sabes la repuesta pero no quieres admitirlo. Esta exposición con carácter temporal clausura el 31 de enero. Todavía están a tiempo.

Es una pena, sin embargo, que ya no cuelgue en sus instalaciones la colección de fotografías de propaganda soviética, destacable para todos aquellos que sienten cierta pecaminosa fascinación por al arte rupturista de la extinta URSS de los 20 y 30; años en los que para muchos comunismo fue sinónimo de paraíso para la clase trabajadora… Viendo algunas de estas imágenes uno aprecia que la evolución de la propaganda en vez de dar pasos hacia adelante los ha dado para atrás. Claro que hoy propaganda y publicidad son términos que, como la habitación de 2001, han terminado por mezclarse, lo que hace muy difícil que uno tenga claro lo que nos venden como ideología o como marca.

Fue un paseo bonito y relajante. Muy bien acompañado por Hugo, Pilar y Eugenio. Lo peor, lo que apuntaba al principio: que al salir del TEA me volviera a golpear la desagradable realidad de todos los días: Santa Cruz de Tenerife, una ciudad que, como casi todo el mundo sabe, se nos muere de aburrimiento.

Saludos gratamente sorprendidos a este lado del ordenador.

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