Cuánto hecho de menos el Cine Víctor cuando asisto a una sesión de cortos y largos rodados a este lado del Atlántico. Y no es que los Multicines Renoir estén mal, porque no lo están, pero me da la extraña sensación de que le roba algo de fasto a estas generalmente productivas salidas de entre semana. Esta noche tocó Negritud, del realizador tinerfeño Patrick Bencomo (*).

La sala 2 de los Renoir llena. No a reventar, pero sí llena. Nada más sentarme en la butaca tuve la agradable sensación de cuando iba al cine en mis tiernos años mozos. Las inolvidables sesiones de a las cuatro de la tarde. La matiné que decían. Lo digo porque hoy había muchos niños contagiando ese entusiasmo casi sagrado ante la pantalla grande. Se notaban los nervios.

Sale el director, Bencomo, y los dos productores de la cinta, el incombustible Luis Adern (habría que dedicarle un monumento a este señor un día de estos) y Rafael Álvarez, que no Benítez como anució la directora del Plan Canario Audiovisual, Patricia González-Cámpora (que tiene un ligero parecido con la ministra de Asuntos Exteriores israelí y líder del partido Kadima, Tzipi Livni), aunque un errar es de humanos… y comienza la sesión.

Como el cortometraje Negritud tiene una duración de seis minutos más o menos, se proyecta antes Emperrado, y me explico lo de la asistencia de los niños en la sala. La historia nos cuenta el empeño de un chico por tener un perro. No voy a desvelar nada más, sólo que se trata de un trabajo bien hecho, simpático, sin trascendencias. Muy profesional y bien actuado por sus tres actores. Los que hacen de padre y el chico.

Finaliza el corto. Aplausos.

Comienza entonces Negritud, el nuevo trabajo de Bencomo.

¿Y?

Pues eso Y. Negritud tiene buenas intenciones, pero sabe a trailler. A un aperitivo de lo que puedo ofrecer como cienasta… Quizá se trate de la carta de presentación de la película de tres horas y media que anunció medio en broma Patrick Bencomo cuando presentaba la cinta.

Yo me quedé con las ganas de ver más. Pero esto me sucede con lo último que estoy viendo de cortometrajistas canarios. Me da la sensación de que no ruedan cortos sino largos que se le quedaron cortos por falta de presupuesto. Y Negritud tiene ambiciones, y cierta irónica denuncia sobre la inmigración clandestina. Los europeos antes se iban a África a bucar mano de obra por su cara y ahora son ellos los que vienen a Europa a buscar trabajo utilizando cualquier medio que tengan a su alcance.

Salí del cine con el Y en la cabeza. Mientras escribo esto en caliente tengo la dichosa Y en la cabeza. No se me borra de la cabeza… ¿Y? Maldita sea, que esta noche voy a dormir con la dicho i griega en la cabeza.

(*) Emperrados y Negritud se proyectan mañana, jueves, a las 20.30 horas, en los Multicines Monopol de Las Palmas de Gran Canaria.

Saludos con una ¿Y? a este lado del ordenador.   

Esta anotación fue publicada el Miércoles, 11 de Febrero de 2009 a las 22:03 y está archivada en la categoría de El Blog de El Escobillón. Puedes seguir cualquier respuesta a esta anotación a través de RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o hacer un trackback desde tu página web.