¿Por amor al teatro?

Qué curiosa o mejor, qué diabólica ironía. El teatro Pérez Galdós de Las Palmas de Gran Canaria acoge el próximo lunes, 30 de marzo, la gala de entrega de los Premios Max. Dedicados este año al teatro independiente. Dicen. Aunque por decir se pueden decir muchas cosas. Basta con mirar el raquítico panorama escénico de estas islas alejadas de la mano de Dios. La pregunta es ¿no se le cae a nadie la cara de vergüenza? En ocasiones así, saco la cabeza del agujero donde la escondo cual avestruz para cuestionarme ésta y otras cosas. Seamos serios y repasemos el escenario.

Compañías canarias que exigen que se les pague por su trabajo. Islas que pierden cada día espacios donde presentar sus montajes. Entre otros, y quizá el más escandaloso, el de un Guimerá que anuncia que cierra sus puertas porque si no se les cae el techo… Un teatro La Granja inexistente… Un Baudet que se muere de la risa porque nunca reabrió para lo que tenía que reabrirse. Y esto sólo si hablamos de la Santa Cruz que es vivir en la capital de Tenerife. Si miramos a la isla que tenemos delante el panorama es igual de desolador. Y si viajamos a las otras cinco ínsulas que flotan en el Atlántico mejor es correr un (es)túpido velo.

Pero aquí no pasa nada. Nada. Y todo eso a pesar de que tenemos un Gobierno autónomo que no se cansa de repetir hasta la saciedad que son malos tiempos para la lírica. Que hay que apretarse el cinturón y todo eso. La cantinela de siempre. Pero si hay que abonar pasta para que acojamos una gala como la de los Max, casi por arte de magia se saca dinero de la chistera del sufrido contribuyente. Que somos todos, incluidos los teatreros de Canarias. Criaturas maltratadas, a las que no se les abona por sus servicios porque los chicos hacen cosas tan raras como subirse a un escenario y dar la cara. Y claro, ¿quién va a pagarles por eso si no es un trabajo?

En fin, lo de siempre. Lo que interesa a los que llevan la cosa pública de la Cultura es salir en la foto. Y si es con gente de allá, pues mejor. Me pregunto yo que pensaría cualquier profesional de la península que da el callo en cualquier localidad de la isla y el Ayuntamiento no le abona por su trabajo… Claro que esas cosa no pasan porque son de fuera. Si es de Canarias, basta con darle largas mientras la compañía se busca la vida como puede. Por amor al teatro, que se dice.

En fin. Que así nos va.

Premios Max…

¿Max qué?

¿Estrella?

Saludos cabreados a este lado del ordenador.

No Responses to “¿Por amor al teatro?”

  1. Ce Says:

    Leyéndote me he acordado del último pleno de la nacionalidad canaria. Por lo de los dineros. Los socialistas criticaron el “despilfarro” de la apertura de una ofina en Madrid para promocionar la ‘Cultura’. PP y CC respondieron tajantes: “El mundo al revés. Nosotros defendiendo que se dé dinero para la cultura y ustédes oponiéndose”. Y claro, yo me quedé sin palabras…

  2. Presidencia de Réplica Says:

    El Teatro Pérez Galdós acoge a mediodía del 29 la entrega de los maximinos: una compra de voluntades a escasos miembros del sector profesional de las AAEE. Decir Teatro y Pérez Galdós es redundar, pero en ese espacio no se representa este arte dramático por imposición de las direcciones artística y política del espacio.
    Los anfitriones de los Max, es decir, el Teatro Cuyás y el Cabildo de Gran Canaria, que alardean de haber puesto en el mundo las AAEE Canarias, mantienen una desproporción en su programación muy por encima del 90 – 10 con clara ventaja de las producciones foráneas.
    Al cierre del Guimerá, y el abandono del Baudet, la Granja y el Pérez Minik, en Santa Cruz de Tenerife, ha de sumársele el inminente cierre del SIT, en Las Palmas de Gran Canaria, con cancelaciones de contratos y representaciones varias, el olvido del Guiniguada y el veto a las producciones de empresas que tributan en Canarias en el Cuyás.

  3. editorescobillon Says:

    Ups perdón. Los Max se entregan en el Cuyás y no en el Pérez Galdós.

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