Ganarán pero no convencerán

En este mundo sumido por la crisis, y su consecuente y digámoslo así natural malestar profundo en el que vivimos, hay poco espacio para la inteligencia y para los que han hecho un oficio el hecho de razonar sobre los que nos acontece y nos pasa.

Todas las mañanas tengo la sensación, nada más levantarme, que el famoso y funesto grito de Millán Astray de “muera la inteligencia” se ha convertido en una aplastante realidad. Afortunadamente, un anciano sabio supo levantarse contra el fundador de la legión española y recordarle que si bien ellos ganarían la guerra (temporalmente nos ubicamos en Salamanca, 12 de octubre de 1936, Día de la Hispanidad) nunca convencerían. La exclamación indignada la dijo Unamuno, harto y triste. Al borde de la muerte también.

El tiempo le dio la razón. Hoy recordamos a Unamuno y casi nadie se acuerda del legionario manco y tuerto, íntimo de Franco, ese que más tarde se convertiría caudillo de una España dividida y castrada.

Algunos se preguntarán por qué me hago esta reflexión. La hago porque tengo la sensación de que son malos tiempos para los que piensan. Pensar es perjudicial para la salud. No casa en trabajos, donde la postura cómoda y segura es bajar la cabeza y aguantar en riguroso silencio el látigo de quienes te dan el sueldo; no casa en la vida diaria, donde lo que está de moda son los placeres efímeros… Vengo de hablar con una señora con todas sus letras y ella es la culpable de que me haga esta reflexión que ahora les revelo. La señora con todas sus letras, una mujer que piensa y escribe, es Cristina Peri Rossi, invitada al II Congreso Literatura y Mujer.

He tenido el enorme privilegio de pasar una tarde con Peri Rossi hablando sobre los divino y lo humano. Sobre la crisis, la literatura, la poesía y el amor. Esas cosas que no sirven para los que son partidarios de la muerte de la inteligencia. Y al despedirme de esta mujer de apariciencia menuda pero con un corazón de león, agradezco que gente así  exista todavía en el mundo.

Camino por las ramblas de mi Santa Cruz de colores grises, y no dejo de pensar en el diálogo que no entrevista que he mantenido con esta escritora de carnes vivas. Y me pregunto seriamente si la clave para acabar con todos los males que nos aquejan (el fantasma del paro para los que no lo sufren; la desperación del paro para quienes ya lo sufren y el tenebroso horizonte de que no hay futuro que nos imaginamos casi todos los que vivimos estos días amargos) sería apostar por los que ponen en funcionamiento sus neuronas al servicio de los demás y dejan de lado su beneficio propio.

Algunos de ustedes pensarán que esto es una utopía. Pero tal y como está el patio, va siendo hora de que nos convezcamos que si bien ganarán lo de siempre, igual es momento de tener muy claro que no nos convencerán. Ellos, los malos de la película, son los que quieren acabar con la inteligencia.

Un saludo gigantescamente agradecido a Peri Rossi desde este lado del ordenador. 

4 Responses to “Ganarán pero no convencerán”

  1. Al otro lado del espejo Says:

    Hombre, editor, pese al tono, este texto rezuma de cierto entusiasmo. Te agradezco, además, que me hayas recordado esa terrible anécdota de la guerra civil española, aunque me preocupa que todas las mañanas, como escribes, se te cruce por la cabeza. En todo caso, cambiemos el título de esta reflexión por el de no ganarán ni tampoco convencerán. ¿Quiénes? los malos, como dices.

  2. Al otro lado del espejo Says:

    No sé si has leído algo de Peri Rossi, pero deberías hacerlo. Ha sido uan gozada, además, contar con su presencia en el Congreso celebrado en Tenerife.

  3. Adela H. G. Says:

    A por ellos, que son pocos cobardes.

  4. editorescobillon Says:

    Pues a por ellos.

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