En el firmamento envenenado de Hollywood, Tori Spelling es una semi estrella colocada gracias a los méritos de su papá. La chica no es lo que se dice físicamente guapa, aunque tiene ese encanto de niña pija con todo resuelto y por lo tanto estómago lleno. Ahora la acusan de haber sido la causante de la muerte de su padre, el productor Aaron Spelling, y el caso, que carece del morbo de la vieja escuela de la Meca del Cine (donde actores, actrices, técnicos y técnicas iberaban presion haciendo todo aquello que no hacían en pantalla) me lleva a la triste reflexión de que ya nada es como antes. La polémica que sacude a este patito feo que cuando se hizo mayor acabó siendo igual de feo, huele a reparto de herencia y a cuento de Walt Disney, donde la madrastra señala con el dedo a la niña rica para destrozarle la vida y de paso robarle legalmente la fortuna paterna.

Ahhh, que asco de mundo. A veces pienso que nací en una época equivocada. Demasiado cínica para mis tripas. Ese cinismo, no obstante, que se ha sabido disfrazar de políticamente correcto. Por eso hoy tanto les gusta afirmar a los que todos conocemos que seamos tolerantes. Lo que no dicen es que tolerante es una manera de no respetar para nada lo que hacen los demás.

No quiero que entiendan que estas líneas están escritas con el fin de ponerme del lado de Tori Spelling, una de las actrices de Beverly Hills, 90210 (serie que no tuve el gusto de seguir porque me aburría), pero me encanalla la estupidez que, poco a poco, está borrando lo mejor de nosotros mismos porque como debemos ser tolerantes lo que importa es amplificar un escándolo de andar por casa de ricos y manchar de mierda a una pija desorientada que se lleva mal con la última esposa de  papá. La madrastra de Blancanieves acusa a Tori de haber provocado la muerte del productor de series existosas y prescindibles como Los ángeles de Charlie porque la niña se fue de casa. Y papá Spelling, cuenta la madrastra, no lo pudo soportar. Este cuento cuento cruel, y por lo tanto para niños, es carne de corazón y no de un blog que se dice cultural, pero este caso me llega a lo más profundo del alma, y me recuerda que escándalos así sólo pretenden recuperar el Hollywood babilonia pero descafeínado que nos relató en dos volúmenes con el mismo título (Hollywood Babylon) ese satánico moralista que fue Kenneth Anger. Y aludo a Anger porque como deben saber casi todos es el autor de la guía a los infiernos de los mitos de Hollywood de toda la vida. Catálogo canallesco de cotilleos sucios que me demuestra, una vez más, que somos hombres y mujeres que vivimos de lo que hacen los otros y no de lo que hacemos nosotros mismos.

En fin, turulato, mosqueado, tarumba me quedo. En especial porque desde los medios de comunicación (esos altavoces de la opinión pública) parace que nadie es inocente si es carne de buen titular.

Saludos equinociales a este lado del ordenador. 

Esta anotación fue publicada el Miércoles, 3 de Junio de 2009 a las 12:41 y está archivada en la categoría de El Blog de El Escobillón. Puedes seguir cualquier respuesta a esta anotación a través de RSS 2.0. Puedes dejar una respuesta, o hacer un trackback desde tu página web.