En torno a unos ‘Argumentos en busca de autor’

Escritor a secas (poeta, ensayista, prosista) y responsable de un excelente blog cultural al que les invito a perderse y que tiene mucho que ver con el título al que hacemos referencia, la colección La Caja Literaria ha editado recientemente el último libro de Bruno Mesa: Argumentos en busca de autor, colección de ensayos y aforismos donde el lector sin prejuicios (intelectuales o no, allá ellos) afila el lápiz para subrayar textos que te marcan. O te identifican. O te hacen reflexionar. Algo raro, la verdad, cuando me enfrento a un libro de estas características.

En Argumentos en busca de autor Bruno Mesa recupera la (des)memoria y describe emociones, algunas de ellas impregnada de un irónico sentido del humor negro que no sorprenderá a los que tienen la suerte de conocerlo, y que divertirá a todos esos que se pierden la oportunidad de pasarse unas horas conversando con alguien que sabe. Sabe. Imagino que es el quid de todas las cuestiones.

Bruno Mesa, que también es un lector compulsivo aunque no de esas lecturas que mi me fascinan (poperas y de culto, que me acusan), inicia sus Argumentos en busca de autor con un interesantísimo escrito sobre libros y cuyas primeras líneas ya te desarman: “En todos los libros falta una página esencial, un capítulo, acaso un poema para que esté completo. Sólo en el cerebro del lector pueden encontrarse esas palabras.” En Gotas de agua, breves reflexiones con forma de puño que te golpean directamente en la mandíbula, cuenta: “La primera tragedia de un hombre empieza por no saber quién es. La segunda empieza cuando lo sabe”. O “El mejor lugar para no ser es un lugar donde todos te vean”.

Y continúa: “Cuando está solo se acuerda de quién es. Por eso le encantan las multitudes, porque es el único lugar donde puede desaparecer” (¿se estaría refiriendo a mí?).

El libro de Mesa está dividido en tres partes: Premeditaciones, que contiene las ya mencionadas Gotas de agua y Los juegos de la filosofía; Demasiada vida; Esperando a Godoy, por si Dios no viene; Sobrevivir a la poesía; Paisaje con lector al fondo; El niño nos salió escritor; La fábrica de mentiras (“La sinceridad es como el veneno, cuanto más sincero proclama ser un hombre más enfermo me parece. La mentira es mucho más necesaria: nuestro cerebro no para nunca de fabricar pasteles con forma de mentira. De esos pasteles nos alimentamos cada día para seguir en pie”); Contra todos, El amor o el humor (“Los amores ideales son los breves o los que acaban antes de empezar. A los que esperan hasta la descomposición les acompaña siempre un extraño hedor”); Un amigo que os quiere (“Si no te conociera diría que eres una buena persona”); Esquela y Fuera de programa. Una segunda, articulada en Cuatro ensayos y una intimidad, donde escribe A propósito de la inexistencia; El aviso de Wittgenstein; Un país llamado tradición; No existe lo imposible y La intimidad de alfabeto; y una tercera parte con el título de Notas para una enciclopedia personal que, mucho me temo, no sé como la encajarían Diderot y d’Alembert, los padres del invento…

Un libro, me parece a mí, que no necesita de argumentos en busca de autor porque quien se esconde tras esas palabras es lo que se dice un escritor con todas sus letras. Y como tal, alejado de divismos roñosos y de todos esos artistillas que agitan la cola cuando buscan su hueso dorado llamando a las puertas invadidas de carcoma de las instituciones públicas canallas (ups, perdón, canarias).

Un tipo inclasificable, que ama escribir y por supuesto a los libros.

Y un amigo, y con eso creo que digo todo.

Saludos, en clave de solo sé que no sé nada, desde este lado del ordenador. 

One Response to “En torno a unos ‘Argumentos en busca de autor’”

  1. Antonio Jiménez Says:

    Estoy estos días con estos “argumentos” de Bruno entre las manos… Y sí, es un libro estupendo. No sé si algún día todos estos “argumentos” encontrarán a sus respectivos “autores” (Bruno es muchos Brunos), pero al menos en mí han encontrado a un gran lector (o lectores, que yo también creo que soy muchos).
    Recomiendo el libro.
    Saludos.

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