Ha muerto José Antonio Vázquez Rial, una de las voces de Fyffes

Me imagino que, como a muchos lectores, la única obra que he leído de José Antonio Rial, fallecido la tarde del lunes a los 98 años de edad en Caracas, Venezuela, fue su ya legendario La prisión de Fyffes. De hecho, creo que fue a raíz de esta ¿novela? ¿testimonio? cuando el infierno que pasaron los vencidos de la Guerra Civil en Canarias se fue materializando en mi imaginario pese a pertenecer a una familia cuya rama paterna resultó fatalmente herida por el conflicto, al contar con un abuelo que sufrió presidio por su pertenencia a la masonería y un tío abuelo anarquista que “desapareció” al ser arrojado al mar.

Escritor, periodista y dramaturgo, la vida de Rial –nacido en la bella ciudad de Cádiz en 1911 aunque canario de adopción al venir a vivir a estas ínsulas salvajes cuando apenas contaba con dos años– se me antoja sin embargo mucho más interesante que la irregular producción literaria que dejó atrás, si bien será recordado por el título que, imagino, muchos devoramos cuando España volvió a respirar democracia tras la muerte del general de cuyo nombre no quiero acordarme un, qué feroz ironía, 20 de noviembre de 1975.

Medalla de Oro de Canarias en 2007, miembro de Izquierda Republicana, y víctima de  dos consejos de guerra, el segundo por participar en conspiraciones en la cárcel, Rial se nos marchó al exilio en 1950, donde pese a las vicisitudes, supo prosperar y hacerse un nombre en Venezuela, primero como profesor en la Universidad Central y más tarde como catedrático en la Simón Bolívar. Su actividad periodística la desarrolló en el periódico El Universal y fue autor de Venezuela-Imán (1954), La muerte de García Lorca o Los últimos días del Libertador, entre otros libros.

Hace tiempo, y raíz de la publicación de Las nereydas del faro por el Centro de la Cultura Popular Canaria, mantuve una conversación telefónica con el escritor por motivos profesionales. De aquella charla, recuerdo muy bien que, pese a su edad, me sorprendió que mantuviera su cabeza relativamente despejada, y que pese a todos los avatares que padeció a causa de la guerra no guardara, confesó, ningún tipo de rencor por los que se empeñaron en destrozársela.

Me hizo entonces –y ahora también– concluir que los tuvo lo que se dice muy grandes.

Ya es hora de que aprendamos.

Saludos, de luto riguroso, desde este lado del ordenador.

2 Responses to “Ha muerto José Antonio Vázquez Rial, una de las voces de Fyffes”

  1. Ezequiel Perez Plasencia Says:

    El sindicalista y amigo Rafael Abreu me regaló hace años “La prisión de Fyffes”, libro que leí con muchísimo interés. Me pareció un crudo testimonio. Sus comentarios de familiares implicados, señor editor, así lo demuestran. Últimamente se nos han ido escritores valiosísimos. Nos queda aprender de ejemplaridad su ética y política y difundir su obra entre los más jóvenes.

  2. Profeta Says:

    Lamento mucho la muerte de Rial, uno de esos escritores que sin ser grandes sí que dejaron huella entre sus lectores. Su La prisión de Fyffes debería convertirse en libro de cabecera de muchas personas que yo me sé.

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